Viernes Literarios

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CÉSAR VALLEJO

lunes, 12 de octubre de 2015

PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2015.- SVETLANA ALEKSIÉVICH




(31 de mayo de 1948, Ivano-Frankivsk, Ucrania)
Svetlana Aleksándrovna Aleksiévich. Escritora y periodista bielorrusa en lengua rusa, galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2015. Hija de dos maestros, él bielorruso y ella ucraniana, Alieksiyévich nació en el pueblo de Stanislav –hoy Ivano-Frankivsk– en Ucrania, pero se crio en Bielorrusia. Estudió periodismo en la Universidad de Minsk desde 1967 y al graduarse marchó a la ciudad de Biaroza, en el óblast o provincia de Brest, para trabajar en el periódico y en la escuela local. Durante ese tiempo se debatió entre la tradición familiar de trabajar en la enseñanza y el periodismo. Luego trabajó como reportera en la prensa local de Narowla, en el óblast o provincia de Gómel. Desde sus días de escuela había escrito ya poesía y artículos para la prensa escolar. También fue periodista de la revista literaria Neman de Minsk, para la que escribió ensayos, cuentos y reportajes. El escritor bielorruso Alés Adamóvich la inclinó definitivamente a la literatura apoyando un nuevo género de escritura que denominó «novela colectiva», «novela-oratorio», «novela-evidencia», «gente bailando con lobos» y «coro épico», entre otras fórmulas. En efecto, en sus textos a medio camino entre la literatura y el periodismo usa la técnica del collage yuxtaponiendo testimonios individuales, con lo que consigue acercarse más a la sustancia humana de los acontecimientos. Este estilo lo usó por primera vez en su libro La guerra no tiene rostro femenino (1983), en la que, a partir de una serie de entrevistas, aborda el tema de las mujeres rusas que participaron en la II Guerra Mundial. El estreno de la adaptación teatral de esta obra en Moscú, en 1985, supuso un gran impulso en la Glásnost o apertura del régimen soviético iniciada por su dirigente Mijaíl Gorbachov.
En Tsinkovye Málchiki (Los chicos de cinc, 1989) compila un mosaico de testimonios de madres de soldados rusos que participaron en la Guerra de Afganistán; en Zacharovannye Smertiu (Cautivados por la muerte, 1993) ofrece la visión de aquellos que no pudieron sobrevivir a la idea de la caída del régimen soviético y se suicidaron. Voces de Chernóbil (1997), uno de los pocos libros suyos traducidos al castellano (2006), expone el heroísmo y sufrimiento de quienes se sacrificaron en la catástrofe nuclear de Chernóbil. En su última obra, El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo, publicado a la vez en alemán y en ruso en 2014, procura hacer un retrato generacional de todos los que vivieron la dramática caída del utópico estado comunista soviético.
Su obra es en suma una crónica personal de la historia de los hombres y mujeres soviéticos y postsoviéticos, a los que entrevistó para sus narraciones durante los momentos más dramáticos de la historia de su país, como por ejemplo la II Guerra Mundial, la Guerra de Afganistán, la caída de la Unión Soviética y el accidente de Chernóbil. Abandonó Bielorrusia en el año 2000 y estuvo viviendo en París, Gotenburgo y Berlín. En 2011 Aleksiévich volvió a Minsk.
Varios libros suyos han sido publicados en Europa, Estados Unidos, China, Vietnam e India. Desde 1996 ha recibido numerosos premios internacionales, como el polaco Ryszard-Kapuściński en 1996, el Premio Herder en 1999 y el Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán (2013) entre otros.
En 2015 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura por 'su obra polifónica' que, de acuerdo con el jurado, es 'un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo'.
En español se ha publicado Voces de Chernóbil, libro escrito en 1997. Recibió el Premio del Círculo de Críticos de Estados Unidos.
VOCES DE CHERNÓBIL: Un libro estremecedor que da voz a las personas que sobrevivieron al desastre de Chernóbil y que fueron silenciadas y olvidadas por su propio gobierno. “En mitad de la noche oí un ruido. Gritos. Miré por la ventana. Él me vio: 'Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto'.” El relato de la esposa de Vasia, un joven bombero, abre este impactante libro sobre las secuelas que la catástrofe de Chernóbil dejó en personas que lo vivieron y de la manipulación de la información por parte de las autoridades soviéticas. Este libro está planteado como si fuera una tragedia griega, con sus coros y unos protagonistas marcados por un destino fatal que hacen oír sus voces a través de monólogos. Pero a diferencia de una tragedia griega, en Chernóbil el orden no volverá a restablecerse: no hay catarsis posible.
«Lo más justo en la vida es la muerte. Nadie la ha evitado. La tierra da cobijo a todos: a los buenos y a los malos, a los pecadores. Y no hay más justicia en este mundo.» – Svetlana Aleksiévich


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