Viernes Literarios

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CÉSAR VALLEJO

viernes, 20 de abril de 2012

EL PARQUE DE LOS NIÑOS PERDIDOS - MIGUEL ILDEFONSO

EL PARQUE DE LOS NIÑOS PERDIDOS 
 MIGUEL ILDEFONSO
EDITORIALES:  VAGÓN AZUL EDITORES - ECLOSIÓN 

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2 Libros de Enrique Verástegui

La yerbaluisa es originaria de Sudamérica, infusión arómatica y medicial, que ahora, en el presente libro que presentamos, el poeta, escritor y lógico matemático, Enrique Verástegui, la convierte en el centro de un tratado sobre la espiritualidad, sobre la salud del cuerpo y del alma, y sobre el descubrimiento del eje axial del cuerpo al que nos conduce esta planta en su proceso, que fusiona naturaleza y humanidad; es decir, aquel punto de la conjunción del cuerpo, alma y espíritu llamado Plexo Solar. Esto es un tratado sobre las cualidades maravillosas de la humilde y potentísima yerbaluisa, tanto como para el ritual místico como para el conocimiento; porque sin conocimiento no habría rituales y no habría mística. Enrique Verástegui nos brinda una serie de explicaciones, informaciones y recetas para saber usarla. Sustentada con erudición y con la propia experiencia, la yerbaluisa se convierte, en el presente tratado, en símbolo que pretende empujarnos a lograr una disciplina interna y externa, a una acción o estética viva. Creo que este es el centro de esta propuesta, que lo dice el propio autor cuando se hace la vieja pregunta acerca de qué es la belleza. Nos responde que en la Era Postcibernética la belleza es praxis. Entonces la yerbaluisa nos lleva a una sabiduría del cuerpo y del alma, que no servirían de mucho si no va acompañada de la práctica de sus rituales: estos rituales nos devolverán a nuestras esencias, a conectarnos con el gran cosmos del cual provenimos, y que debemos saber acceder siempre, sea a través del arte como la poesía, del pensamiento como la filosofía, o de la ciencia o del sexo. Cito este párrafo en el que define el enfoque del presente libro: “Aunque no produzco dogmas, escribo conceptos epistémicos que, como tema de conversación – la más alta filosofía, el más ingenioso análisis – será agradable allí donde, de pronto, ante un ligero pestañeo, el mundo adquiere la terrorífica existencia de su sentido. Tomarse, entonces, un sorbo de yerbaluisa y degustarlo de un modo tal que complazca el gusto de nuestro paladar, tonifica nuestro cuerpo, relaja nuestros nervios, estabiliza nuestro plexo solar, y conduce nuestra mente hacia la exactitud de pensamiento.” La búsqueda de síntesis en Verástegui, síntesis de Arte, Ciencia, Sensibilidad y Tecnología, cobra en estos breves textos una forma de articulador, de motor que mueve el engranaje del conjunto de la obra verasteguiana. Posee una parte testimonial y de autoreflexión como en Teoría de los cambios, pero a través de una ventana distinta. La yerbaluisa, como aroma áurico de los incas, como planta milenaria, es esencia y origen, y, a la par, como búsqueda de experiencia y conocimiento Enrique Verástegui en estas páginas se remite a Cañete no una sino muchas veces. La preocupación de lo peruano o lo latinoamericano, y, a su vez, definir o desarrollar un pensamiento y estética y universales, han estado presentes siempre en su trabajo desde que publicó hace 41 años En los extramuros del mundo. Esta noche, señoras y señores, es muy especial porque se está presentando el último libro de Enrique Verástegui, Tratado sobre la yerbaluisa, y la reedición de justamente En los extramuros del mundo, editados pulcramente por la editorial Caja Negra. Y me siento muy honrado de estar yo en la mesa para esta ceremonia importante en las letras no solo peruanas o latinoamericanas, y precisamente en el Mes de las Letras. Sobre En los extramuros del mundo qué puedo decir que no se haya dicho en ensayos, tesis, conferencias, cursos, seminarios, tertulias; qué podría añadir al placer, casi erótico, que todos hemos experimentado al leerlo y releerlo. Un libro que inaugura una nueva forma de ser poeta en el Perú o Latinoamérica o el mundo, y de mirar y de decir, con una nueva retórica o discurso poético, en una nueva época ya posmoderna, tecnologizada. A decir de uno de sus mejores estudiosos, Edmundo de la Sotta, la propuesta verasteguiana crea la poética de la Esfinge, que es la suma de Poesía, Ensayo, Drama, Comedia, Ciencia-ficción, Matemática, Filosofía, Religión y Erotismo. Con este libro inaugural, y con Angelus Novus, Monte de goce, Taki Onkoy, Albus, y toda su obra en general, Enrique Verástegui nos enseñó a los jóvenes a creer más en la poesía, a ser más rigurosos,  novedosos y modernos. Un reto a seguir, más que a superar tal vez. En los extramuros del mundo es el libro que más ha influenciado a los poetas aparecidos desde la década del 70. A inicios de la década del 90 yo me reunía para compartir poesía con otros jóvenes poetas que nos hacíamos llamar Neón. Era mi otra escuela alternativa, pues allí leíamos a poetas más recientes, y desde que leí por primera vez a Enrique Verástegui la poesía no fue igual para mí, a su vez la universidad donde estudiaba también no fue igual para mí; otras cosas cobraron mayor sentido, claridad, resonancia, tales como el amor, la solidaridad, la belleza, por ejemplo, y por supuesto la poesía lo fue todo desde entonces. En esa época dura de la violencia que me tocó vivir cuando uno, a esa edad, empieza a salir en busca de las utopías, leer a Verástegui era como hallar el camino. Y así con el grupo Neón, como en un peregrinaje, íbamos a visitarlo a Cañete, a quitarle un tiempo de sus meditaciones, de su trabajo creativo. No puedo dirigirme a Enrique o a su obra, sobre todo en esta noche, si no es a modo de homenaje. Gracias, Enrique, por tus libros, por tus enseñanzas, por darnos sabiduría en este país que trata de demoler a sus sabios, que trata de matar a la belleza. Gracias, Enrique, por incentivarnos con tus poemas a creer en el amor, en la cultura, en la solidaridad y el compromiso humano. Gracias, Enrique, por devolvernos la fe y la praxis en y con la palabra. Y muchas gracias a todos ustedes por oirme. Gracias.

M.D.I.H.
(19 de Abril, 2012)






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