PROGRAMA 1283 DE
VIERNES LITERARIOS / 24 DE ABRIL DE 2020.
(CENTRO DE OPERACIONES DE LIMA-PERÚ)
EMPEZAMOS
CON EL PENSAMIENTO DE LA SEMANA:
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“NO HAY OBSTÁCULO QUE
EL HOMBRE NO HAYA SUPERADO
CON ORGANIZACIÓN,
FORTALEZA Y SOLIDARIDAD”
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Apunte del artista plástico Orlando Ocampo (1992)
fue en el Chino Félix después de un programa de Viernes Literarios.
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RECITAL
DE POESÍA CON LOS PREMIOS COPÉ DE ORO
LEONCIO
LUQUE CCOTA (Huancané- Puno)
Ha realizado sus
estudios en la Universidad Nacional de Callao, economía y en la Universidad
Nacional Federico Villarreal, y Maestría en la Universidad Nacional de
Educación Enrique Guzmán y Valle. En 1990 funda la agrupación poética Noble
Katerba.
Libros:
Por la identidad de las imágenes (1996), En las grietas de tu espalda, (2001),
Crónicas de Narciso (2005), Exilio Interior y otros poemas devastados (2011)
Igual que la extensión de tu cuerpo (2014) y Más allá de mi mirada (2015) y
Dejo mi sombra. Entrega de memoria (2016). Participó en diversos festivales de
poesía en Latinoamérica: Chile, Cuba, Argentina, Bolivia y Colombia.
Premios: I Concurso
Internacional de Poesía Fernando Charry Lara – Colombia (2015), el 3er. Premio
Nacional de Cuento 2013, la XVI Bienal Internacional de Poesía – Premio COPÉ DE
ORO (2013) y el 2do. Premio Nacional de Poesía “Horacio” 2009. Laurel Cultural (Viernes Literarios). Ha sido
finalista en dos oportunidades en el concurso Premio Internacional De Poesía
“Pilar Fernández Labrador” 2015 y 2016. Finalista en Maestro que deja huella
2019.
Amo a la estrella que
brilla en Quimbaya[1]
Amo
a la fatalidad
Cayendo
de peldaño en peldaño
Amo
a la estrella del océano
Ardiendo
como bosta, en cada cocina rural
Amo
la lejanía de mis dedos críticos
Llamando
a las estrellas que se van por la mañana.
Amo
la historia de esta América que me sonríe
Mirando
la eterna oscuridad
Donde
me ahogo
En
esta selva tropical,
Sumergida
entre sueños
Y
oquedades del tiempo.
Amo
al hombre de arcilla
De
la sierra o de la ciudad bananera
Esculpida
desde su creación hasta el firmamento
De
Chilam Balam.
Yo
amo los paseos de colores
Ocultos
en la reconciliación
Desde
los sueños de familia
Entre
crónicas de fotografía
Que
pululan y muerde esta historia bananera.
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([1]) La
quimbaya fue una etnia y cultura indígena colombiana famosa por su producción
de piezas de oro de alta calidad y belleza
YO
AMO LA SUAVE CALLE DE MEDELLÍN
Que crece en los dedos de Botero torpe y dulce.
Yo amo los parques de la medianoche sin luz
Bostezando
en la sonrisa gris de los parques
Donde deambulan dispersas palomas blancas
Llenas de carcajadas que dibujan la paz en mi alma
Llenándome de ganga la vida al amanecer.
Yo amo la suave imaginación de esta ciudad
Tomada de la mano de Botero en cada esquina
Con su palabra en mármol dispuestas a volar a
medianoche.
Yo amo a Botero con el Medellín sonrosado
Descansando en la naturaleza muerta y sus seres
fantasmas,
Su forma de vida engordando en la calle, llena de
miseria a medianoche
Detrás de los ojos comunes, donde la pobreza está
envuelta en cada sonrisa
Y descansa en la retina de los hombres ciegos que no
quieren ver ni escuchar.
YO
AMO EL TROZO DE LA EXISTENCIA
La fruta madura a punto
de caer desde el cielo.
Yo amo el Otoño del
Patriarca
El de café oscuro de mi
alma cavada en la soledad
Que se desnuda en cada
noche en un sabor oscuro.
Yo amo la memoria de
tenerte entre mis dedos
Acercándote al oído,
para que me hables del canto
De las aves encallando
en cada explosión
Abierta a la vida.
Yo amo la naturaleza
abierta de Aracataca
Donde me perdí en su
historia que no es ajena y me cuenta todo,
De tú vida de los años
la soledad y
De mis dudas
perpendiculares que se estrellan
Cuando el tren parte
velozmente hacia a dónde, no sé.
Yo amo al reloj caído,
esperando al relojero de manera puntual
Donde no pasa el tiempo
y
El tren vertical llega
de pronto en el horizonte sin dejar nada
Persiguiendo tu
historia y la imagen Aracataca y
Nosotros esperando como
un rio
En cada lectura el
lapso de los días vividos
En que mi cuerpo habla
Retirándose en el
desborde de cada palabra
Donde el viento se
lleva rodando mi segunda vida ligera
En este viaje al final
de una lluvia que no nunca llega.
