PROGRAMA 1285 DE VIERNES LITERARIOS.- 8 DE
MAYO / 7 P.M./ DESDE EL CENTRO DE OPERACIONES VL (COVIL).- RECITAL POÉTICO CON
LOS POETAS PUNEÑOS: BORIS ESPEZÚA SALMÓN, LOLO PALZA VALDIVIA, FERNANDO
CHUQUIPIUNTA, LUZ DELIA JUSTO Y HOMENAJE PÓSTUMO AL POETA EFRAÍN MIRANDA LUJÁN.
MÚSICA: SHIRLEY.
CONECTARSE A:
http://viernesliterarios.blogspot.com
PROGRAMA 1285 DE VIERNES LITERARIOS / 8 DE MAYO DE 2020.
(CENTRO
DE OPERACIONES DE LIMA-PERÚ)
EMPEZAMOS CON
EL PENSAMIENTO DE LA SEMANA:
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“LOS GOLPES DE LA ADVERSIDAD SON MUY AMARGADOS,
PERO NUNCA SON ESTÉRILES”.
PERO NUNCA SON ESTÉRILES”.
(Joseph Ernest Renan)
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EL RINCÓN DEL RECUERDO...
EL RINCÓN DEL RECUERDO...
PROGRAMA 200 DE VIERNES LITERARIOS.- HOMENAJE Y LAUREL CULTURAL AL GRAN ACTOR NACIONAL LUIS ÁLVAREZ POR SUS 50 AÑOS DE VIDA ARTÍSTICA.
RECITAL
POÉTICO
BORIS
ESPEZÚA SALMÓN (Juli – Puno)
Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en
la Universidad Nacional “Enrique Guzmán y Valle”, La Cantuta, donde obtuvo el
grado de Abogado y Educador; respectivamente. Tiene publicados los siguientes
libros: “A través del Ojo de un Hueso” (1988), “Transito de Amautas y otros
poemas” (1990), “Alba del Pez Herido” (1998) y “Tiempo del Cernícalo” (2002), “Gamanliel
y el oráculo del agua” y “Máscara en el Aire”.
Fue ganador del Premio
COPÉ DE ORO de Poesía (2009). Participó en diversos Festivales de Poesía en
países como Cuba, Colombia, Chile y México. Laurel Cultural (Viernes
Literarios). Actual docente ordinario en la UNA- Puno.
ENTRE
EL IZAÑO Y LA TARDE JULEÑA
En memoria de:
María Asunción Galindo y Daniel Espezúa Velazco.
Aquí, en medio de estas
pajas silbantes se rompe la sal, frente al lago Wiñaymarka, donde los perros
negros hablan con los celajes de Lupakas y Jesuitas, yazgo al lado del Colibrí herido para ahuyentar la muerte que
respira en la nuca y en los ojos de la memoria discurre su llanto por las
goteras del corazón.
Hay un pájaro dormido en
los hombros de aquellos ancestros sin sombras, que nunca perdieron sus nombres
y tampoco tuvieron mañanas, sólo ángeles caídos, solo brumas recordadas en
frías fogatas en junio, cuando florece la rosa negra.
Aquí, en medio de los
siete centros de la tierra, llegas con el agua que está detrás de la noche, con
tu ojo grávido de misterios a tu pueblo de Kusillos, para echar una lágrima de
cianuro y una mueca para el desconsuelo.
Llegas a la tercera
mitad de tú latido entre las piedras indóciles y tu conciencia cartesiana que
baja a la punta de los dedos del pie, da tres chasquidos en cruz para arriba y
tres chasquidos a la Pachamama para abajo, que hacen el trinomio vertical de la
respiración.
La noche se esconde en
el ala del silencio y el relámpago cae al centro de la sombra. Al anochecer
aparecen las Luciérnagas y en el camino hacen una objeción al tiempo y al
espacio.
Zumban y alumbran y
desaparecen los segundos y el entorno que te cuadricula. Las flores se cierran
y el fuego se guarda. Ese fuego partido tiene una mitad de frío.
Nadie siente sin el
otro cuando se desdobla la realidad en tus manos. Nadie cruza sólo los
hemisferios lógicos y los ilógicos sin hacer una apacheta en la sonrisa.
Para unir los
contrarios, para polarizar lo cohesionado y hacer aleatorio lo único.
Encarnado de espíritu,
descreído de belleza, desnudas las verdades en semi verdades, para que las
paradojas se estacionen en la certeza.
Ahora sí puedes arrojar
tu dolor diverso. Y arrancar de tus raíces la danza que orea en tu piel y tus
huesos para endemoniarte en el vacío.
Ahora tus ojos se
descubren, como ayer para mañana ser de aire, para vigilar invisible las
espigas, el descarne de los resentimientos el desgaste de los sentimientos.
Tocas los sikuris sin
su canto, chajchas la coca sin su llucta y camino a Chinchanalave aprisionas el
instante en tus ojos para oír tu sangre y morder tu respiro.
Verticalmente, refulge
el paisaje para recordarte que eres un fin en ti mismo, que tu dignidad no es
una estatua, que tu lloro llora y tu rezo reza y el huevo de tu genitud
sostiene la esfera de tu existencia circular.
Y que pluralmente,
resuene el brillo de tus tejidos, con caitos de ensueños, colores fecundos de
surcos y de solsticios. Soy en ésta roca firme.
Hijo de los cantones y
sus escalofríos, ahijado del tormento de la Chinchilla, colindante de los
verdes truenos que como látigos electrizados persiguen a las primeras lluvias
de agosto.
Soy la media luna en
este lago lapislázuli, donde vibra los ajayus de diciembre, y tiemblan los ojos
rojos con coágulos de tanto mirarte, de tanto sentirte, Juli, tierra de tarka y
de tayacha.
Frótate con sangre
reseca de Lagartija, las fisuras de tu historia, las honduras de tu grandeza.
Álzate San Bartolomé frente a los malos designios, al costado de Huaylluni y
del Sapacollo.
Saca de allí tu suerte
enterrada y atiza las espinas que dolientes la cuidaban para la fiesta de
exaltación, para la fiesta de resurrección.
Celebra los buenos
sembríos visionados donde la naranja lanzada en el Orkofiesta y las flechas
cruzadas para esquivar las sequias, aún hacen llagas en el aire.
Ahora, te das la
vuelta. Levantas siete hojas de coca challadas con gotas de vino negro,
levantas un Escarabajo que delira y una kantuta que suspira, y muerdes una vez
más el izaño para despedir la tarde que te ha traído y que hoy te lleva con la
brunaluz del equinoccio de setiembre.
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Glosario:
Izaño: Oca amarilla.
Ajayu: Espíritu o alma Challa: Rito andino.
Tayacha: Izaño congelado.
Chajchar: Mascar coca.
Llucta: Ceniza de tallo de quinua.
MAGIA
NEGRA Y MAGIA BLANCA
Soy
el Yatiri
el
dueño de la oscuridad
y la claridad.
He
sido cogido por el rayo
que penetró en mi cuerpo
con
una venda empapada de luz
pude curarme
juntando
la culebra macho
y la culebra hembra
y
hacer nacer una araña
con cola dorada
criada
en el nido de mi ombligo
para curar a la gente.
He
sido fumado por mis enemigos
para mi mala suerte,
masticando
la ceniza endurecida
con la coca partida
apretando
el rosario con la mano
izquierda.
Tengo
la intuición a flor de piel
para
advertir los lugares buenos o malos
las
causas y las consecuencias
los
remedios de ojeadas, amarres y
maleficios.
Los
verdaderos brujos
no matan los metales
no entenebrecen las moradas
cuando
las golondrinas se alocan
anunciando las tormentas.
