Viernes Literarios

Viernes Literarios
CÉSAR VALLEJO

sábado, 30 de abril de 2011

POR LA DIGNIDAD, lunes 02 de mayo, te invitamos a la reunión en la plaza Francia, a las 7.30 pm.,

Vivimos tiempos cruciales y "actuar" es lo mínimo que podemos hacer. Muchos de ustedes se levantaron hace 10 años en las calles para hacer caer al fujimontesinismo, otros eran niños; ahora que la mafia se ha puesto otra careta, una careta que a muchos engañan pero que nosotros tenemos el deber de desemascarar.


Nosotros no queremos un pais donde la mafia y los asesinos vuelvan a gobernar. TODOS LOS QUE CREEMOS EN LA VERDAD Y EN LA VIDA NO PODEMOS DEJAR QUE LA FUJIMORI GOBIERNE EL PAIS.

NO IMPORTA SI TU VOTARÁS EN BLANCO O VOTARÁS POR OLLANTA. AHORA LO IMPORTANTE ES NO DEJAR A LA MAFIA COMPROBADA VOLVER AL PODER. YA NO QUEREMOS MÁS MUERTES, MÁS ROBO, NO QUEREMOS QUE EL PAIS VUELVA A SER UNA CHACRA DONDE LOS FUJIMORI HACEN LO QUE QUIERE.



Por eso este lunes 02 de mayo, te invitamos a la reunión en la plaza francia, a las 7.30 pm., donde coordinaremos las acciones a tomar, la idea es movilizarnos y hacer sentir nuestra voz como gente relacionada con las artes y la cultura, esta es una reunión libre, no la hace ningún movimiento polìtico, solo gente que ya está harta de tanta basura.



Los esperamos.



John Martínez

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La vieja indecencia

Por César Hildebrandt

El único mérito que puedo concederme en esta vida moteada de algunos éxitos y muchos fracasos, en esta carrera ingrata que me eligió, en este oficio artesanal de tratar de encontrar la verdad que a pocos importa y las mentiras que ya no escandalizan, el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa).

Naces en este país hermoso y complicado y la primera sugerencia que te asalta es la del estoicismo: quédate quieto, tranquilo hermano, así es esta vaina, esto no lo arregla ni el sillau. Y se te puede pasar la vida haciéndote el de la vista gorda, haciéndote el loco y asistiendo con cara de palo a las grandes mecidas.

–Nada puedes hacer, esas son las reglas– susurra el aire tóxico de Lima.

–Esto no lo ha cambiado nadie– remacha una sombra, la sombra de lo que pudiste ser.

Me van a perdonar pero yo jamás creí en eso. Jamás hice el muertito en el mar de los sargazos de las voluntades, quebradas o roídas. ¿Por qué? Porque siempre creí que en el país de las cabezas gachas había que mirar lo más lejos que se pudiera. Porque viendo a las hormigas a uno le dan ganas de volar. Porque hay belleza en la rebeldía y una flácida fealdad en el conformismo.

Porque, en fin, siendo un viejo creyente del agnosticismo siempre he pensado que Jesucristo fue un hombre revoltoso asesinado por el orden imperante. Y que sin la rebeldía de Cáceres habríamos detenido nuestra historia en el mísero Iglesias. Y que sin la rebeldía de De Gaulle los franceses habrían tenido que arrastrarse junto a Petain, ese gran derechista pro nazi.

Mi generación ha fracasado. Pudimos tener a un refundador del país y construimos a García. Pudimos tener a un inconforme consagrado por las multitudes, a alguien que estuviese más impulsado por el amor que por el odio, pero nos detuvimos en Robespierre y en sus encarnaciones criollas.

Pudimos tener un país y lo que permitimos fue un mall. Ahora la pelota está en el tejado de los jóvenes. De ellos dependerá que este país cambie de verdad.

Hace como mil años que vivimos hablando en voz baja, consintiendo.

Hablamos bajito cuando los incas podían desollarte. Y más bajito cuando los españoles te podían trocear. Y todavía con murmullos cuando fuimos libres de boca para afuera pero súbditos de los sucesivos caudillos que creían que el Estado era un bien raíz y una chacra para los amigotes. Así fuimos haciendo esta gran Aracataca. Macondo hicimos.