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JOHNNY BARBIERI, (Lima, Perú, 1966)
Estudió Lengua y Literatura en la
Universidad Nacional Federico Villarreal y Sociología en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Ganador del premio Nacional de Educación HORACIO 2003, el Premio
de Poesía Taiwán 2011 y el
Premio Copé de Oro de Poesía 2019. Laurel Cultural (Viernes Literarios). Fundador del grupo poético Noble
katerba (1990) y el grupo nihilista La Mano Anarka (1995). Ha participado en
Encuentros Internacionales de Poesía en Perú, Chile, Cuba, México, Colombia,
Argentina y Bolivia; así como en presentaciones personales en Madrid, París y
Venecia.
Hizo una Maestría en Literatura Peruana y
Latinoamericana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Su obra comprende: Branda (1993), El Libro azul (1996), MAKA (1999), Jugando a ser Dios (2000), Carne de mi carne (2002), La Virgen negra (2003), Libro Hindú (2005), Yo es otro (2007), La Edad de oro (2010, cuentos), Corazón de abril (2011), Pampa de perros (2012, novela), Rotos todos los cabos (2013, antología poética), Bandera
de herejes (2015), El Cabaret
verde (2016, cuentos) y El
Hijo rojo y otros cuentos (2018).
AMÉRICA
MARÍA
A
Carmen Lizama
Mi mujer se llama María, se llama luna, se llama
siega en el campo
al atardecer.
se llama lluvia en el terral baldío, flama de leña
que cuece los adobes,
río que serpea hacia las caudalosas aguas del
Amazonas. se llama roble roto,
roca ígnea, nido de colmillos de caimanes.
mi mujer se llama María, se llama sol, se llama
pared de granito que acaba
de caer.
se llama golondrina, se llama cántaro de agua, agua
de garúa, tromba de enero, granizo de la Patagonia. se llama polen, mariposa
iridiscente,
manos arqueadas por los años.
mi mujer se llama María, se llama mar, se llama
tormenta mar adentro,
cardúmenes coleteando en la playa, barca encallada
en la arena, albatros
volando en un vuelo eterno.
se llama crisálida, niebla densa, arroyo recién
nacido, eco que repiquetea
en la montaña, luz chispeante, recodo hecho con mis
manos.
mi mujer se llama María, se llama tierra, se llama
volcán, se llama América
donde se inicia el orbe, fosa bajo el nevado,
pastizal que siempre retoña, ubre para el nacido.
se llama cantera pulida, manto paracas, fruto que
brota de la tierra, hoja de coca chacchada. se llama puna, andenería, serpiente
tallada en la piedra,
helada que estremece en el altiplano.
mi mujer se llama María, se llama luna, se llama
sol, se llama mar, se llama tierra, se llama América que crece y se ramifica al
mundo.
TRES
Camino oblicuo por donde retornas
caballo emplumado
fantasma de las sábanas blancas del cuarto oscuro
con tu paso pausado
llegas libre
sangre anónima que va pintando el cuarto
de suplicios rojos torturas rojas verdugos rojos
de aullidos rojos que no callan jamás
puñado de ojos rojos
puñado de peces y de pájaros
nada más
nada más que un puñado de horror
para morir cuando
tú no estás
caballo ascético
pequeño caballo para este espacio empequeñecido
para este infierno que está clavado en mi pecho
ahora que sólo soy yo y mi gato y mi coñac
para beber hasta el amanecer
mientras voy de un lugar a otro
recorriendo calles y calles
siempre las mismas calles repitiéndose
Sólo yo busco volver hacia el lugar correcto
hacia el camino correcto por donde retornas
caballo agujereado
camino que se ha hecho interminable para recorrerlo
veinte veces durante veinte años
a donde el destino quiera llevarnos.
RETRATO A LÁPIZ DE AMANDA
Empezaré
por tus ojos solubles diré que tus
ojos
oscuros
traían la noche bajo el hacha
el
puñado de espectros colgando del árbol que echa raíces
con
sus crías de ramas partidas
te
sentabas sobre un tronco podrido donde me leías
las
manos veías el moho en mis manos las líneas muertas
el
grumo que se anudaba en mi sangre tus
ojos rojos
veían
mi sangre y se encendían llenos de horror
vampira
mía eternizada en blanco y negro
te
acodabas a la ventana a contemplar el incendio de
las
distancias en esta noche abultada de abriles
que
no vendrán
tus
cabellos postizos
continuaré
por tus cabellos herrumbrosos
por
tu nido de exequias por tu levedad
ante la penumbra
los
roedores ya no te asustan más
los
tranvías que se van ya no te estremecen más
ahora
las flores han tomado el color de tus angustias
yo
te traigo las recién crecidas
las
recién eternizadas para aromar el mundo
en
esta tierra firme donde crecieron para no ser
arrancadas nunca
tus
cabellos Amanda tus cabellos
fulgurantes
tus
cabellos rotos tus manos bastardas
tus
manos que me acariciaban en la noche después
de
quebrar la noche misma que nos cobijó con
sus
sábanas enfermas
las
secreciones sobre tus manos blancas fantasmales
tus
manos con raíces indetenibles
cadavéricas espectrales
tus
manos del orgasmo ese vuelo sin alas
esos
fuegos artificiales
tus
manos para la crucifixión
la
leche de tus senos que se derraman
sobre
tu lecho creciente tu lecho indómito
tu
voz aterrada tu cuerpo que recorre la
locura que
se
despliega frente a mis ojos
tus
gritos que alcanzan la infinitud
tu
cráneo que raparás mañana frente a tu espejo apolillado
tu
cuerpo desnudo hecho una farsa danzando para mí
la
antorcha que te alumbra en la soledad
tu
abdomen y la cicatriz que ya no me asusta
los
esputos incesantes
el
bote de basura maloliente en un rincón
gritas siempre gritas cuando algo te estremece
urges
salir escapar saltar al precipicio
urges
la ropa limpia los candiles para la perfección
eres
la perfección y urges un poco de polvo blanco para
llenar
tus vacíos
Amanda
cuánto has muerto estos años
vociferas
desnuda ebria vacía
cuánto
morirás mañana olvidada en aquel bodrio maldito
termino
por tu gato aquel no-gato hecho de
retazos viejos
ese
que te acompaña a la ducha en tus insomnios
ese
que se mete a tus sueños para evitarte el infarto
ese
que se irá por los techos cuando ya no te encuentre
cuando
ya nadie vaya a buscarte al quinto infierno
cuando
ya tu recuerdo empiece a borrarse.