Rompen
los alambres puados para
liberar el camino.
Para
echar la mirada hasta el confín
de los pasos con luz.
Donde
no se come las raíces de las lluvias
porque
nos alimenta de esencialidad
y
drena incertidumbres y olvidos.
Eso es magia blanca.
Es
magia negra. Cuando las ropas al revés
son
rituadas en los cordeles
y golpean el pañuelo
y
tu sobrevivencia desfallece ante
un mal pan o un cuchillo.
En
dos líneas paralelas
la
ruta de tus manos se deforman
se
cierran con ponzoña los ponientes de
tu sangre
y te hundes en un hueco
tapado
con una piedra oceánica
donde
sepultas las raíces de los lluvias.
Una
vez que dejas éste mundo
y
antes que recibas la extrema unción
todas
tus cofradías se reúnen en tu nombre
eres
una rosa hecha de ríos
para
que tus restos no sean un bulto más
en el umbral del vacío.
Te
pintarán el rostro con achiote
te
cortarán un mechón de cabello
para
guardarlo en una cajita de plata
y
creer que te convertirás
en moscardón aterciopelado
o
en rayo o trueno que traerá nuevas lluvias
con
otras raíces que en la muerte
de los niños
debe
bailarse y reírse
para
asegurar la abundancia del maíz.
Está
en ti
si
quieres con una mesada curarte
para
una larga vida
o si quieres morirte ya.
Total
la
magia negra o blanca
en ambos casos
desempeña
un papel activo
en beneficio o maleficio de los
vivos.
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LOLO PALZA VALDIVIA (Puno,
1964)
Es Arquitecto.
Publicó los siguientes poemarios: Ser Cárdeno, Sub versión o Versión menor de
la palabra, Ars Poética, Al pie de los campanarios, Naufragio de Noé, Vida
Breve, Travesía Imaginada. Sus poemas pueden leerse en las antologías; tales
como, Municipalidad de Paucarpata; Dr. Tito Cáceres Cuadros, Casa Nacional del
Poeta. Presidente; José Vargas, Literatura Peruana. Director; José Beltrán
Peña, Literatura Arequipeña. Dr. Tito Cáceres Cuadros. Antología Comentada de
la Literatura Puneña. Feliciano Padilla Chalco, Poesía viva del Perú. Raúl
Bañuelos, 10 Años de Literatura Puneña. Jorge Flórez Áybar, Antología de la
Poesía Arequipeña 1950-2000; Dr. Tito Cáceres Cuadros. Aquí no falta nadie.
Walter Bedregal, Biblioteca Juvenil Arequipa y 30 Voces contemporáneas en la
Poesía Puneña.
AL
PIE DE LOS CAMPANARIOS
“Yo creo que del agua nacen los dioses
para fundar
los imperios”
A las piedras, Yo.
Corriendo por las
cordilleras en el viento.
El canto del corno
hablándome desde el fondo de la tarde.
Ahora que el paisaje se
pasea por mis ojos,
Ya no se oye el
murmullo de las aguas.
El río está vacío y
solitario, como la fría ventisca que serpentea mis huesos.
Mi madre está cansada.
Las flores del campo
mueren entregando su perfume al sol.
Pacha Mama
Tú que lloras al pié de
los Apus y sangras por los ríos plañideros y nocturnos,
Haz que los pájaros
canten cada vez que te iluminan los relámpagos.
Demasiada paciencia hay
en tu seno, demasiado amor en el surco.
Más de quinientos años
de luchas y conquistas, y la piedra conservando su fulgor de siglos.
Estremécete al ver mis
hombros desnudos sobre el país de tierra.
Cantarán los ponchos al
viento. Saltarán los colores bajo al sol entre las nubes.
No he visto otras manos
tan ocres y tan tiernas.
Porque de ella es que
venimos y a ella regresamos, ya sin dolor,
Cuando muy cerca se
dibuje nuestra sonrisa, después de la lluvia.
La luna clara jugando
con el agua. El sol alargado sobre las piedras.
De nuevo a nuestras
fiestas. De nuevo a nuestros campos.
Nunca más, al pie de
los campanarios.
HOMBRES
Y PUEBLOS
Mi pueblo pequeño, Como
ropa amontonada a orillas de un río.
Callecitas empedradas
en el tiempo.
Espejitos de agua
después de las lluvias.
Banderitas pintadas
sobre las paredes.
Flores amarillas para
el carnaval.
Mi pueblo pequeño,
acariciado por el terciopelo azul del cielo.
Con sus ojos perdidos
en lontananza.
Mi pueblo pequeño, de
atardeceres multicolores -portones y zaguanes-
Fiesta de trueno y
relámpago.
Tejados besando
amorosamente a la lluvia.
Noches silenciosas
–solitarias- repartidas entre cumbre y cumbre.
Dejando caer oscuros
misterios sobre sus pálidos sueños.
Mi pueblo pequeño,
alargado por amor a la luna.
Acariciando la escarcha
de sus lágrimas, cuando el sol viene a besar muy temprano
su ceja congelada.
Piedra sobre piedra
-como ruinas humeantes-
Dejando volar -como el
humo- su hálito de vida.
Hombres y pueblos.
Un diluvio de rostros
milenarios
Bailando sobre el barro
La paja
O la arcilla.
HIJOS
DEL SOL
Con su ala tibia viene
la mañana,
A despejar las sombras
del frío.
Triste la pampa.
Gruesa la bayeta.
Puro el invierno.
Despierto desde mi casa
profunda,
Desde lo seco del
olvido.
Y señoreo sobre la
tierra inhóspita.
Voy lejos de los
caminos.
Los pajarillos
clamorean la madrugada.
Sobre el campo,
El sol apenas deja
pasar un poco de sus ganas entre las nubes
Y una bandera Arco Iris
ondula sobre el río y el pajonal.
Trepo las colinas, por
los caminos de piedra
Que están hechos para
los dioses.
También yo soy un hijo del
sol.
Corono la más alta
cumbre, hundo el Warayoc y grito.
Grito desde esta
piedra, hasta más allá del orbe.
Mi silencio milenario
hará romper las barreras de tu corazón.
Luego sin lágrimas,
giro alrededor de mí mismo.
Observo todo lo que me
pertenece
Por la divina gracia
del agua, el aire, la luna y el sol.
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FERNANDO
CHUQUIPIUNTA MACHACA (Huancané
- Puno)
Es
Coordinador General de Wiñaymarka Editores. Estudió Comunicación en el
Instituto de Educación Superior Pedagógico Público de Huancané. Fue ganador del
Premio “Libro de Oro” 2018 de la Casa del Poeta Peruano de Juliaca.
Tiene
en su haber La pipa sinfónica, La crestomatía del tío arcaico y sus textos
literarios, Brío del trovador, Monólogo del aedo y 30 voces contemporáneas en
la poesía puneña. Está por publicar 20 copos de nieve y un lienzo azul. Es uno
de los impulsores de la creación de la Biblioteca Municipal de Moho.
Ha
sido colaborador en las páginas culturales del diario Correo (Puno), Sin
Fronteras (Puno) y Los Andes (Puno), también ha realizado eventos literarios
que nos mantiene presente los valores culturales de un pueblo que no ha dejado
de sembrar, cultivar y cosechar intelectuales para orgullo del Perú.
CONDESA DE VALLADOLID-ESPAÑA
Se
arregló su cabellera de ciprés.
Se
deslizó
con
el viento imponente,
el
mar de colores
retocó
su rostro inocente.
Vio
las manecillas del reloj,
dibujó
las estrellas fulgurantes del cielo,
las
guardó en su aguayo multicolor,
de
aquel 25 de abril.