Pensar era –y es– una anomalía. Disentir, una provocación. Rebelarse, una extensión de la locura. En un país dominado por la injusticia hablar de la injusticia te podía costar El Frontón. Y luchar contra ella, la vida.

Frente a un Túpac Amaru hubo cien Piérolas creando sus propios califatos. Porque el miedo a la libertad no es solo el título de un libro de Fromm. Es la consigna que la derecha le ha impuesto al Perú. Está en su escudo desarmado y en sus genes vendedores mayoristas de su propio país.

Todos roban –te dicen–. Y eso es casi una invitación a robar. Porque si todos roban, ya nadie roba.

–Aquí no hay castigos ni recompensas, todo se olvida– te muelen repitiéndolo. Y eso es otra incitación a la impunidad.

Lo criollo es también esta salsa espesa de quietud egoísta. Las verdaderas tradiciones peruanas no son las de Ricardo Palma: son decir sí y estar en la foto.

¿Exigir cambios? Eso es –dicen los que cortan el jamón y los idiotas de sus services– de chavistas, rojos, perfeccionistas, amargados y renegones. En el Perú la ira de los pobres se combate con misas o balazos y hay un estoico agazapado en cada futuro, detrás de la maleza de los días. Y cuando estemos lo suficientemente ablandados, vendrá el tiro de gracia. Y cuando venga el tiro de gracia, cuando ya no pienses sino en ti mismo y bailes solo en la loseta ínfima que te asignaron, ese será el día final de tu hechura: serás uno de ellos. Hablarás como ellos, maldecirás como ellos, venderás como ellos. Y, sobre todo, harás lo que ellos: negar al otro y sólo reconocerte entre los tuyos.

Que los jóvenes aprendan la lección. Nada cambiará si no matamos la resignación.

Porque la democracia no consiste en votar de vez en cuando. Consiste en ejercer la libertad a cada rato.

Los esclavos no aman la libertad –esa es una mentira altruista–. Solo los libres pueden amar la libertad y defenderla.

La mansedumbre no es madurez sino derrota. El aguante es la amnistía crónica. La docilidad es lo que se les exigía a los negros carabalíes embarcados a la fuerza en el puerto de Macao. La libertad no mata. La paciencia es una mentira teologal que contradice a Cristo y que Cipriani aplica en cada hostia. Cristo fue impaciente. La vida es una ráfaga impaciente.

Los peruanos no nacimos un día en el que Dios estuvo enfermo, como decía Vallejo de sí mismo. Naceremos el día en que sepamos apreciar el vértigo creador de la palabra desacato. El desacato no es el caos. Caos es lo que vendrá cuando las presiones sociales, contenidas por el plomo y la mentira, revienten otra vez.

Y ahora sería un magnífico desacato, un descomunal acto de rebelión democrática o dejarse engatusar por quienes quieren, en el colmo de la indignidad, que premiemos a la hija de un ladrón y asesino –ladrona ella misma al gozar del dinero robado– con la presidencia de la República.

Y todo por cerrarle el camino a un señor que quiere cambiar algunas cosas. Solo algunas cosas. Un señor al que la experiencia ha moderado y que se ha comprometido a no hacer experimentos anacrónicos. Pero que sí quiere que las mineras paguen lo que deben, que los impuestos sean más directos, que los viejos estén menos desamparados, que haya menos hambre y que la pobreza rural se atenúe todo lo que se pueda sin desbaratar la economía. Y que quiere también que el gas peruano abastezca primero a los peruanos y que los grandes proyectos de exploración y explotación de la minería y del petróleo se concilien con los intereses nativos y las normas ambientales que no se están cumpliendo.

La derecha quiere volver a demostrarnos que siempre gana. Presentó cuatro candidatos –cuatro variaciones de la misma melodía: Castañeda, Toledo, PPK y K. Fujimori– y los cuatro perdieron. Ganó un hombre gris que propuso algunos cambios. Y lo peor: sale la primera encuesta pos primera vuelta y el hombre sin demasiados atributos ¡sigue ganando! Y sigue ganando porque Lima, este espanto, no es el Perú. Porque el gobierno de Las Casuarinas está en crisis. Porque el modelo García, una combinación de Caco con Friedman, drena sanguaza.