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MARCO
ANTONIO QUIJANO (Lima)
Estudió Comunicación Audiovisual. En el 2013 publicó
su primer libro
Poemas Fantasma.
Participa con frecuencia en ferias de libro, encuentro de escritores y
recitales poéticos. En el 2017 se hace merecedor del premio COPÉ ORO de la
XVIII Bienal de Poesía organizado por Petroperú, con la obra Colección Privada o los colores ocultos de la turbación.
Tiene dos poemarios inéditos Siniestro de Tiempo y Resplandor
decapitado sobre el canto de los grillos.
Poemas suyos aparecen en Antologías
poéticas, Revistas literarias y publicaciones digitales.
CORPUS
EMERGENTE
Crearte a lo lejos friccionada a la noche sin
precisar el momento
tus
ojos
sembrar las fragancias de tu sexo refractario en el
aire
tus ánimos
amordazar las palabras turbulentas que te formaron a
escombros
tu misterio
y verlas correr desbocadas hacia el rincón donde
yacen
las prendas caídas de nuestras imprecisiones
tus distancias
ser el demiurgo que te confía a las sucias neblinas
de invierno y
observar como tus pasos se pierden en el subsuelo
enredándose con la dureza de mi semblante o
con las alcantarillas que le dan forma a esta ciudad
libre de discriminación y malos olores y
al perderte de vista me deslizo por la sinuosidad
del pensamiento
para saber cuánto he demorado en conformar tus
huesos
tus
cúmulos
todo aquello por donde transcurre tu mecánica
molecular
si han sido centurias o un instante de ingravidez
en el que te dejé temblando tu incipiente forma y
veo que no puedes advertir el roce de la garua
con cada una de tus superficies
la gradación aun no está a tu alcance
ni tu discernimiento sobre los pelajes nocturnos
tus pasos ahora resbalan por los astillados cuerpos
de tus amantes y
no te dejan a salvo al otro extremo de tu piel
otra vez resbalando por el siniestro orden de las
cosas
Creador/creatura nunca a salvo del embate de sus
cuerpos
ni de las imposiciones del mercado
Respiramos piel a cada momento adormecidos por el
polvo y
debajo de tu trayectoria llego a calarte
hasta sentir tu dicotomía recién creada y áspera
recorrer altas construcciones y desde lo más elevado
tu extraña despedida de brazos abiertos hacia mi
Creador/creatura nunca a salvo de conocerse
rudimentaria forma de lanzarte a lo desconocido
obstinada piel que cae tomada de la luz partida de
las azoteas y
allá abajo hambrientos dioses hechos añicos
vendedores de niebla salivando a oscuras porfiando
por contaminarte
tus balbuceos han ganado el esqueleto de la realidad
para detenerte
pero
no te detienes
saltas al vacio devorada por la rapidez de mis
labios y tus vestigios
aferrados a las vértebras de un enlunecido catre que
ha cantado
las ondulaciones de tu cuerpo y también ha contado
tus pequeños días
avizorando el momento de tu partida
en las afueras de mi habitación hay indicios de que
te has agazapado
en todos los rincones
convertida en materia hedonística hasta confundirte
conmigo
has incrustado tu cuerpo en el horizonte con la
intención de desaparecer
en alguna perspectiva que te defina
sin notificaciones ni decretos ley
para reconocerte poco a poco en el polvo que has sido
y
al que siempre regresas sin hallar nada y
sin proponértelo tus infortunios han quedado
flotando
al otro lado se las fronteras que separan a los
elegidos
de los ilegales
pero ya no quiero buscarte entre la gente
que ha depositado sus más aparatosas alegrías en un
selfie
quiero buscarte dentro de ti como el extraño animal
que recorre tus gritos mientras los vecinos salen a
sus ventanas
asustados por los vidrios rotos
sin poder entender el polvo en el que pereces
Nada ha podido sostener tus promesas lejos de la
lenta esfera
donde te degradas y
como una constante manía solo me queda continuar
juntando pedazos tuyos que no concuerdan y proseguir
mi deleznable labor de habitarte entre dos sombras
(del
libro Resplandor decapitado sobre el canto de los grillos)
EMERGER DE UN MAR QUE SE AHOGA
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
(César Vallejo)
a
Evangelina Chamorro
Sabes decir mi
nombre encallado en este barro maloliente
que me cubre de
maleza y malos presagios
todo ha sucedido de
pronto y ni siquiera
me he podido quitar
estos miedos de encima