Se
quedó convencida
de
los pies del río,
del
espejo del agua,
de
los balseros del Titicaca,
que
son como las
fuentes
inagotables
de
las náyades.
Se
quedó persuadida
porque
sus manitas acicaladas
surcaron
los rosedales
y
los maizales de Paris.
Se
deslumbró
la
condesa de Valladolid-España
porque
una rosa durmió
en
las orillas de sus labios.
ETERNIDAD
Suelo
contemplar las noches lúgubres,
enalteciendo
el rostro
sublime
de mi padre,
imaginando
que las balsas de totora
danzan
sobre las nubes iridiscentes.
Él
se fue al más allá
del
común denominador,
los
canarios sollozaron en demasía,
las
constelaciones se desmoronaron por doquier,
la vía láctea escribió su nombre
en
el mapa de los sueños.
La
luna ha enviado una carta de esperanza,
lo
recepcioné en la Isla de los Uros,
diciéndome
que había llegado el plenilunio
con
un piano del último adiós,
invadiendo
mi corazón de tristeza.
Quiero
ocultarme detrás de los espejos invisibles
para
consolar mí profundo dolor.
Quiero
estar detrás de las parquedades glaciales
para
recibir el último adiós.
LOA AL NACIMIENTO DE ANTENOR
SAMANIEGO
Entre
el rótulo de la esfinge
y
la bahía del dolor
se
condensa la limpidez
de
las aguas mansas.
En
la sierra central de Sicaya
bulle
el teatro de la nostalgia
junto
a las canciones jubilares
de
la oración y la blasfemia.
Antenor
Samaniego
evoco
tu nombre
en
el mar de la intensidad
donde
navegan los yaravíes
al
filo de la luna llena.
Las
hieráticas manos
escriben
el fuego lacerante
de
tu corazón, redoblando
el
pasado y el presente
en
la morfología del tiempo.
Antenor
Samaniego
¡Siempre
pescaré luceros en tu nombre!
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LUZ
DELIA JUSTO PINTO (Moho - Puno)
Es Médica Cirujana
egresada de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno. Fue nombrada como
“Embajadora del arte y la cultura Juliaqueña”, Gerente General de Wiñaymarka
Editores.
Ganó el Primer Lugar
del VIII Concurso de Poesía “Libro de Oro 2019”, de la Casa del Poeta Peruano.
Fue una de las galardonadas del XXV Concurso de Poesía del Certamen Nacional
Cultural del Colegio Médico del Perú 2019. Recibió el Galardón Internacional
“Cristo de la Concordia” Cochabamba-Bolivia 2020.
Ha publicado los
siguientes libros: “Manual en Aymara: Elaboración de la historia clínica” y
“Ápex poético”. Sus poemas se encuentran en las antologías poéticas, tales como:
“30 Voces contemporáneas en la poesía puneña”, “El mar no cesa. Muestra de
poesía peruana”, “Poemas de abril”, “Amor libre”, “Primavera de versos”, “Noche
de versos”; en las revista Andina de Cultura “Sieteculebras”, “Brisas del
Titicaca”. Seleccionada en la Antología Mundial de Poesía “100 Mujeres Poetas”.
Antología de amor por América, España e Indonesia “La belleza del amor”, en la
Revista Cultural “Caras de Latinoamérica”.
Ha organizado eventos
significativos en la región de Puno. Impulsora de la creación de la Biblioteca
Municipal de Moho. Es una renombrada poeta aymara de la generación del post
2000.
AEDA
DEL PETRICOR DE LAS COLINAS
Soy
la mística mujer de barro,
de
los Apus tutelares,
rapsoda
de las pakarinas y los puquios de vida,
las
espigas y el sankayo
crecen
en mis arterias bucólicas,
manantiales
de versos
adornan
mis
enaguas de bayeta,
la
escarcha de la helada
peinan
mis cabellos de ciprés,
el
bálsamo de los primeros tubérculos escarbados
recorren
los andenes de mi cuello de vicuña.
Una
lliclla mansa, entrecruza mis hombros de suri,
la
mascaypacha subversiva
cuida
de mi idioma
peinando
las vocales de mi estro poético
en
una modesta madera de eucalipto que danza.
Y
la acrobacia de los cóndores celebran airosos
el
hálito fecundo de Rita Puma que germina de mis labios.
LA
PACHAMAMA
Te
he sentido
l
l
o
r
a
r
en
tus cauces disecados,
el
holograma
de
los chinchilicos
e
s c a p a n
a
los ríos,
apuñalando
tus entrañas
y
la efusión del
f
l
u
j
o
uterino
de
tus andenes,
lapida
el labrantío
y
asfixia mis pulmones.
Me
arrodillo
aterrorizada
en
tu regazo de quina
d
e
s
g
a
r
r
a
n
d
o
mi
laringe de prosa,
cubro
tus llagas
con
mi pañuelo de protesta
y
en los puntos cardinales de los riachuelos
junto
a mis aliados,
codo
a codo, sin trémula
aboliremos
el
cataclismo del relave minero,
para
recuperar tu fecunda homeostasis.
CANTUTA
DE PRIMOR
En
las aristas del lago Titikaka
emerge
la legitima cantuta de enero
pincelando
con sus colores señeros
los
caudales de amor de la maskaypacha.
Sus
ojos bellos cual cielo de noche de abril
embelesan
las pakarinas de aquel labio carmesí;
mientras
que los apus silentes por un beso aymara
musitan
mudos, en los brazos de la alborada.
El
viento revolotea sus inquietos cabellos
junto
a sus preciosas trenzas de carbón
cubriendo
sus sonrojadas mejillas de arrebol
que
danza con la melodía de su fecunda voz.
Soy
Kusi Quyllur, Afrodita, Helena y Dulcinea
que
anhela el suspiro de Don Quijote, Becker y Melgar;
mi
universo erótico danza en una burbuja de ilusión
y
la pléyade de mi verso ansía ver la cantuta de primor.
La
cantuta de primor, que embelesa el primer rayo de sol,
que
seduce los ojos de una musa incrédula al amor,
que
brinca su aroma por las sendas del jardín del altiplano
y
vislumbra su color en las manos de un doncel enamorado.
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HOMENAJE PÓSTUMO AL POETA PUNEÑO
EFRAÍN MIRANDA
Efraín Miranda Luján
(Puno, 1925 - Arequipa 2015). Poeta, una de las voces más importantes de la
poesía peruana y latinoamericana del siglo XX. Su trabajo poético se hizo con
el pausado rigor de la poesía. Con la publicación de Muerte Cercana (1954)
aparece en la escena literaria de la década del 50. Durante un prolongado y provechoso silencio,
signado por su experiencia en la comunidad de altura Jacha-Huinchoca de Puno,
llegará con Choza (1978), definitivo libro que renueva la tradición poética.
Poemario con el que, la voz indígena coge la palabra –ahora escrita– para
expresar el mundo andino y erigirse como la contracultura. Vida (1980) nos acerca al indígena que
transita por espacios distantes de su comarca y Padre Sol (1998) nos aproxima
al mundo de los dioses locales.
EQ
Soi una indiecita
escolar. Me reconoces;
mi retrato está en
folios de grandes libros;
retratada con polleras
o con “uniforme”.
Me pongo de cabeza y el
cielo está abajo
y la tierra queda
arriba; así no es mi mundo;
me pongo de pies:
el cielo regresa arriba
y la tierra para abajo;
el mundo comienza en mis pies,
este es mi mundo.
El mundo comienza en
mis huesos,
en los truenos que
respiro, en las cordilleras que empuño
y hago una madeja para
tener mi imago mundi.