Entonces, la derecha propone liquidar, de una vez y para siempre, esta pesadilla que aturde al dólar, baja las acciones, hace chorrear el rímel. Para eso están su tele, su radio, sus periódicos. Y se deciden por lo previsible: la campaña del terror.

Solo el terror podrá salvarlos. Porque saben que su prontuariada candidata es impresentable aun para 75 por ciento de peruanos.

Lo único que cabe, entonces, es bombardear al incómodo reformista con todos los B-52 de la calumnia, el rumor, la mugre, la idiotez que los cándidos pueden propagar. El propósito es el homicidio político del hombre que propone algunos cambios. Y los muertos no pueden ganar elecciones.

Hablan de intromisión extranjera los que quisieran anexarse a los Estados Unidos o al Chile potente que sus tatarabuelos dejaron entrar con su cobardía y su desunión. Denuncian que la libertad de prensa peligra quienes despiden a periodistas que se niegan a sumarse al lodo de la campaña contra Humala. Y advierten que el empleo está amenazado quienes han creado la mayor cantidad imaginable de empleos basura y services explotadoras.

Y a todo esto le llaman “elecciones democráticas”. A ensuciar la inmundicia le llaman “debate”. Y no tienen problema alguno bancando a una candidata indecente. Ellos representan la vieja indecencia de las encomiendas, las ladronas leyes de consolidación, el festín del guano. La señora K. Fujimori les cae como anillo al dedo.


martes, 26 de abril de 2011

CARLOS EDUARDO ZAVALETA ¡PRESENTE!

EL NARRADOR ANCASHINO POR EXCELENCIA ACABA DE DETENER SU PLUMA.



¡DESCANZA EN PAZ, MAESTRO!
http://www.unmsm.edu.pe/?id=1543



HASTA SIEMPRE, CARLOS EDUARDO ZAVALETA


c.u. 26-04-2011
En la mañana de hoy martes 26 abril, a la edad de 83 años, dejó de existir el docente sanmarquino y diplomático Carlos Eduardo Zavaleta (Caraz, 1928), reconocido por su fecunda obra narrativa y por ser el primero en introducir en nuestro país los estudios sobre el escritor norteamericano William Faulkner. Fue miembro de número del Instituto Ricardo Palma desde 1998 y de la Academia Peruana de la Lengua desde 1999.

En lo que fue su última presentación pública, el destacado docente pronunció el discurso de orden en la ceremonia de otorgamiento de la Medalla de Honor Sanmarquina a nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa, el 30 de marzo pasado, en el Centro Cultural de San Marcos. En este lugar serán velados sus restos a partir de hoy, a las 3:00 p.m. y mañana miércoles, a las 4:00 p.m., será trasladado al cementerio de la Policía Nacional del Perú de Chorrillos, en donde se realizará su crematorio.


Previamente, a las 11:30 a.m., la comunidad sanmarquina le dará su último adiós con un sentido homenaje póstumo.


Dr. Carlos Eduardo Zavaleta junto al laureado escritor Mario Vargas Llosa y autoridades sanmarquinas.
El profesor Zavaleta inició sus estudios de Medicina en la Decana de América (1944-1947); pero su vocación literaria pudo más y se matriculó en la Facultad de Letras en 1949, donde se doctoró en Literatura el 20 de enero de 1958, con la tesis William Faulkner, novelista trágico. Viajó becado por las universidades de Lawrence, Kansas, Duke, Carolina del Norte, Columbia, Nueva York (1953-1954). Luego viajó por España, Francia e Inglaterra (1953-1954) merced a la beca sanmarquina Javier Prado.

En su alma máter empezó su carrera docente teniendo a su cargo los cursos de Literatura en Lengua Inglesa (1958) y Literatura Española (1961). Al mismo tiempo, ingresó al servicio de la Dirección de Relaciones Culturales, en el Ministerio de RR. EE. (1958), donde publicó hasta 1964 el Boletín Cultural Peruano, que se difundía a través de embajadas y consulados por el mundo, bajo la inspiración inicial de Raúl Porras Barrenechea, de quien fue secretario por dos veces (1951,1955-1956).