no he podido limpiar
mi frente de la indiferencia de estas calles
las lluvias a
destiempo sobre estos caminos me han borrado el rostro y
me pierdo en la
soledad de no encontrarme con mi pasado
o más allá del
último paradero
el estruendo me
separó de mi misma
de mis hijos de
aquello que me definía en esta tierra
golpeada en esta
agitación por un recuerdo que me ahoga
ya no sé mantenerme
en pie y me descubro
en la interferencia
fangosa que persiste en los televisores
donde se enlazaba
mi visión de lo vivido
con los puñetazos
de la realidad y
las personas siguen
llegando a estos cerros interminables
como tiernos
animales echados del PBI y del crecimiento económico
el grito liquido de
la tierra atraviesa el espacio donde sobrevivo
mis palabras han
salido arrojadas por la ventana
han caído desde las
azoteas sin siquiera despedirse y
esta sequedad en la
boca ahogándome
el barro en la
mirada ahogándome
esta larga corriente
de miedo ahogándome
el temor a perder
mi endeble eternidad ahogándome
el llanto se ha
vuelto un lodazal incesante bajo los escombros
pero no hay
llanto ¡mierda!
estas ideas
enlodadas y sucias caen a su naufragio y
recién advierto en
mis arterias la fragilidad del tiempo
cuando una menos lo
espera se abre un oscuro espejo y
nos proyecta esas
imágenes de nuestra vida ante nuestros ojos murientes y
grito con ánimo de
sobrevivir y
soy más firme que
la roca
más fuerte que el
desprecio que habita en esta ciudad
un destello me
levanta de los brazos
me regresa de la
inconsistencia a mi propio perecer y
en ese momento
recuerdo que mañana
pintaré las paredes
de mi cuarto para olvidarme
un poco de las
ironías de la lluvia y
los cuadros que
iluminen mi habitación
nada tendrán que
ver con la angustia
porque ahora sé que
la muerte es como cerrar los ojos y
dejarse llevar por
un rio enfurecido con el cabello suelto
por este lodo que
día a día nos disuelve
entonces hecha de
barro doy unos pasos
hecha de despojos
salgo de la nada
aquí estoy
aquí
me he vuelto a encontrar
(del libro Siniestro de Tiempo)
PULSIÓN POÉTICA
La poesía es algo
incontenible que nos invade
parecido a un
relámpago o a un disparo
y tenemos que ir a escribir
inmediatamente
si eres astronauta
detienes la nave
plasmas tus versos
y vienen más planetas o
si eres minero
perdido en el mismo socavón
de nuestros abuelos
te interrumpes
sales a la superficie lo escribes
es que el verso no
lo puedes llevar contigo
debes escribirlo en
ese instante
es arriesgado no hacerle
caso o
retenerlo en
nuestras profundidades
te quema las
entrañas o el sexo
hay quienes han
perdido la noche o
el color magenta
para siempre
por no escribirlo
hay otros que
estando en la playa
no saben llegar al
mar o
si desenredar
sueños se estrellan
fuera de la
realidad
espíritus perversos
deslizándonos
en el humo
inestimable de las madrugadas
llega el verso a la
página
apenas para
salvarnos.
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PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “RETORNO A LA MORADA”
DE ROGER AGÜERO PITTMAN
COMENTARIOS: SÓCRATES ZUZUNAGA HUAITA y ALFONSO JARA.
ROGER AGÜERO PITTMAN (Yurayaco - Áncash, 1959)
Ingeniero agrícola por la Universidad Nacional Agraria La Molina, es
especialista en agua potable y saneamiento para poblaciones rurales.
Actualmente se desempeña como coordinador del Programa de Agua y Saneamiento y
miembro del Consejo Directivo de la Asociación SER. Participa también del
Consejo Directivo de la Coopac. Mons. Marcos Libardoni-Finansol, del Instituto
de Promoción para la Gestión del Agua-IPROGA y de la Red de Agua Segura.
En el género literario ha publicado la novela Mirada
de niño (2015). En reconocimiento a su trabajo literario, en 2017 ha sido
distinguido con diploma de honor y medalla al mérito en el grado de
“Distinguido Huarino” por la Asociación Centro Representativo Huari, y en 2016
fue declarado Huésped Ilustre por la Municipalidad Provincial de Huari. Asimismo, condecorado con la medalla de la ciudad por la
Municipalidad Provincial de Antonio Raimondi.
Retorno
a la morada es su
segunda obra literaria. En el año 2019 fue distinguido como hijo predilecto del
distrito de Aczo, provincia de Antonio Raimondi, Áncash, por la Municipalidad Distrital
de Aczo.