Mis trenzas hacen
camino a la casa—, en los folios
te informaste que se
destechan sacándole un palo;—
mi abuelito me dice
pariguana
porque aprendo a dormir
sin cerrar los ojos;
mi tío no sabe ni
firmar
y mi tío materno tiene
primaria
me riñe que acaso por
eso come más.
Los vidrios de la
Escuela
desvían el Sol hasta mi
patio distante;
la Escuela es la casa
más grande de todo;
le he dicho a mi padre
que compre una carpeta para nosotros.
Frente a la pizarra se
me adelanta una niña blanca,
a ella es a quien educa
el Maestro.
Lloro porque soi india
y tengo una niña blanca
que el Maestro ha
creado dentro de mí;
esta niña no me puede;
el Maestro le da
fuerzas y sustento
el Maestro tiene
grandes métodos para esa niña.
El Maestro se olvida de
mí, de todos los alumnos
y dice que para los
indios no se ha inventado nada.
A ratos me confunde: me
convierte en ella
o ella en mí;
cuando no me habla el
profesor, desaparece;
en cada diciembre muere
y cada abril resucita.
Al concluir mis
estudios se extinguirá
en la parcialidad.
MY
La capital del
Tiahuanaco fue Tiahuanaco,
la capital del Tahuantinsuyo
fue el Cusco
la capital del
coloniaje fue Lima.
la capital de la
república es Lima.
Ni los virreyes ni los
presidentes
hicieron mudanza
descentralista.
Quien domina el Perú,
¿domina Lima?
quien domina a Lima,
¿domina al Perú?
¿Es Lima el estómago del
país?
¿Es Lima la sangre de
la república?
El cerebro del Estado,
¿es Lima?
El cuerpo del
territorio, ¿es Lima?
¿Es Lima el mundo
sensible de la nación?
¿Es Lima la riqueza
subjetiva de la patria?
¿Es Lima la entrada a
lo racional
o la salida de lo irracional?
¿Es Lima el conflicto
de las complicaciones individuales
o es la confusión de
los enredos sociales?
Lima, los basamentos de
la movilidad social;
Lima, la cúspide de los
contactos simbólicos;
Lima, la descontrolada,
la cosmopolita,
la del neutralismo, la
ambigüedad…
6
Las niñas con voz de abuelas
hipertensas,
las futuras madres con
proceso de criaturas nonatas,
las célibes con lamento
de madres solteras,
los ancianos con
ronquidos de niños desvalidos
sobre la planicie del
cerro, demandan:
¡Compasión; Señor!
¡Piedad; Señor!
¡Misericordia; Señor!
¡Lluvia, lluvia, Señor!
La protección —nosotros— de los
dioses semiasfixiados
llega a su término.
El alegre y diáfano
columpiar que fue de la Tierra
es ahora dentro de una
bolsa fétida de hollines
La legalidad y
legitimidad de las lluvias
han sido vulnerables
por la locura,
vanidosa e imprudente
de esta civilización.
Se han derogado los
derechos de la nube y del viento;
se ha descodificado la
justicia del clima;
se ha bombardeado la
organización del espacio.
Los alboreos y ocasos
creaban estados sublimes;
los de ahora provocan
ánimo malsano e impulsos agresivos.
La atmósfera fue
autosuficiente de recursos propios,
reprendía al calor y
castigaba al frío.
Las lluvias pasadas
eran inodoras y traslúcidas,
las de ahora son
mefíticas, manchadas.
34
Nuestras capturadas almas
flamean mártires en la
punta de encendidas espadas,
esgrimidas por
arcángeles y santos.
Son modelos de armas
antiquísimas, antes de la humanidad;
y, en nuestro caso,
antes del fuego del infierno;
hechas a golpe en las
factorías de Luzbel, en épocas
de mutua amistad y
confianza con Jehová.
San Gabriel, San
Miguel, San Santiago, San Jorge…
espadachines diestros e
invencibles
con San Bartolomé y su
cuchillo,
presentes a la
vanguardia de los combates contra nosotros
indios con flechas,
maqanas, hondas.
Los reconocemos en los
altares,
en las festividades
patronales calendarizadas.
Y, a pesar de ser
enemigos divinos nuestros, ¿cómo es
que nos han obligado a
venerarlos
si participaron
directamente en el despojo sangriento
de nuestro
Tawantinsuyo?
Todo comenzó con el
tráfico de alcohol desde la península;
induciéndonos a la
violencia, al sexo, la gresca, el crimen.
La clase virreinal y la
comunidad católica aplaudieron, (todavía, lo
hacen); y califican de
Buen Año a más de dos
muertos. Y argumentan
la creencia de Mal Año,
en caso de no
producirse crímenes.
Y, en los costumbrismos
orgiásticos,
han aparecido santos y
santas insinuadoras del folclore,
la dipsomanía, las
crisis hogareñas, los pleitos, etc.
90
En era de los dioses descansando,
aprovechan las naciones
para salir de fronteras
y sangrar a la
siguiente, en carnicería de guerra,
cada vez más
interesantes, por estrenar novísimas armas.
Los medios violentos
seleccionados valen por sí mismos.
Para los dioses, ello
es recurrencia prearcaica.
En tales épocas los
hacían intervenir a la fuerza. Hoy,
las doctrinas de
belicosidad han cambiado. Los dioses,
se mantienen al margen
distrayéndose con sacudidas
a mantos tectónicos,
propagando epidemias, repartiendo calamidades.
Los pueblos, despavoridos, se
apretujan ante los altares:
—«Buda; conmiseración».
—«Krishna; piedad».
—«Dios; ampáranos».
—«Aláh; perdón».
—«¿Ven? Nada mejor para
los tontos que las guerras y los desastres»
—«¡Que se frieguen.
Harto les costará el haberse olvidado de nosotros!»
—«Mírenlos. Cómo se
estrujan, ahora, ante los altares nuestros».
—«Plagas, hambrunas,
miserias. Vale la pena prolongarlas… ¿No?».
Birakocha, irá a las
culturas; siempre y cuando
e inicialmente, sus
dioses inicien un período de purificación.
Birakocha no es
ególatra.
¿Para qué naciones que
lo adoren, vanamente?
Birakocha es un
creyente.
Cree en la relación,
fidelidad-confianza
que enlaza una persona
a otra,
individuos a otros,
entre semejantes.
Birakocha, nunca fue límite.
Birakocha, fundó el
parentesco supremo no sanguíneo: fraternidad.
Propició y reconoció el
nexo supremo: mancomunidad.
Birakocha, es el
inmediato vínculo: sociedad-naciones;
Birakocha, es el
Cosmos, el aguacero y el fructiferar
de analogías
indestructibles:
Humanidad
–Tierra–Cosmos.
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JUSTICIA
POÉTICA EN CHOZA DE EFRAÍN MIRANDA.
Por Boris Espezúa
Salmón.
Efraín
Miranda, será homenajeado en Lima y en algunas ciudades del sur del País en un
evento que le prepara La Universidad Nacional Mayor de San Marcos sobre su
obra, y que será replicado en Puno por el Grupo Sur de Escritores y Artistas,
en los próximos días a donde deberemos de concurrir los amantes de la buena
literatura, es por ello que merece nuestra atención de manera sucinta en esta
oportunidad para que podamos acercarnos a conocer y reconocer su obra de un
modo más exacto y a la vez vivificante de mensaje como una de las grandes obras
singulares de los últimos tiempos en el Perú, la intención en esta nota es
hacer relevante el aporte sobre justicia poética que plantea Miranda en su obra
poética. En su poemario fundamental Choza (1978)1 plantea como eje central temático una justicia social adherente al hombre
andino. En “choza” expresa: “El Estado no puede domesticarme / con
ordenamientos jurídicos propios de su clase / Dispongo, elijo, practico normas
inherentes a mi pasado / y no el caos forense impuesto por el terrible poder /.
