Viernes Literarios

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CÉSAR VALLEJO

sábado, 6 de septiembre de 2014

TALLER SUPERIOR DE DRAMATURGIA DE 11 A.M. A 1 P.M. DURANTE 8 SESIONES.- OFRECEMOS UNA SEMBLANZA DEL MAESTRO Y RECONOCIDO DRAMATURGO NACIONAL:





Juan Rivera Saavedra, una vida dedicada al teatro
Mary A. Oscátegui

Juan Rivera Saavedra (Lima, 1930) es profesor y director de teatro, investigador teatral y  dramaturgo, ha escrito más de 180 obras de teatro, más de 500 cuentos y textos de técnica dramática. Varias piezas de su teatro han sido traducidas al inglés, francés y alemánEn 1987 el Instituto Nacional de Cultura le concedió el Premio Nacional de Dramaturgia y, en dos oportunidades, fue premiado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asimismo, ha recibido premiaciones por parte del Ministerio de Educación, de la Asamblea Nacional de Rectores, Condecorado por el Congreso de la República, entre otras distinciones. Es considerado por la Wayne State University de Estados Unidos de Norteamérica, como el autor más distinguido y prolífico de América Latina. Ha sido nombrado hijo predilecto de varias ciudades como Santiago de Chuco, lugar que vio nacer a nuestro poeta César Vallejo, y sobre quien escribió la obra de teatro Me moriré en París.
Juan Rivera Saavedra pertenece a los dramaturgos de la generación de los 60’, conjuntamente con Edgar Pérez Luna, Alonso Alegría, Julio Ramón Ribeyro, Hernando Cortés, Grégor Díaz, Víctor Zavala, César Vega Herrera y Áureo Sotelo, entre otros.
Esta generación sentó las bases para la renovación del teatro peruano, con ellos el teatro fue cualitativamente distinto al teatro tradicional que existía en las décadas anteriores. Surgieron nuevos personajes y escenificaron nuevas historias: reivindicaron y elevaron al trabajador agrario, al obrero, al migrante, al mendigo, al desocupado, al habitante de los tugurios, etc. como personajes protagónicos en la escena teatral. En suma, este nuevo teatro se caracterizó por la incorporación de los signos de la cultura popular en el discurso dramatúrgico de las piezas teatrales.
Una de sus primeras y la más emblemática de sus obras es Los Ruperto, que fue estrenada en 1965 por el grupo Histrión Teatro de Arte, su historia, de clara filiación absurda, nos representa las penurias de una familia extremadamente pobre que habita en un tugurio y tiene que cargar con el sostenimiento de una numerosa prole.
La producción teatral de Juan Rivera es difícil de ser clasificada; en sus inicios desarrolló un teatro urbano, luego hizo un teatro del absurdo, de humor, de ficción, social, histórico, etc. PACARINA DEL SUR a través de Mary Oscátegui (actriz y directora del grupo de teatro Pegaso) logró la presente entrevista.
 Conversar con Juan Rivera Saavedra es encontrarse con un torrente de palabras que desborda en entusiasmo, pleno de recuerdos y vivencias.
“Toda mi vida ha sido un sueño. Con alegres despertares y pesadillas. He soñado tanto que pienso a veces ser sólo un sueño. Los que me ven son pocos. Porque de seguro: muchos no me pueden ver... En mi niñez y adolescencia escuché historias paternas de viajes y aventuras, entonces soñé y posteriormente estos sueños fluyeron en el papel como cuentos y obras  de teatro… Cuando joven leí obras literarias, conocí el humor de Ambrose Bierce (el famoso autor del Diccionario del Diablo), también el humor absurdo de los hermanos Marx. Todo esto mezclado con el deleite de los cómics... Ya de adulto trabajé para la televisión nacional, empecé a escribir telenovelas y series en1975: El diario de Pablo Marcos, Confidencias, Misterio, Gamboa,….que fueron éxitos mediáticos en su momento.”

Juan, eres autor de 200 obras de teatro, alrededor de 500 cuentos, fuera de guiones para televisión, libros de creación literaria y dramática, de historia del teatro peruano, poesía, guiones para cómics, etc.,…
“¡Perdón!, Mary. Dos detalles: no son 200 piezas de teatro, sino: 217. Y, el 4 de setiembre del 2013, cumplí 68 años de actividad artística. Estoy en mi segunda juventud y me siento a gusto, es que en la primera…no me fue tan bien.”
 Las precisiones son importantes. Si las matemáticas no me fallan o los dedos… tienes en la actualidad: 83 años de vida…
“Llegué a los ochenta años de edad, pese a que un grupo de personas hizo lo posible para que me vaya de este mundo, colocando piedras en mi camino. Lo logré, gracias a otro puñado de personas empecinadas en que llegue a los noventinueve.”
 Es admirable tu tesón, persistencia y perseverancia, en un país que no valora a sus  creadores y prefiere –por lo general- la literatura extranjera...
“Llegué a cumplir mis Bodas de Brillante como escritor, pese a periodistas “enemigos de la cultura” que nunca les interesó el arte, ni al puñado de gobernantes. Tuve que pasar ochenta primaveras para descubrir que, me había pasado la vida en un país muy extraño. Un país inundado de notas y personas extranjeras. Tanto que…llegué a pensar: “¡Cielo Santo, ¿estaré en el extranjero, viviendo sin saber…?!”
Juan, eso significa que has escrito un promedio de 3 a 4 obras de teatro, y…8 cuentos casi por año. ¡Es casi increíble. Tienes una imaginación y creatividad prodigiosa. ¿Cómo lo haces…?
“Me siento todos los días a escribir y…las ideas fluyen. Si me canso, cambio de actividad. Dejo de escribir teatro, y me pongo a escribir un cuento, un poema u…otra cosa.”
 ¿La inspiración te suele visitar permanentemente…?
“Lo hace a diferentes horas… A veces, cuando duermo o estoy en la calle…A veces, leyendo un libro cualquiera o viendo una película.”
 ¿Tienes un lugar especial para escribir…? Hay personas que sólo escriben si tienen un apropiado ambiente.
“A veces escribo en servilletas, volantes, comprobantes de pago, papeles diversos. Algunos esperan que la inspiración venga. Yo no la espero. Yo, le exijo que venga.”
 ¿Cómo así…?
“Con paciencia. Abordándola con preguntas, quitándole el sueño, logrando vencer su silencio, haciéndole tirar la toalla… Creo que esto lo aprendí de mamá. Cuando a ella le dolía o fastidiaba algo, se ponía a conversar con su dolor: ‘¿Qué tienes?  ¿Qué te pasa?’ le preguntaba –‘¿Qué puedo hacer por ti?’, etc. Unos esperan tener una solución. Yo no espero una solución.  Es como si necesitara tocar puertas. Entonces, las toco, hasta que de cansancio la encuentro.”
Juan, he podido experimentar con mis alumnos que, disfrutan leyendo tus obras.  Manifiestan que las leen de un tirón,  porque los atrapa la historia, los personajes o… la situación planteada.
“Lo que me dices me complace, pero lo que ignoran es el tiempo que me lleva lograrlo: son años de observación. Hago mía la actitud del científico: observo reflexivamente la realidad, el mundo, la vida; y con estos insumos redacto mis obras”.




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