La carrera diplomática del doctor Zavaleta se desarrolló durante más de 30 años. Fue agregado cultural en Bolivia (1964-1969), consejero cultural en México (1969-1973), ministro de asuntos culturales en España (1973-1980), así como asesor en aquella dirección (1981-1986). Cuando fue ascendido a la categoría de ministro consejero (1986), pasó a encargarse de los asuntos culturales en la embajada acreditada en Londres, hasta su jubilación (1992).


En todos estos países dictó cursos y conferencias sobre literatura peruana contemporánea. Ha sido fundador de revistas culturalesm tales como: Centauro (1950-1951) y Letras Peruanas (1951-1964). Gracias a su dominio de la lengua inglesa, hizo trabajos de traducción de autores como T. S. Eliot, James Joyce, Ezra Pound, Tennesee Williams e introdujo en el Perú las nuevas técnicas narrativas en el cuento y la novela, producto de sus ensayos y lecturas públicas de James Joyce y William Faulkner.


Reconocimiento nacional e internacional


En cuanto a los premios y distinciones obtenidos en su fructífera existencia podemos mencionar el Premio Nacional. de Fomento a la Cultura Ricardo Palma, por su colección de cuentos (1952-1961); el Premio Nacional de Ensayo Manuel González Prada (1959); premio de cuento de La Prensa (1953); de la revista Cuadernos por la Libertad de la Cultura (París, 1965); premio de cuento de la revista Visión del Perú (1969); finalista del Premio Nacional. de Novela José María Arguedas (1973); ganador del Premio de Novela de la Municipalidad de Lima (1983); Premio Nacional de Periodismo Bausate y Meza (1984); premio al investigador más destacado entre 1990-1998 de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y del grupo de Facultades que conforman las áreas de Economía y Humanidades. En el 2000 obtuvo el Premio Nacional. de Novela


El también docente de la Unidad de Posgrado de Literatura, nos dejó una abundante obra narrativa, en la que destacan sus colecciones de cuentos: El Cristo Villenas (1955, corr. y aum. en 1956 y 1983), Vestido de luto (1961,1969,1992), Muchas caras del amor (1966,1984), Niebla cerrada (1970,1995), Unas cuantas ilusiones (1986), El padre del tigre (1993), entre otras.


Respecto a su narrativa de largo aliento podemos nombrar El cínico (1948), Los Ingar (1955, 4.a ed. 1983), Los aprendices (1974, 1977 y 1981), Retratos turbios (1982,1985), Un joven, una sombra (1993) y Campo pálido, pero sereno (1977).


Carlos Eduardo Zavaleta practicó también de manera sobresaliente, la crítica literaria, en la que además de su tesis de doctorado, destacan Narradores peruanos: la generación de los cincuenta. Un testimonio (1975), El ensayo en el Perú, 1970-1975 (1976), José María Arguedas, aprendizaje y logros del novelista (1979), y La prosa de César Vallejo (1989). Sus notas y artículos de carácter autobiográfico y crítico, publicados en diarios y revistas del Perú y del extranjero, fueron recogidos en El gozo de las letras (1997).


¡Maestro, descanse en paz!



domingo, 17 de abril de 2011

SE CONMEMORÓ EL LXXIII ANIVERSARIO DE LA PARTIDA DE VALLEJO.- PROG. 855 DE LOS VIERNES LITERARIOS.

CÉSAR ABRAHAM VALLEJO MENDOZA

- Santiago de Chuco 16,3,1892 – París 15-4-1938 -

Recital Poético por el Poeta Universal al conmemorarse el
LXXIII Aniversario de su partida:

Participaron:


ORLANDO ORDÓÑEZ, GUSTAVO ARMIJOS, MARIO ESPINOZA ANICAMA, JHONNY BARBIERI, CARLOS CUBA, MARÍA ISABEL GRANDA, JUAN BENAVENTE, ZOILA CAPRISTÁN, JAVIER DIONISIO, JULIA RODRÍGUEZ, GERMÁN ATOCHE, JULIO BENAVIDES, ALANYA VALENZUELA, FABRICIO BATTISTINI, ANDRÉS RAFAELE, AMELIA NOREDA, YOVANI PAREDES, RODOLFO MORENO, WILLIAM GONZALES, VÍCTOR CASTRO, ÓSCAR AGUIRRE MÉNDIZ, SAMUEL CAVERO, JOAN VIVA, CARLOS LLANOS, JORGE ALIAGA, SANTOS BURGOS, ANGELMIRA PEDRAZA, CHARO PALOMA, FÁTIMA RODRÍGUEZ, RODOLFO MORENO, SANTIAGO VALLEJO.