El Estado está organizado arriba / invisible, temido, triunfante / lejos de mis
sociedad natural / Nos gobierna con sutilidad de manos intangibles / con
técnicas ingeniosas de zorros que acechan, sentimos a cada rato la caída
fragmentaria / de códigos, cárceles, policías, jueces, abogados / tal si fuera
posible armarse un nefasto rompecabezas / entre los cerros y las pampas”. En
estos versos se hace una clara alusión política en contra del Estado por parte
de aquel que le es ajeno, engañador, contrario y obstaculizante. El Estado es
ajeno al habitat del hombre andino
que siempre está al margen del mismo. El hombre andino reclama y quiere otra
justicia que se refleja en este poema. La justicia poética no es lo arbitrario,
no es lo antojadizo, lo emocional, ni la terquedad; es el ojo que penetra en
las profundidades de las grandes desigualdades. La justicia poética no está en
las cosas, no es un ser en sí, algo ontológico, formal, subjetivo; es un actuar
de las personas, algo que está interpretando o conformando, buscando un sentido
que armonice con las complejidades humanas, históricas, sociales, políticas. No
es algo académico, o exclusivamente científico, ni un discurso jurídico con
fuerza simbólica; es una decisión de las personas, en la dirección del
conocimiento comprensivo con evaluaciones humanistas, vinculado a la ética y la
política interesadas en un vivir con calidad y menos miserias.
En otro poema Efraín Miranda,
expresará este lastre que llevamos los peruanos como signo inconfundible, que
es el racismo, al que Gonzalo Portocarrero llamaba racismo emocional asociado
al racismo ideológico. El Poeta, asumiendo la voz de otros como él, escribe 2 : “Quiero suplantar a un niño blanco / regresar yo, a su casa; / tener todo lo
que él tiene / comer lo que él come/recibir lo que él recibe / pertenecer a su
clase / y pensar lo que él piensa. / Sabe que quiero ser igual a él / y me
retiene en la oscuridad / se esfuerza para que de aquí yo no salga / me ata de
pies y manos / Amenazándome con el gobierno / cierra las puertas / desvía mis
caminos”. En este poema Miranda es más expresivo para revelar, desde la
posición de un niño que no es blanco, el deseo de querer ser blanco como
sinónimo de bienestar. El “blanquearse” es también desde los afectados por el
racismo una posibilidad de salir de su marginación, y una posibilidad de
ascender de status. Obviamente hay,
en este poema, una marcada relación de clase cuando señala que el niño desea
pertenecer a la clase del blanco. En la actualidad en nuestro país está en
debate las mutaciones que puede tener el racismo desde la etnia, clase o
cultura. Finalmente el poema relaciona al blanco con el Gobierno; en otras
palabras, vivimos gobernados por los blancos y por ellos estamos en la
oscuridad. La justicia poética de Miranda es un camino sin fragmentaciones con
una línea de rumbo de profundos surcos humanos trazada conjuntamente con la
dicotomía del blanco, el negro y el cholo. El poeta no sustenta una justicia
fuera de nuestra realidad, fuera de lo humano. Por lo que la justicia poética
tiene que ver con los seres humanos. Ante las situaciones límites del existir,
el carácter inacabado del mundo, la destrucción de las culturas, la debilidad,
la impotencia, el hambre, la enfermedad, las grandes desigualdades, los seres
humanos se buscan para comunicarse y vivir en comunidad. La apuesta de Miranda
en materia de justicia poética es el hombre.
¿Qué es entonces la justicia? La respuesta solo
es posible en un discurso de múltiples participantes, en una comunidad de
comunicación, en diálogo permanente que vierte claridad sobre la condición
humana desde criterios y contenidos históricos, materiales y concretos. La
respuesta va más allá de las simples estructuras abstractas y vacías
instauradas por una racionalidad que se agota en los juegos intelectuales
lingüísticos y formales. El contenido de justicia poética es el hombre: la
preocupación por el hombre, o por la vida con calidad en todas sus formas.
Por
la década del 80, un grupo de amigos que pergeñaban germinalmente el trabajo
poético en la ciudad de Puno, le hicimos tres preguntas a Efraín Miranda, una
de ellas era:
¿Por
qué se creía indio, sin serlo? Y él nos respondió, si lo soy, y a partir de
asumir este convencimiento, si puedo hablar de lo indio. La sencillez de sus
respuestas como de su vida misma, la amplitud y generosidad de llevar una vida
austera y a la vez enriquecedora fueron lecciones fundamentales para un
iniciado en poesía. Años más tarde reconoceríamos en él una auténtica vocación
de maestro y de poeta que es muy difícil de ser comprendida sino es a partir de
su admirable paciencia y su afición por la música clásica que ejecutaba en su
siempre sobria guitarra y por su gusto por lo diminuto o pequeño cuando nos
mostraba formas de botones, anillos, huayruros tallados, en cuya particularidad
expresaba también su universalidad.
Muchas
cosas se podrán decir de la poesía de Efraín Miranda, sin embargo, se trata de
reconocer al hombre que transmutó y evolucionó desde su vida de habitaciones y
patios de una niñez citadina, hacia la forja de una personalidad integrada a
los parajes agrestes de las alturas de la sierra puneña, integrada al ojo
genésico del altiplano y a la mirada firme y bronca de todo hombre andino. La
simbiosis que se produjo con Efraín Miranda ha servido para que en su poesía
exprese una sensibilidad humana que sólo puede ser apreciada desde una justicia
poética, una racionalidad del pensamiento andino en forma auténtica. Este poeta
es un referente imprescindible y muy actual en estos tiempos de globalización
para reforzar las voces resistentes de las marginalidades. Miranda supo
plantearse a través de su poesía unidades referenciales que denotan variadas
experiencias y pensamientos del hombre andino. El uso de nombres, de objetos y
lugares expresan más allá de lo que se designa una palabra, una acción, no
restrictiva sino extensiva que de hecho alude a un movimiento o una
experiencia. Las palabras son la vida y los acontecimientos. Así, por ejemplo,
Amancio Chávez dice que al nombrar Chakinaani
que: “expresa camino para una sola persona por la herradura”, la palabra es
signo de acción y pensamiento. Cada espacio es un abanico de posibilidades
semánticas. El hombre andino tiene una visión vitalizante de su entorno. La
cultura andina no sólo es politeísta sino panteísta. Por eso concluyentemente
la racionalidad andina está basada en la holística, que reconoce todo cuanto
existe y forma parte de la experiencia humana como fuente de vida articulando
al hombre a través del diálogo permanente. Efraín Miranda es el poeta del
desarraigo y a la vez del arraigo, de los extremos que puede expresar dos
culturas occidental y andina, pero, sobre todo es el poeta de la
interculturalidad porque transita en forma equivalente, entre aceptarse y
reconocerse producto de ambas racionalidades. Su poesía está adscrita a lo andino
como un musgo fértil ante una piedra infinita. La apuesta por la justicia
poética, son alegatos por un cambio de rumbo en los ejes que mueven las
ideologías, las conductas y por lo tanto las diferencias, en ese torbellino la
poesía de Miranda, se planta como una estaca inamovible para recordarnos que
existe el ser humano, como centro y razón de ser de todo lo existente, y que
hay que volver a él para volver a sentir las formas de justicia que nunca
debieron haberse enturbiado.
[1] Miranda Efraín. Choza. Edit Humboldt Lima.
1978. Pág. 33
[2] Miranda. Op. Cit. Pág.43.