En su especialidad ha publicado: Agua potable
para poblaciones rurales - Sistemas de abastecimiento por gravedad sin
tratamiento (1997, 2004, 2009 y 2014), libro que es materia de consulta en
diversas universidades del país. Es coautor de Guía de Orientación en
Saneamiento Básico para Alcaldías de Municipios Rurales y Pequeñas Comunidades
(2009 y 2014), Agua para las zonas periurbanas de Lima Metropolitana
(2006) y Prácticas de higiene de la población periurbana de Lima
Metropolitana (2004), entre otros. En 2006, ganó el Premio Nacional de
Creatividad Empresarial en Sistemas de Agua y Saneamiento no Convencional
Intradomiciliario.
PALABRAS PREVIAS
El libro Retorno a la morada es una novela de aprendizaje
donde el personaje principal, el niño Lloqui, relata sus peripecias y aventuras
en el pueblo de Yurayaco, situado en la región Áncash. El personaje va
experimentando e involucrándose en la forma de la vida comunal y sus
costumbres. Luego viaja a Huari, la capital de la provincia, para seguir sus
estudios de primaria hasta concluir la secundaria. De esta manera, se cuenta a
través de su voz los sucesos vividos junto con sus compañeros. Asimismo, sus
añoranzas y tristezas al concluir los estudios de primaria, las dificultades
del inicio de clases en el nuevo colegio, la experiencia del primer amor, el
viaje a Lima para estudiar sacerdocio y, finalmente, el ingreso a la
universidad. Se trata de un relato de vida que va en ascenso, no obstante las
dificultades, como en el mejor estilo de la novela de educación.
Lloqui, retorna ya adulto a su morada, después de muchos años y
esa noche no puede dormir. Los recuerdos inolvidables se le presentan a cada
momento en forma acelerada, no se agotan y siguen llegando a su mente,
entrelazados de aventuras y desventuras. En la madrugada escucha el trinar de
los pajaritos que anuncian que está amaneciendo… se imagina que los primeros
rayos de sol pronto aparecerán en la parte alta del cerro Tecllo. Esa noche
recuerda a sus padres, don Jushty y doña Mally, a su familia y al pueblo de
Yurayaco, donde nació y creció. Su familia era una de las sesenta que vivía en
ese pueblo, hoy olvidado.
La novela es la evocación de los recuerdos imborrables que
llegan galopantes. Es también el tránsito de un niño en la difícil etapa del
paso de la niñez a la adolescencia, y de esta, a la juventud, en la que debe
empezar a tomar decisiones. Muchas cosas cristalinas y otras ocultas irán emergiendo
poco a poco.
COMENTARIO
1:
LIBRO: “RETORNO
A LA MORADA”
Por Sócrates Zuzunaga Huaita
Cada vez
que escucho nombrar a Áncash, un pintoresco departamento andino, se configura
en mi mente el apacible y tierno color azul cielo, un azul de lejanías y
montañas majestuosas. Pues, “anqash” es una palaba quechua que significa ese
color poético. Y, estoy seguro que ese territorio, antiguamente, se llamó:
Anqash Llaqta, “pueblo azul”. Y, efectivamente, ese bellísimo lugar tiene el
ambiente de ese color tan poético, quizás influenciado por las majestuosas
montañas del Huandoy y el Huascarán, que pinchan el cielo azul con sus nevadas
cumbres. Y, precisamente allí, en un maravilloso y paradisíaco rinconcito
llamado Yurayaco, nació el escritor Roger Agüero Pittman, un autor que acaba de
publicar su segundo libro titulado “Retorno a la Morada”, una novela de
añoranzas y recuerdos infantiles y juveniles, junto a sus amados padres y
paisanos.
El escritor aparece ante nosotros como un novelista interiormente vinculado con los personajes de su obra. Y, de aquí, es que existe esa sensación de participación personal que nos otorga en la imagen del personaje principal de la historia, pero que –en realidad- es ya un representante de la literatura ancashina. Pues, ya tiene publicado un excelente libro de añoranzas y evocaciones, bajo el título de “Mirada de Niño”.
“Retorno a la Morada” es un libro episódico, escrito con un profundo conocimiento de la región andina que describe y con un sentimiento de gran comprensión de la psicología y el temperamento del hombre ancashino, criado y arraigado a la tierra de sus ancestros.
El torrente lírico y pueblerino, que es fácil advertir en la amorosa y sencilla prosa del autor, embellece el avance fluido de la historia, con un tono muy popular, con alusiones directas y cristalinas, con una gracia campesina y con un buen humor constante, hecho de conformismo con la antigua realidad andina de esa época pasada. O sea, que la obra es una descripción del paisaje y del poblador ancashino, embellecida con la presencia de cerros nevados, pampas, quebradas y caudales como el río Santa, cautivadores y hermosos lugares a los que cantaron muchos artistas folclóricos, como: La Pastorita Huaracina, Jilguero del Huascarán, Princesita de Yungay…
En este escenario, embellecido de diversos cultivos floridos, de verdes alfalfares, de frondosos árboles, el escritor retorna y encuentra a su amada morada u hogar y al recuerdo de sus queridos padres, a sus paisanos, todos obligados a seguir laborando por la ley de la vida agrícola, en continua actitud de chacareros y viajeros, para poder satisfacer las necesidades pueblerinas y hogareñas…
En este grandioso y andino paraje, el escritor recoge un rico caudal de impresiones y sus reflexiones son siempre muy atinadas y de hondo conocimiento y adoración a sus ancestrales costumbres. Su procedimiento narrativo es sumamente cariñoso y con un hábito dulce y tierno que no lo abandona en el relato. Pues, se advierte que utiliza una forma descriptiva, de colorida acentuación, para dar un relieve personal y original a las personas, animales y paisajes. De ese modo, la novela resulta apasionante y nos parece ver, en cada acontecimiento rural y provinciano, hasta el menor detalle, el tipo de existencia que el autor se ha propuesto mostrarnos y hacernos conocer.