ASIMISMO, SE CONTÓ CON LA PARTICIPACIÓN DEL CANTAUTOR MANUEL SOTELO Y EN LA PARTE TEATRAL, EL COLECTIVO ESPACIO EN BLANCO, SANTIAGO QUISPE.


DÍA: 15 DE ABRIL DE 2011
LUGAR: CASA MUSEO J.C. MARIÁTEGUI
Jr. Washington 1946 .- LIMA – PERÚ

jueves, 14 de abril de 2011

UN ARTÍCULO DE LA REVISTA ASÍ DECLARO EN SU ÚLTIMO NÚMERO (55).- ALGO QUE PARA NOSOTROS YA NO ES NOVEDAD Y VIENE DEL ARCA DE NOÉ.

NO SABEN, NO OPINAN…



Un programa de TV nacional puso “al descubierto” el nivel cultural de los padres de la patria.


Muchos dicen ser admiradores de nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa pero es curioso, no se acuerdan de los nombres de las obras que dicen haber disfrutado. También hubo respuestas hilarantes como de la congresista Rosa Florián, de Unidad Nacional, quien le atribuyó a Vargas Llosa la comedia “Ña Catita”, escrita por Manuel Ascencio Segura.

Otros que no recordaban mucho las obras de Vargas Llosa fueron los legisladores Oswaldo Luizar y Luis Galarreta; pero el más confundido terminó siendo el nacionalista José Urquizo, quien señaló que la novela “Los Perros Hambrientos” de Ciro Alegría era una obra maestra de nuestro Premio Nobel. Otros como Yonhy Lescano fueron más audaces pero sinceros, admitieron no haber leído al autor de La Casa Verde y la Ciudad y los Perros.

sábado, 9 de abril de 2011

LOS SUEÑOS Y EL MAR

Por José Luis Ayala.

Teófilo Villacorta Cahuide (1), es un artista dotado para expresarse con talento de varias maneras (2). Su pintura viene a ser una visión múltiple y caleidoscópica de la realidad y el ensueño (3). Su poesía es un registro de la experiencia humana, una especie de confesión en voz alta para dar una visión, respecto a tragedia que significa vivir en un tiempo lleno de conflictos (4). Sus cuentos se refieren a la otredad. Es decir, a la forma de ver al otro, a los otros, en quienes que también están en él. En este caso la identidad con los otros, hace que también seamos nosotros.

Un primer aspecto que exige un lector más o menos formado o que tenga cierto criterio crítico, es que el cuento tenga los requisitos esenciales con que debe ser desarrollado. El personaje o personajes, los conflictos humanos y el desenlace. El vanguardismo y la modernidad, sin embargo han traído, la necesidad de desconocer estos principios y producido notables cuentos. Aún así, en el cuento tiene que haber una persona o varias de carne y hueso o que hayan antes estado presentes. Si no hay un drama humano y si éste no se resuelve “racionalmente”, no es cuento, es un esperpento literario.

Todos estos requisitos reúne los cuentos de Teófilo Villacorta Cahuide, quien ha reunido diez y ocho narraciones en el libro: “Volver al mar como en los sueños” (5). Se trata de un texto que ha merecido el Premio Nacional de Educación Horacio 2010, en el género Cuento. Lo primero que advierte el lector es que el narrador conoce los mecanismos técnicos para escribir cuentos. Pero sobre todo, desarrolla un adecuado equilibrio entre los personajes, así como el entorno social y la vida interior. La ausencia de diálogos es intencional para narrar estados de ánimo, formas de pensar y emociones.

Por esa razón, muy pocas veces aparece el lenguaje cotidiano, la forma de hablar de los personajes. Es que desde un principio, el narrador decide que sus personajes no hablen, sino más bien piensen, intervengan actuando más que dialogando. Como se sabe, en la narración se puede distinguir al autor, al narrador y al narrativo. El autor es la persona que imagina la narración, es quien resuelve todo el universo antes de escribir, imagina el texto desde el comienzo hasta que termina de escribirlo. Es quien desarrolla el discurso propiamente dicho. El narrativo es el destinatario de la narración, es el receptor de lo que se afirma o aconteció un hecho en determinado lugar y tiempo.