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EFRAÍN
MIRANDA, EN SU ÚLTIMA CHOZA
Por
Christian Reynoso
Efraín Miranda Luján,
el poeta puneño más importante después de Carlos Oquendo de Amat, ha fallecido
la madrugada del viernes 10 de abril en Arequipa, debido a la quebrantada salud
que tenía desde finales de los años noventa, motivo por el que decidió irse a
vivir a esta ciudad: solo, con su poesía y sus libros.
Miranda, llamado el
"Poeta indio", publicó los libros Muerte cercana (1954), Choza
(1978), Vida (1980) y Padre Sol (1998). Choza ha sido el más celebrado y
conocido y el que ha marcado un hito en la tradición de la poesía peruana y en
la misma obra de Miranda, ya que definió el corpus de su poética: la expresión
de la esencia y sabiduría del indio y su entorno, en términos estéticos y acaso
políticos. Ernesto More en el prólogo de este libro dijo que su poesía no era
"producto de la simpatía o amor al indio", sino "la respiración
misma del indio. ¡Y qué respiración!".
Pero tal vez por ello
Miranda siempre fue un poeta marginal, con una obra muy poco leída, más allá de
la ciudad letrada. Es recién en los últimos diez años que el interés académico,
sobre todo en algunas universidades de Lima, empieza a prestarle atención a su
poesía, aunque todavía falte dar la debida difusión a su obra. No obstante, hay
algunos estudios e incluso traducciones, que han sido recogidos con acierto en
el libro ¡Soi indio!, editado por Espino, Mamani y Gonzales, docentes de San
Marcos.
Efraín Miranda nació en
Puno en 1925. En 1948-50, en Arequipa, conformó el grupo literario Abemur junto
a Oswaldo Reynoso y Aníbal Portocarrero. Miranda les hizo leer a Rilke. En
1953, llegó por primera vez a Lima, donde publicó, al año siguiente, su primer
libro Muerte cercana, gracias a las diligencias de Augusto Salazar Bondy, quien
en el prólogo del libro dice que estos poemas "anuncian a un creador hondo
en la inspiración y excelente en la expresión".
A comienzos de la
década del 60, Miranda regresó a Puno para trabajar como profesor de una
escuela rural en la comunidad de Jacha Huinchoca, al sur de la capital. Es en
este lugar donde establece contacto con la realidad y el hombre del campo;
fascinado por ello, decide quedarse a vivir allí por más de quince años. Esta
experiencia, más la cultura universal que adquirió a través del aprendizaje
autodidacta, le sirvió para construir y nutrir su poesía.
En una entrevista me
refirió: "Todo ese contacto que tuve con los indios en la comunidad cambió
por completo mi cultura y mi forma de percibir la vida y el universo… era otra
sociedad, otra realidad y yo me fui adaptando a ella". En el año 2003, me
contó que estaba escribiendo una novela de tinte autobiográfico, sobre la vida
de un profesor en el campo. En el año 2008, me enseñó los manuscritos de un
nuevo libro de poesía enfocado en el tema de la relación amor-máquina. Pero
ninguno de estos dos libros ha salido a la luz por diversas razones, entre
ellas, el posible robo de una parte de los manuscritos, la reticencia de
Miranda a entregar su obra a terceras personas para concretar una publicación,
o el impedimento físico y económico para hacer él mismo las gestiones de
publicar, como acostumbró con sus libros anteriores. Ahora que ha muerto,
alguien deberá tomar una decisión.
La soledad y la
enfermedad fueron las preocupaciones que ocuparon la vida de Miranda en los
últimos años. Solo tuvo la compañía de algunos familiares y amigos que eventualmente
lo visitaban. Tal vez sea justo despedirlo con estos versos de Muerte cercana:
"Enfermo en la tierra / deseo vivir en el agua".
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EFRAÍN
MIRANDA: UNA POESÍA PROTO-ANDINA
COMO
REVELACIÓN DE LA REALIDAD HISTÓRICA*
Por
Armando Arteaga
La ubicuidad y la
procedencia originaria de la poesía de Efraín Miranda Luján se la han disputado
con equidad dos regiones sureñas del país: Puno y Arequipa. Incluso sus poemas
están antologados desde hace un buen tiempo, en “Antología de la Poesía Puneña”
de Samuel Frisancho (1976), y en “La poesía de Arequipa en el Siglo XX” (1990).
Sin embargo, esta disquisición cultural en torno a Miranda no es solo por la
prosapia de su originalidad, sino además por la prosperidad de la ocupación
espacial de su experiencia literaria y por el lado vivencial de su prono
“indigenismo”, siempre profusa esta experiencia hacia una visión
tawantinsuyana, y siempre proteica hacia la protesta reveladora del mundo
andino.
En realidad, el poeta
Efraín Miranda Luján nació en la hacienda Condoraqui, en la parte alta de
Cojata, provincia de Huancané, en esa meseta altiplánica helada, pegada a la
frontera de Bolivia, y modulada en una mixtura de colores, mística y
tramontana. Es además el penúltimo hijo de una numerosa familia que pasó su
niñez en Azángaro. Al respecto, Samuel Frisancho ha señalado que la infancia
del poeta fue triste, severa y transcurrida en soledad, por lo que desde niño
aprendió a habitar entre el sonido mágico de las zampoñas y las pictóricas
imágenes de los páramos aimaras, entre las arengas de los ocasionales yanavicos
y el movimiento juguetón de las vizcachas o, incluso, el paso solitario del
respetado puma, mirando escenarios donde crece la queñua, el kishuar, la yareta,
el ichu, el iro, la huailla, la kausilla, la kajlla, la altea y grandes
variedades de cactus. Precisamente, en los parajes de Huancané y Azángaro donde
pasó su niñez el poeta Efraín Miranda siempre se cosechan papas amargas,
cañihua y cebada. No son sitios sombríos
ni áridos, al contrario, son lugares miríficos, llenos de sorpresas geológicas
y de flores llenas de raros colores, que más tarde van aparecer telúricamente
en su poesía.
De niño, nuestro poeta,
pasó jugando su soledad en los aposentos de los dos cementerios de Azángaro:
uno nuevo y otro viejo. En ese entonces, el niño Miranda creía que los muertos
eran gente que se las pasaba durmiendo toda la vida y por eso interrumpía esos
sueños de sus vecinos eternos —con su presencia infantil embarazosa y
juguetona— en esa vivencia pueblerina, impresionante y surrealista. Esa primera influencia, dictada por la
naturaleza de las cosas y la metafísica humana de su pueblo en Azángaro, lo
conducirá a escribir posteriormente su primer poemario titulado Muerte Cercana
(1952). Precisamente, en esta publicación se encuentra el poema “Cuando un
niño…”, en donde el poeta evoca su infancia bajo la expresión de una pasión
sombría, al interior de un cautiverio triste enclaustrado en los pesados y
fríos muros de los años.
Lo mejor de este libro,
que en lo personal me ha interesado, es el poema “Desgajo de unas pocas
espigas…”, donde la naturaleza es la consejera sabia de la expresión de las
cosas, la madre que dicta la poesía terrenal.
La muerte es otro de
los temas garbosos de Muerte Cercana. En tal sentido, es notable destacar el
poema “Muerte”, pues en este el yo poético se extasía en el desinteresado
dilema de observar al mundo tornarse vacío, desimaginando la vida como una cosa
donde el ser se debate en un forcejear entre lo foráneo y lo nativo, entre el
mundo de lo interior y lo exterior:
MUERTE
Muerte, lo sé, estás
allí, atenta, vigilas.
Otras veces te
presentabas como una cosa entre las cosas
y yo en silencio bebía
las largas horas
que hasta ti llevaban.