En esto, inevitablemente, aparecen los sentimientos telúricos, los paisajes embellecidos por una escritura sencilla y poética. Y, claro, aparece también el inefable y bello resplandor de la vida campesina de Yurayaco. El autor domina, como un maestro, sus propios sentimientos y se empeña en hacernos conocer a su familia completa, donde resaltan sus queridos padres, don Jushty y doña Mally, y él aparece como el niño Lloqui, ya crecido y adulto.
¿Y qué es lo que verdaderamente nos seduce en esta novela que está escrita con encantadora sencillez y belleza, como que alguien nos está relatando su vida en una amical y atenta conversación?... Yo, creo, que es el corazón sensible y la profunda y sentida añoranza con que se desangra el corazón del escritor. Leamos la obra, pues está llamada a perdurar en el tiempo y que no se podrá olvidarla fácilmente…
SÓCRATES ZUZUNAGA HUAITA (Páucar del
Sarasara - Ayacucho, 1954). Escritor de larga data y afilada pluma, de cuidadoso
estilo, demuestra ser un profundo conocedor del alma andina.
Ganador de múltiples concursos literarios a nivel nacional e internacional entre los que destacan el Premio Nacional de Educación Horacio en 1994, 1999 y 2000; en cuatro oportunidades el Concurso del Cuento de las Mil Palabras de la revista Caretas; Concurso de Cuento “Inca Garcilaso de la Vega” convocado por la Casa de España; Primer Premio de Literatura Quechua de la Universidad Federico Villarreal en cuento (2000) y en poesía (2006); tres veces distinguido en las bienales de cuento Premio COPÉ; Laurel Cultural de Viernes Literarios, finalista en el Concurso Latinoamericano de Cuentos en Buenos Aires (Argentina), en Puebla (México), en el Premio Juan Rulfo (Francia) y en el Concurso de Cuentos Hucha de oro, (España); Premio Internacional Artífice de Poesía de Loja (España) por su poemario Luz de barro (2006).
Ganador de múltiples concursos literarios a nivel nacional e internacional entre los que destacan el Premio Nacional de Educación Horacio en 1994, 1999 y 2000; en cuatro oportunidades el Concurso del Cuento de las Mil Palabras de la revista Caretas; Concurso de Cuento “Inca Garcilaso de la Vega” convocado por la Casa de España; Primer Premio de Literatura Quechua de la Universidad Federico Villarreal en cuento (2000) y en poesía (2006); tres veces distinguido en las bienales de cuento Premio COPÉ; Laurel Cultural de Viernes Literarios, finalista en el Concurso Latinoamericano de Cuentos en Buenos Aires (Argentina), en Puebla (México), en el Premio Juan Rulfo (Francia) y en el Concurso de Cuentos Hucha de oro, (España); Premio Internacional Artífice de Poesía de Loja (España) por su poemario Luz de barro (2006).
COMENTARIO 2:
LIBRO: “RETORNO A LA MORADA”
Por Alfonso Jara.
“RETORNO
A LA MORADA”, es la segunda novela que presenta el autor, después de
“Mirada de niño” una
impresionante obra que gusta leer desde la primera página a la última. Esta
obra está dividida en tres capítulos o partes:
PARTE
I, Está conformada por 10 subtítulos,
como son: Añoranzas, La pradera y los marpos , Hablan todos, Viaje y
aventuras, Fuego y travesuras, Dime tu nombre, La sequía, La carretera, Don
lucho, La cometa de Amaru.
En
este ramillete de nombres de la primera parte, encontramos una serie de
acontecimientos, vivencias y experiencias vividas por el personaje principal.
Así, nos cuenta la cosmovisión del pueblo de Yurayacu, sus costumbres, sus
creencias y los poderes de seres animados e
inanimados. Nos encontramos con recuerdos y añoranzas del hogar, la
familia, donde prima la figura paternal con la descripción magistral del paisaje,
la pradera cubierto de un manto verde en plena floración y producción, en un
campo libre, las actividades agrícolas y las faenas comunales, la belleza y los
caprichos de la naturaleza con su flora y fauna.