Teófilo Villacorta Cahuide, sabe que estos elementos son claves, por esa razón, antes de escribir sus cuentos, decide que transcurran en la geografía física y humana que más conoce. Pero al mismo tiempo, es autor y narrador, imaginista y poeta. Precisamente, su sensibilidad de pintor hace que los puertos aparezcan como si se tratara de una acuarela verbal, la técnica que usa le permite ser a la vez quien plantea el tema, cuenta, habla por sus personajes, pero en el fondo es él mismo. Así, el narrador y el escritor cuentan juntos, ambos narran historias que conocen, porque demás está decir, que en los cuentos de Villacorta, hay mucho más de experiencia por no decir de autobiografía que ficción.

Por supuesto, también en sus cuentos hay ficción, imaginación y percepción. Ficción cuando narra dándoles vida a personajes y dotándoles de presencia nítida. Imaginación cuando crea una realidad más humana para sus personajes. Percepción cuando capta el entorno humano de quienes crea, para que tengan vida a través de la palabra. De modo que se trata de un escritor versátil en cuyas narraciones la plástica está permanentemente presente en el paisaje, en cuadros humanos donde se realizan las acciones. Habría que adicionar a esta arriesgada apreciación, el lenguaje limpio y cuidado, las palabras que escoge para producir un adecuado efecto narrativo.

Precisamente, a través de sus cuentos es posible percibir la experiencia y destreza de la narración, donde el narrador, el escritor y el cuentista convertido en un nictálope, camina hasta llegar a la meta. José Saramago al registrar esta experiencia dijo: “Mi narrador no es el narrador realista que está ahí para contar lo que ha sucedido, guiado por el autor, que, a su vez, mantiene la distancia. Al contrario, yo busco – aunque sin saber muy bien lo que hago o, en todo caso, empiezo a entender lo que estaba buscando después de haber llegado – una fusión el autor, del narrador, de la historia que se cuenta, de los personajes, del tiempo en el que vivo, del tiempo en el que se desarrollan los hechos… Es un discurso globalizador en el que cada uno de estos elementos desempeña igual papel”. Público, Lisboa, 2 de noviembre de 1991. (6)

El conocimiento que Teófilo Villacorta Cahuide posee respecto a la forma de narrar se inscribe dentro de los conceptos modernos de la literatura, especialmente del cuento. Es decir, que no se trata de un aficionado, se nota que ha realizado no solo cursos de aprendizaje, sino que además ha leído sin duda a los mejores cuentistas. Así se nota cuando se lee con verdadera atención de lector zahorí. A veces el narrador, se convierte en personaje, de modo que estamos frente a un maravilloso tejido verbal de colores, delante de un arco iris en el que detrás de él aparece la mirada del narrador.

Esta experiencia ha sido muy bien descrita por el Premio Nobel de Literatura 1998, cuando dijo: “En ocasiones digo que el narrador es otro personaje más de una historia que no es la suya, dado que la historia pertenece por entero al autor. Mi aspiración es borrar al narrador para dejar que el autor se presente solo ante una entidad más grande o más pequeña: los lectores. El autor se expresa por él mismo y, a través de esa suerte de pantalla que es el narrador. Es cierto, existe el narrador omnisciente, pero también es cierto que se puede sustituir el narrador por el autor omnisciente”. El País, Montevideo, 24 de junio de 1994. (7)

En el específico caso del cuento El Verdugo, la distancia entre Cahuide y el narrador es mínima. No hay espacio libre y menos fisuras para imaginar de otra manera el argumento del cuento. Ese hecho se debe a que antes de escribir cada cuento, hay un planteamiento técnico, como si un arquitecto diseñara, dibujara, hiciera una maqueta antes de empezar la aventura de llenar con palabras, la pantalla de la computadora que debe traducirse en poblar de palabras, la hoja en blanco. Esa es sin duda una virtud que Cahuide debería seguir explorando, pues se trata de una experiencia personal nueva y fecunda, que sin embargo, también la describió José Saramago al decir:

“El espacio que hay entre al autor y el narrador está ocupado, en ocasiones, por el narrador que actúa como intermediario, a veces como filtro, que está allí para filtrar lo que pueda ser demasiado personal. El narrador está ahí a veces para ver si se puede decir algo sin demasiado compromiso, sin que el autor se comprometa demasiado. Diría que, entre el narrador, que en este caso soy yo, y lo narrado, no hay ningún espacio que pueda estar ocupado por esa especie de filtro condicionante o por algo impersonal o neutral que se limita a narrar sin implicaciones. Se puede decir que hay una implicación personal en lo que escribo”. Juan Arias, José Saramago: El amor imposible, Planeta, Barcelona, 1998. (8)

En fin, ¿cuánto de personal hay en los cuentos de Cahuide como así también se le llama? Desde el punto de vista literario todo le pertenece, menos los personajes que desde que son creados empiezan a ser libres cuando el mensaje llega a los lectores. Mucho tienen que ver los conceptos de la academia y la práctica literaria. Por ejemplo: El Quijote de la Mancha, Paco Yunque, Rosendo Maqui, La Maga, El loco Moncada, Chacón “El Nintálope” existen, independientemente de sus autores. De igual modo: Maritza, el aceitero, el guanero, el verdugo, el abuelo y la abuela, vivirán aunque después nadie sepa que son criaturas creadas por Cahuide.

El entrecruzamiento entre el narrador y el autor, entre el pintor y el poeta a veces es inconciente pero, evidente. En otras palabras, esa forma mágica forma de narrar provoca que el crítico o el lector acucioso, se detenga para preguntarse dónde está narrador. Esta extraordinaria experiencia ha sido muy bien descrita por el autor del célebre libro Ensayo sobre la ceguera (9). “El narrador – dice - no existe, es una invención académica, gracias a la cual se han escrito miles de páginas en tesis doctorales […] El autor usa al narrador igual que usa a sus personajes, lo pone allí para decir lo que pasa. Pero está dentro de la historia, incluso el autor. Mi forma de narrar no coincide con los cánones. Yo soy el que escribe, y eso significa más de lo que parece, que yo estoy allí y soy el único que tiene que inventarlo todo […] Y, si para todo lo que se expresa hace falta un narrador, ¿dónde está el narrador en Las meninas? (10) El narrador soy yo, y soy los personajes, en el sentido de que soy el señor de ese universo. Y, a lo mejor, el lector no lee la novela, sino que lee al novelista. En el fondo, es eso lo que interesa saber: quien es ese señor que ha escrito eso”. Época, Madrid, 21 de enero de 2001. (11)

Pero sucede que a este juicio habría que agregar que Cahuide es además un artista multifacético, de modo que es lícito preguntarse: ¿Dónde está el poeta? ¿Dónde está el pintor? La respuesta es que se trata de una sola personalidad, pero con distintos lenguajes que se complementan. De modo que esa concurrencia de un innato talento, desde distintas vertientes, nos permite decir: Escribe cuando pinta un cuento, pinta cuando escribe un poema, narra mientras pinta un pasaje de la realidad, pinta la naturaleza humana con palabras; describe al ser humano y pinta la vida interior de las personas que lo acompañan. Mientras pinta escribe un poema que viene desde el fondo de su ser más íntimo. Así, la poesía, las palabras y la imaginación se mezclan y, no se sabe si sus cuadros son narraciones o si su pintura es un poema, es una forma de narrar para vivir, para hacernos vivir y olvidar que la muerte existe.

El poeta es capaz de abolir al tiempo, el narrador transgrede las leyes que tienen las palabras y el pintor puede atrapar la eternidad para siempre, en un cuadro. Teófilo Villacorta Cahuide, como mago del color y la palabra está dotado para escrigramar, grafipoemar, poesimapintar, pintagramar (12). En otras palabras, gramapintar, narrapoetizar, dibujapoemar, poemadibujar y finalmente gramapoetizar a base colores y metáforas (13). Es que para un artista total, es necesario también inventar nuevos términos, la crítica inteligente no puede usar los mismos mecanismos y las mismas palabras.