Oh, si siempre te
acercas a ese modo:
que mis honduras no me
conmuevan
cuando tus superficies
se muevan;
ocurre, entonces, que
la voluntad ya no es mía
y al llamado de mis
fuerzas, éstas huyen
como refugiadas en
espanto;
los días vacilan sin
unidad ni sentido,
el mundo se torna
vacío.
como una gran casa
habitada, en cuyo interior
nuestra locura
instalará el interior,
y los árboles humanos
que se desarraigan
caen como vestimentas
sin dueños…
-si tú vieras su
abandono y su miseria
regresarías conmovida,
devolviendo al mundo
su corazón alegre y
dulcificado
(Muerte Cercana: 1952)
Entre los poetas del
70, escuché hablar con mucho respeto del poeta Efraín Miranda a Cesáreo
“Chacho” Martínez. Recuerdo exactamente una larga conversación con “Chacho”
acerca de su poemario Choza (1978), cuando asistimos a la presentación del
libro en Lima, y al cual se le asignó como siempre el silencio castrador del
oficialismo literario limeño de entonces. Recuerdo, también, haberle llevado
una carta para el poeta Efraín Miranda enviada por “Chacho” Martínez en un
viaje que realicé hacia Arequipa, me parece, en el mismo diciembre de 1978, con
dirección de Yanahuara. Fue a través de este oficio de “cartero” que empecé a
atesorar muy de cerca su poesía y a estimar el pensamiento del causalismo que
ocupa parte de su preocupación filosófica dentro de su poética. En tal sentido,
la poesía de Efraín Miranda casi siempre es una observación de la explicación
racional sobre los objetos, donde se trata de averiguar la verdad de las cosas,
expresando directamente la búsqueda de la vida sencilla, tal como pensaba
Thoreau: "la búsqueda de la vida sencilla, libre, magnánima y
dialéctica".
Por todo esto, me llamó
mucho la atención revisar la revista “Catarsis” N- 4 (Julio 1981, Puno), y
encontrarme con una entrevista realizada por el poeta puneño Boris Espezúa
Salmón a Efraín Miranda. Lo sorprendente y lúcido de esta entrevista, es que
allí se muestra una parte en síntesis del pensamiento y la propuesta poética de
Efraín Miranda:
Boris Espezúa: Ernesto
More en su libro polémico “Choza” dice, que su poesía no es indigenista, que
sus poemas son indios, y Ud. es un legítimo indio. En esta dualidad
indio-indigenista, ¿Qué clase de indio es Ud. sin pertenecer al indigenismo?
Efraín Miranda: Se
piensa que las razones tienen forma y fondo de expresar su arte; los negros
expresan su opresión y forman su propia cultura. Ser indio no es una cosa tajante, extrema,
como creen otros; yo he nacido en el campo, he vivido allí y lo que conceptúa
uno es de indio, pero siendo indio no puedo ser indigenista, es
determinante. Cuando llevé Choza a Ernesto More, él me dijo que era
una revelación, que mi trabajo se centraba en una temática aún poco explorada a
diferencia de otros poemarios. Mi poesía tiene realidad histórica, biológica,
etc. La poesía del oprimido tiene que ser integral.
Boris Espezúa: ¿Qué
expresa para Ud. la poesía? ¿Es un hecho social, consubstancial al hombre o es
una necesidad interior?
Efraín Miranda: El arte
está normado, entonces, creo que expresa, un hecho social. Todo el mundo quiere ejercitar su hegemonía,
¡cómo el sirviente va a escribir igual que el patrón!. Existe poesía patronal y
otra que expresa la angustia, el dolor, la lucha del hombre. Es el impacto del
oprimido contra el patrón, en efectos históricos que después tiene su
concientización. Uno transitando en poesía no se siente tan bien, piensa que
uno ha podido ser más que poeta, más aún en el sentido económico, puesto que la
comodidad en quien sea sigue siendo un anhelo. Para mí más lo fue antes, ahora
continúo escribiendo porque esa era mi vocación más recóndita, y considero que
a la larga tiene recompensas más satisfactorias.
Boris Espezúa: Entonces
la poesía es un acto solitario, pero intensamente comprometido con el tiempo y
la realidad, aunque sea a veces socialmente relegado. ¿Cómo
ubica Ud. Su quehacer poético en este contexto?, ¿por qué sigue siendo
un ilustre desconocido para el gran público que ha poemado?
Efraín Miranda: Mientras
patrones controlen la radio, la televisión, los diferentes medios de
comunicación, no se podrá llegar al fondo de los receptores que quisiéramos
llegar. Por eso el patrón abre sus
puertas a la poesía que exprese sus intereses; cuando ve que es poesía del
sirviente le niega vivir en su casa, quiere que la literatura sea desconocida.
Por eso mis poemas no se conocen suficientemente. Creo con respecto al quehacer poético que la
predisposición que uno tenga para el arte, debe desarrollarlo constantemente;
uno tiene que llegar al pueblo, buscando una temática. Picasso decía: “Hay que sacrificar lo
superfluo por lo profundo”. (Espezúa, Puno, 1981).
El poemario Choza
(1978), es una apertura de voces múltiples, es la poesía de los ofendidos, de
los humillados, de los “condenados de la tierra” que refería Franz Fannon: “la
descolonización que se propone cambiar el orden del mundo es, como se ve, un
programa de desorden absoluto. Sin tener en cuenta, el conducente artificio de
los conceptos recurrentes de la sociología, la antropología, o alguna otra
ciencia social, sino solo el desasir de la poesía”. De ahí que la palabra como
instrumento social y humano es la libertad del hablar directo a través de una
estética pura o a través de una propia irracionalidad que trae el traslúcido
deslumbramiento del significado de las palabras. En todo caso, se trata de
silenciar el infortunio de las heridas narcisistas que nos ha otorgado la
historia social a cada uno de nuestros pueblos y a cada uno de nosotros como
seres sociales, ciudadanos perdidos en el llano de la vida.
Rastrear en este poema CY de Choza (Lima, 1978) nos lleva a
descubrir todo un acontecimiento de la cabaña humana, o cueva platónica donde
la vida es una cadencia, un escarnio o un disgusto humano, pero siempre llena
de belleza y esperanza, donde renace la espontánea naturalidad de las cosas; y,
en lo biológico surge siempre esa expectativa del libre albedrío de la vida:
CY
A ella, el varón,
también le ayuda
a sostener las tetas.
Las pieles se estiran y
contraen.
La actividad sale de la
choza,
desasiste a la Madre
Tierra
y, sin desvanecerse,
penetra en el núcleo solar.
Separados los cuerpos,
regresa el Padre Sol,
en forma de luz, y guía
a los mensajeros zoospermos,
agitando sus núcleos,
para el lumen vaginal.
Van, transportando
centriolas y condriosomas,
corren, por las
atracciones ovulares,
compiten, portando
alimentos y reglas,
avanzan, revibrando,
propulsados por el filamento axial.
Sin público,
cronometristas, ni jueces
el triunfante, rompe la
cinta, y es ingresado
e internado a trabajos
de esfuerzo perpetuo.
Las mujeres dicen que
será mujercita,
los hombres dicen que será hombrecito.
Sea lo que sea, acatará
soberanía Terreno-Solar.
Aunque no se puede
aplicar ningún parámetro occidental para estudiar esta poesía congénita de las
raíces mismas del ser telúrico peruano, la poesía de Efraín Miranda viene de
esa sabiduría del congénere mismo del discurso poético de Juan Wallparrimachi
Maita, Celso Medina, Mosoh Marka, Kilko Waraka, de Juan Ruiz Ruiz, y de otras
voces que provienen a su vez del telúrico paisaje de Vallejo; rabiosamente
pregonero, con esa lírica campesina de Mario Florián, y del orgullo aymara de
Dante Nava.