La
interpretación y sus creencias a los aullidos desgarradores de los canes, el
viento fuerte, el calor intenso del día, la presencia inesperada de serpientes
en la casa, la visita de los moscones anunciando la muerte de un ser querido o
cercano, o cuando en tiempos de sequía en las noches a través de canciones y
oraciones las familias pedían al cielo y las montañas suelte la lluvia. Las
caminatas y aventuras por lugares inaccesibles para acortar distancias de
llegada o retorno, el jugar con fuego en una era para arruinar una cosecha de
trigo y la comida de los animales, los matrimonios pactados por los padres con
los novios conociéndose la noche de bodas y se preguntan por sus nombres o la emoción que bulle al
pueblo por la llegada de la carretera y la impresión de ver a los primeros
carros, sus sonidos y claxon, las ocurrencias de variar la hora en un reloj
para adelantar la salida en una faena, o el concurso del vuelo de cometas
consiguiendo hazañas, marcan la primera parte de la novela. Acompañadas de frases, pensamientos, refranes
y parábolas
La
PARTE II, está compuesta por 12 subtítulos: Viajar para estudiar, Día inolvidable, Rescate
de Laurita, Las ocurrencias de Alan, Inicio de clases, El premio, Loro sin ala,
Tierno amor, Mañana viajarán- he dicho, Ichic curas, Adiós- colegio, (china
cuchi). En esta segunda parte nos narra sobre el viaje a otros lares para
estudiar, la experiencia de pescar truchas con atarraya, la sensación, el
terror y sufrimiento de sentir en carne propia un gran terremoto que exterminó
con paredes, viviendas y vidas, producto de ello pernoctar a la intemperie; en
otro momento nos cuenta de la búsqueda de una hermana que por enamorada se
había ido muy lejos con su pareja, al cual un día llegó su padre fue rescatada
y retornó en un helicóptero a la capital de una provincia. Resalta a su amigo
Alan, un niño ocurrente, inteligente y juguetón para contar travesuras de la
edad; las actividades en la iglesia y los premios que repartían, la misa, la
reflexión, el crucifijo y el viaje a un lejano pueblo para celebrar la misa; la
historia de Loro, deportista y equilibrista y su accidente; el amor puro por
Victoria en la adolescencia; el viaje luego de una aterradora víspera de
lluvia, la crecida del caudal del río; El viaje a la capital de la república,
la ciudad gigante, sus avenidas, su modernidad, el seminario y la vida pastoral,
la voz de su hermana en el teléfono y por la baja estatura de los seminaristas,
los apodos; las serenatas por enamoramiento a las chicas más bellas. El último
año de estudios, el viaje de promoción y el adiós al colegio.
PARTE
III.- Nos presenta 4 subtítulos: Asomando por un nuevo camino, Gracias abuela, Te
he soñado- hijo, Segunda campanada. Presenta 28 subtítulos donde cada uno de
ellos nos narra secuencialmente los
hechos que ocurren. En esta tercera parte trata el viaje a la capital para seguir
estudios superiores, la elección de la carrera a seguir, el retorno a la morada
por navidad y año nuevo, la parada a medio camino para comer y ¡oh! sorpresa,
el ómnibus los había dejado parados y sin sus pertenencias. Los recuerdos y
consejos de la abuela sobre la vida en la gran ciudad capital y las
precauciones a tomar. Finalmente la llegada a la morada, el encuentro con sus
seres queridos, y la buena noticia de haber ingresado a la carrera elegida en
la universidad soñada.
Esta
novela está recreada en una bella y risueña población andina, por su magistral
descripción podemos pensar que es conocida por el autor, quien inicia con “Primera campanada” y nos engancha y traslada a un maravilloso
lugar, La morada donde -El yo-narrador,
que es el interlocutor puede ser el
autor o el mismo lector, como podemos apreciar en los siguientes fragmentos:
“He regresado a mi pueblo después de
doce años. La última vez que estuve aquí fue cuando falleció mi padre” –en otro
momento nos dice- “Continué caminando
mientras divisaba nuestras chacras”; “Al pasar por el lado derecho me dio una
corazonada y sentí miedo”; “La morada y las propiedades de mis padres aún
siguen en pie” -o estando en la vieja
casa- “Cuando caminamos por el segundo piso de la casa todo tiembla”; “Antes en
la casa había vida, estaba rodeado de jardines, de gente y animales. Ahora el
silencio y el misterio acaparan los espacios”; “ los pocos eucaliptos frondosos
y centenarios quedan como testigos de nuestra niñez y adolescencia”.
Si
bien la nostalgia lo abruma en recuerdos, hay una pena mayor que lo envolverá
en la noche oscura de la soledad andina:
“Pasé la noche revolcándome en la
cama de un lado a otro. El sueño no llegaba y se alejaba. Amanecí despierto”.
Así
como los fragmentos seleccionados podríamos mencionar muchísimos. Como vemos el
YO-Narrador nos explica con emoción y
nostalgia, el retorno a su morada, donde el paisaje sigue igual. Los eucaliptos
siguen ahí, pero ya añosos, centenarios e incompletos, así como la casa paterna
resiste al tiempo pero sin los jardines de antaño.
Roger
Agüero nos estrega esta obra literaria “RETORNO A LA MORADA” con melancolía y
añoranza a la tierra, pero también con mucha dosis de humor porque engancha al
lector a leer desde el principio con alegría y emoción y, porque a lo largo de
la obra, el narrador camina, observa, se alegra, se quiebra al pasar por
diversas situaciones emocionales, intercambiando con la gente del campo y sus
familias un pasado lejano de la infancia, la vida, las costumbres y tradiciones
del pueblo. Todo es entretenido porque el YO-NARRADOR le cuenta al
interlocutor su añoranza, su encuentro
con todas las familias, ya que los personajes de la obra existen en la vida
real y fantástica para enriquecer el nudo y el desenlace de los hechos transcurridos.
