Viernes Literarios

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CÉSAR VALLEJO

viernes, 2 de diciembre de 2016

AL CONMEMORAR UN AÑO DE SU PARTIDA DEL POETA ARNULFO MORENO RAVELO

UN MINUTO DE SILENCIO POR NUESTRO HERMANO DE AEPA Y DEL CLUB ANCASH:

ARNULFO MORENO RAVELO

Por Áureo Sotelo Huerta

COMO ÉL SABÍA QUE YO ERA ADMIRADOR DE LAVOISIER, ESTOY SEGURO QUE HABRÁ SABIDO  PERDONAR MI TARDANZA Y AUSENCIA. Recién el domingo 30 de noviembre,  a  las 10 de la noche me comunicaron del sensible fallecimiento del poeta pallasquino Arnulfo Moreno. El lunes 1 acudí al velatorio para saludarlo y acompañarlo al cementerio de Lurín. Cuando llegué ya los carros habían partido. Con el corazón contrito regresé a mi casa y al abrir mi correo me encontré con la nota sentida de Nalo Alvarado Balarezo, con imágenes del recuerdo y los geniales artículos de Carlos Garrido Chalén y su análisis literario de la obra filosófica y poética de Arnulfo  y de Julio Olivera Oré, cuando ubica a Arnulfo Moreno Ravelo en su terruño, Tauca, su cerro Angollca, que debe ser algo así como el Huaytapallana para  los huancaínos o El Huancapetí para los aijinos; que me hizo pensar en León Tolstoy: “Pinta tu aldea y serás universal”; es cuando decidí escribir esta nota que pensaba decírselo en el camposanto.

FUI PRESENTADOR DE SUS DOS LIBROS

Lo conocí en AEPA y nos hicimos grandes amigos. Un día me dijo que presente su libro “Aurora Natural”, del que hace un excelente análisis Garrido con una erudición admirable, porque en ese libro Arnulfo plantea sus vivencias filosóficas. Cuando terminé mi exposición, Arnulfo, tan sensible me dijo que le había encantado. Es posible que por eso, dos años después, cuando publicó su nuevo libro “Amanecida de  azucenas”, me volvió a pedir que lo presente. Desde entonces su amistad siguió creciendo "como la sombra cuando el sol declina”, palabras de Domingo Choquehuanca frente a Bolivar, en un pueblito a orillas del lago Titicaca.

Siempre que me encontraba me preguntaba: qué libro has publicado y qué obra de teatro  tienes en cartelera. Gracias a él presenté en el Club Ancash mis obras “Vallejo al pie del orbe” y “Antúnez el poeta de la ingeniería”.

ÉL QUERÍA QUE EL CLUB ANCASH SE CONVIERTA EN LA MECA DE LA CULTURA NO SOLO ANCASHINA SINO NACIONAL. TUVO UNA ESPECIAL DEFERENCIA PARA SU AEPA.

Por eso cedió las instalaciones del Club a los  movimiento culturales como “Los viernes literarios”, que conduce el poeta Juan Benavente, “Capulí Vallejo y su tierra”, que dirige el vate Danilo Sánchez, “El consejo Nacional Todas las sangres”, que regenta la extraordinaria poeta Beatriz Moreno, entre otras y desde luego es por esencia centro cultural de todos los ancashinos y de sus amigos. -Hermano, me decía: tenemos este hermoso y amplio local que puede estar a la altura de Las Brisas del Titicaca,  que revienta de turistas porque Lima no tiene locales para mostrar nuestro  folklor. Los puneños lo lograron porque un día sus dirigentes decidieron apostar por la cultura que los hijos de ese departamento les apoyaron.

ESTA ES LA CASA DE AEPA. TIENEN TODOS LOS JUEVES PARA SUS PROGRAMACIONES CULTURALES, NOS DIJO.

Como los puneños nucleemos a todos los hacedores de cultura de Ancash: escritores de todos los géneros, folkloristas, cineastas, pintores, artesanos, músicos y desde luego pensó en mí -Me encantaría que dirigieras el taller de teatro; me invitó, desistiendo de esta feliz iniciativa por razones de trabajo; quizás más adelante... Sus talleres empezaron a dar frutos;  incluso los cultores del tango argentino y Gardel, fueron bien recibidos.

CUANDO MAS TE NECESITÁBAMOS ACABAS DE PARTIR

Cuando hace unos meses me preguntó qué estaba escribiendo le dije, “Antonio Encinas, maestro de maestros”. -Lo vamos a presentar en el Club Ancash, todos los profesores y familiares de nuestro departamento y del país lo tienen que ver. Te prometo una temporada de por lo menos 3 días. Encinas en el campo pedagógico es un ícono, hasta ahora recuerdo su famosa sentencia: “El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela”- me dijo emocionado.
Foto: Nalo Alvarado Balarezo

Hermano, los grandes hombres como tú no mueren, viven en el corazón de sus seres queridos y de sus amigos, porque como diría el gran poeta de la escultura, el huancaíno “Carlos Galarza: “Después de nosotros, queda el arte” y como Vallejo podemos repetir: “Su cadáver estaba lleno de mundo”.

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