En síntesis, lo que queremos decir es que Teófilo Villacorta Cahuide, siempre desafiará a la crítica, al ensayo y a la inteligencia. Un artista de esa dimensión requiere de una distinta forma de escribir para describir y reescribir lo que ahora se ha dicho en torno a él. Narrador, poeta y pintor, reúne todos los requisitos para observar y retener en las retinas la dura realidad. Todos estos elementos hace que esté dotado por los Dioses milenarios de las culturas peruanas y pueda escribir una gran novela. Y ese día llegará porque es el camino que le espera, tal vez escriba más libros de cuentos y poemas, haga más cuadros de pintura. Tal vez no lo sepa, pero la novela que publicará ya está tocando la puerta de su taller y llega temprano con la vigilia. Cuando ese sueño se haga realidad, también lo abrazaremos emocionados como ahora, que compartimos sus proyectos y el mar interior de un gran artista.

1.- Teófilo Villacorta Cahuide. (Aija, Ancash, 15 de octubre de 1966). A los ocho meses de nacido fue trasladado a la caleta de Culebras (Huarmey), allí creció observando el mar que después será motivo de su literatura y pintura. Estudió en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes y en la Escuela Superior de Formación Artística de Ancash. Publicó poemas y desarrolló su labor pictórica. Su primer libro de cuentos titula "Aventuras en Marea Caliente", luego publicó "Flores en Mi Celda" (poesía) en 1999, "Nostalgia Desde Los Escombros" (poemas) en el 2001 y "De Color Rojo" (Relatos) en el 2003.

2.- Lo primero que conocimos fue un óleo Cahuide, desde entonces, tenemos pendiente escribir una ensayo sobre su pintura.

3.- Teófilo Villacorta Cahuide. Volver al mar como en los sueños. La realidad y el ensueño. Arteidea Grupo Editorial. Lima, 2010.

4.- Una característica del libro de Teófilo Villacorta Cahuide, es que refleja muy bien un mundo en permanente ebullición y cambio.

5.- Teófilo Villacorta Cahuide. Volver al mar como en los sueños. Es importante el juicio emitido por Braulio Muñoz, (nacido en Chimbote, Ancash). Sociólogo y profesor de Sociología en Swarthmore College, entre Filadelfia y Lima, Pensilvania. Autor de los libros de ensayo “Sons of the wind” (1982), “A story teller. Mario Vargas Llosa between civilization and barbarism” (2000), y de las novelas “Alejandro y los pescadores de Tancay (2004), y “Peruvian notebooks” (2006).

6.- José Saramago en sus palabras. Edición y colección de Fernando Gómez Aguilera. Alfaguara. Pag. 251. Madrid 2010. José de Sousa Saramago (Azinhaga, Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Tías, Lanzarote, España, 18 de junio de 2010), escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998 se le concedió el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».[]

7.- José Saramago en sus palabras. Edición y colección de Fernando Gómez Aguilera. Alfaguara. Pag 251. Madrid 2010.

8.- José Saramago en sus palabras. Edición y colección de Fernando Gómez Aguilera. Alfaguara. Pag 251. Madrid 2010.

9.- Ensayo sobre la ceguera. 1995. Ensaio sobre a Cegueira, se refiere a una extraña epidemia condena a una ciudad a la ceguera blanca.

10.- Alusión al un cuadro conocido popularmente desde el siglo XIX con ese nombre. Originalmente se le llamó La familia de Felipe IV y es, probablemente, la obra más importante del pintor español Diego Velázquez. Es una pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones, con las figuras representadas a tamaño natural. Aunque no tiene firma ni fecha, por fuentes indirectas se data en 1656. Se halla expuesta en el Museo del Prado de Madrid.

11.- José Saramago en sus palabras. Edición y colección de Fernando Gómez Aguilera. Alfaguara. Pag. Madrid 2010.

12.- Escrigramar, grafipoemar, poesimapintar, pintagramar. Debido al espacio y al tiempo, no es posible teorizar ahora, lo haremos cundo le dediquemos un ensayo a su pintura porque en ella está presente toda su personalidad, indivisible.

13.- Gramapintar, narrapoetizar, dibujapoemar, poemadibujar y finalmente gramapoetizar a base colores y metáforas Palabras que necesariamente había que inventar para una justa apreciación crítica.