La
prosa de Roger Agüero Pittman es intensa y hermosa, está acompañada de frases,
pensamientos y parábolas para enriquecer
cada historia narrada, y porque a lo largo de la obra nos transmite una gran
riqueza lingüística entre el lenguaje formal, los dialectos, cronolectos y
sociolectos dentro de un ambiente andino fantástico, fabuloso y espectacular.
Estamos ante un gran escritor y novelista de polendas, comparables con los más
grandes representantes de la literatura, Arguedas, Alegría, Flaubert, entre
otros.
ALFONSO JARA CASTILLO (Lima 1964)
Licenciado en
Educación, en la Especialidad de
Literatura-Lengua por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y
Valle “La Cantuta”. Ha realizado estudios de postgrado en la Universidad César
Vallejo de Lima. Actualmente es docente y capacitador en temas pedagógicos. Es
coautor del “Libro de oro” (2014).
Poemarios: “Faroles Frágiles de la Luna”, “Rocíos de bosque”, “Haikus”.
Revista Cultural: “Literaturas Vivas”
(Director). Colaborador de la Revista cultural “Yarcán”. Ha sido
finalista en concursos nacionales e internacionales de poesía. Sus poemas han
sido antologados en diversos libros y revistas y participa en diversos certámenes
de carácter literario.
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Homenaje
póstumo:
ENRIQUE
VERÁSTEGUI: LXX ANIVERSARIO DE SU NATALICIO
Enrique
Fidel Verástegui Peláez, nació en Lima el 24
de abril de 1950. Sus padres fueron: don Enrique Verástegui Ordóñez y doña
Romelia Peláez Rojas.
Tuvieron ocho hijos: Después de Enrique, llegaron: María Luisa, María Nieves, Paulino Román, María Loren, Isabel Romelia, Rosa Elena y Carlos
Guillermo.
Estudió Economía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en
la Ecole des
Haules Eludes en Ciencias Sociales de París. Ha ejercido el Periodismo
en los diversos medios de comunicación de Lima. Desarrolló la crónica, la
crítica literaria. Profundizando en la parte de la investigación que le
permitió destacar en su sección Informes Especiales. Antes ya había logrado
obtener la Condecoración de la Orden del Sol del Perú para Anita Chiappe,
esposa del Amauta José Carlos Mariátegui.
Asimismo, obtuvo la Beca Guggenheim de New York, Premio “El Bardo
/Editorial Lumen”; Premio Luces del diario El Comercio. No faltaron los
reconocimientos y encuentros que llevaron su nombre. También Laurel
Cultural-VL. Fue uno de los fundadores del emblemático movimiento Hora Zero, junto a Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz y Tulio Mora.
Incursionó en los distintos rubros del conocimiento humano, así como la
filosofía, la sensibilidad y la visión del arte se expresa como tal para
descubrirse con más ahínco y saberse de sí mismo. Se casó con la poeta Carmen
Ollé y tuvieron una hija, Vanessa, quien a su vez le dio un nieto que responde
al nombre de Stefano.
Entre
sus publicaciones se encuentran: En los Extramuros del Mundo (1972), Praxis,
Asalto y Destrucción del Infierno (1980), Leonardo (1988), Angelus Novus I y II
(1989 y 1990), Monte de Goce (1991),
Taki Onkoy (1993), Terceto de Lima (1992), El Motor del Deseo / Dialéctica y
Trabgajo Poético (1987), El Modelo del Teorema, apología pro Totalidad,
Análisis de la Poesía, Teoría y Práctica del Xalmo (2016), El Principio del No
– Ser (2017), Bodegón. Poemas Recuperados 1973-1976 (2017).
SU
PASO POR VIERNES LITERARIOS
Enrique
Verástegui se presentó por primera vez el 17 de enero de 1992 (Prog. 48) y la
última, el 13 de enero de 2017 (Prog. 1127). En la oportunidad que se presentó
con el poeta nacional Marco Martos, ambos fueron reconocidos con el Laurel
Cultural (Coop. Santa Elisa). Entre sus últimas actividades en Viernes
Literarios, participó como integrante del Jurado en el Concurso “El Mejor Poema
a Vallejo” que se realizó en abril de 2018. La reconocida poeta Carmen Ollé recuerda en un artículo haciendo
alusión a la devolución de un libro prrestado y había subrayado, como solía
hacerlo cuando algo le interesaba, en este caso fueron los versos de A. Block: El día transcurría/ en una dulce locura.
Enrique
así continúa y continuará mientras haya poesía y seres que nos aventuremos por
ella a pesar de estos tiempos de pandemia. ¡VIVA LA POESÍA!
Lima, 24 de abril de 2020.
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HASTA EL SIGUIENTE PROGRAMA 1284 DE VIERNES LITERARIOS.- 1 DE MAYO 2020:
POESÍA:
ROGER SANTIVÁÑEZ desde USA.
ELGA REÁTEGUI desde España
MARÍA DOROLORES REYES de México
ANTONIO SARMIENTO (Premio Copé)
ANTONIO SARMIENTO (Premio Copé)
HOMENAJE:
1 DE MAYO: “DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES”.
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