La poesía de Efraín
Miranda también vislumbró con el tema de las migraciones andinas a las ciudades
de la costa. Un ejemplo de esto lo observamos en el poema QJ, donde los
individuos están hacinados en “ghettos urbanos”, y son además referidos como
"trogloditas urbanos" que habitan en edificios “ratoneras” de cemento,
hormigón y hierro. Por consiguiente, Efraín Miranda, al ser un observador de la
soledad humana en estas urbes, es también un poeta que aborda los problemas de
la postmodernidad. Por todo esto, se espera que la justicia llegue y pueda
revalorarse con mayor plenitud la poesía estupenda de Efraín Miranda.
*Coloquio Internacional
de Poesía: Efraín Miranda, más allá de los márgenes y los silenciamientos,
organizado por el Instituto de Investigaciones Humanísticas y el Departamento
de Literatura de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. (22 al 24 de octubre de 2008).
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EFRAÍN
MIRANDA, UNA BIOGRAFÍA IMAGINADA
Por:
Gonzalo Espino Relucé
Conocí al poeta cuando
frecuentaba el taller de poesía de San Marcos, en 1977 Luego, vinieron otras
andanzas, hasta que en el verano siguiente ocurrió esa maravilla que le debemos
todos a Efraín Miranda. Me refiero a la publicación de Choza (1978). Recuerdo
esa mañana de febrero caminando por la avenida Argentina tras los ejemplares.
Fue recibido en la editora Humboldt y le entregaron los primeros volúmenes. Fui
de aquellos que leyó con olor a tinta fresca ese prodigio poético. De eso ha
pasado tiempo. Nos escribíamos, pero un día las cartas se interrumpieron, no
llegaron más. En el aula, en la palabra escrita, entre la gente amiga, era una
lectura de permanente descubrimiento; su nombre circulaba como una referencia
necesaria entre el lector iniciado, el poeta y el crítico. Pero, ¿quién es
Efraín Miranda?
Los diccionarios
locales no dicen mucho. Los manuales escolares no revelan nada. Los tratados de
Literatura lo mencionan como un poeta que llegó un día de Lima con un libro
singular que fue celebrado. En realidad, hay que imaginar una biografía para el
poeta. Si Ernesto More (1955) hizo una primera presentación del poeta en la
alturas de Puno, una tesis primeriza -en la Universidad de Puno- anota con
mayor fluidez, por el tono testimonial, información sobre el poeta. La vida del
poeta se asocia al lago Titicaca y al Collao, nacido en un medio quechua
(1925), se va a vivir a una pequeña provincia donde estudiará las primeras
letras. Si en efecto nació en Condorcanqui, de alguna manera las primeras
imágenes se diluyen para incorporarse más bien a las que corresponde a su
estancia en Azángaro, la capital de la provincia. Estará familiarizado con el
universo quechua. “De allí, a Sicuani y de Sicuani a Arequipa” según el
testimonio de las entonces estudiantes Isabel Julia Chino Huanacune y Julia
Dolores Choque Pacheco (1986:43 ss.) (1)
Sin duda su estancia en
Arequipa marcó la definición de lo que será en el futuro. La experiencia en el
Colegio Independencia fue crucial porque allí hervía poesía como hervía la voz
de protesta. Baste recordar que este colegio está asociado a las protesta
contra el centralismo y al mismo tiempo espacio de formación de las juventudes
del Sur del Perú. El Independencia ofrecía una educación más allá de la mera
repetición de los manuales, alentaba una viva devoción por la lectura tal como
ocurriría con el poeta: “Leímos lecturas de muchos autores franceses,
norteamericanos. En ese tiempo había mucha literatura que se publicaba en Lima
y llegaba a Arequipa, así recuerdo la revista SUR también estábamos tras los
dominicales de los diarios en donde había poesía de diferentes autores y
dábamos nuestros parecer” (Chino-coque: 43). No le era extraña la poesía
moderna y hay que bosquejar su parentela con la poesía de los Orkopata, es
decir, con la primera vanguardista del siglo XX que tuvo una importante
influencia en la literatura nacional.
Las notas biográficas
realizadas han imaginado al poeta aislado en las alturas de Huancané. Pero el
poeta se ha resistido y ha ido aclarando. La invención de esta biografía se hace
difícil, cuando uno imagina el abrupto traslado a Lima. Este viaje no le depara
ni cubre las expectativas, fue un periodo de intensas búsquedas que tenía que
ver con su inserción laboral; sin embargo, el encuentro más memorable ocurrirá
cuando los poemas que traía el joven poeta fueron leídos por Sebastián Salazar
Bondy que ha sido testimoniado a Chino Huanacune y Choque Pacheco: Recuerdo que
alguien me dijo que mostrara mis poesías a Salazar Bondy […] Me dijeron que era
un hombre asequible. Ya, no. Con esa referencia, tuve alguna vez la idea de
llevarlo, y lo hice, le pareció maravilloso, extraordinario. Nos hicimos
amigos, es un hombre muy amable. Posteriormente me indicó que lo visitara en la
empresa para conversar sobre mi libro. Dejándome muy sorprendido. No pensé que
este grupo de poemas pudiera constituirse en el [poemario]; mas Salazar Bondy
me manifestó que sí era un libro. Incluso pensé que debían ser muchos más
[poemas] para que fuera un libro. Salazar Bondy comentó de Muerte Cercana que
era un libro como pocos, era algo raro, publicando así un artículo para mí.
(Chino-Choque 1989: 48-49).
El asunto es que el
encuentro con Salazar Bondy (1954) será crucial en nacimiento público del poeta
Efraín Miranda. Es él quien lo anima a publicar sus poemas, a pesar de la
precariedad que afrontaba, porque el poeta había llegado a esta ciudad
exactamente para conseguir trabajo y no había tenido fortuna. Su situación en
Lima era francamente difícil, compleja. Era para largarse y no retornar nunca,
tal como ha confesado a José Gabriel Valdivia y a Mauricio Medo (2):
Yo fui con la idea de radicar en Lima, pero no
pude conseguir trabajo. Estuve dos años en Lima buscando trabajo en cualquier parte,
en lo que sea, tenía que madrugar y cuando iba al lugar de la dirección
señalada en algún periódico, entonces llegaba a ese sitio y encontraba cola, y
la cola se terminaba muy pronto, porque encontraban al empleado, al oficinista,
a la persona que podría desempeñar ese cargo. Eso me desanimó muchísimo y
comencé a vivir del aire, a respirar aire.
La búsqueda de trabajo,
su inserción en el mercado será un problema serio. Adicionalmente, la ciudad es
imaginada por el autor de Muerte Cercana (1954) como un lugar hostil: “Lima me
pareció hosca, oscura, sus habitantes algo invencibles, enorme, como un muro… y
se me vino la idea de volver” (Gonzales 2008:8). Sin esperanzas, solo con la
magia de la poesía retorna a Arequipa en 1955; irá con su hermano tras la
aventura a unas minas de oro, que por cierto, resultó un fracaso. Retorna con
las mismas ropas, con los mismos sueños. Por Arequipa nuevamente se le ve luego
del terremoto de 1960. Lo único que le complace es la poesía. Alguien que
estaba acostumbrado a la buena palabra y a su magia, termina como maestro de
primaria. Su madre lo apoya en esto. Esta vez un viejo maestro le facilita un
puesto de reemplazo en una escuela pública de Puno. Recibe la invitación de
Juan Frisancho Quiroga para una plaza en Mañazo, allí será profesor en la
Escuela Fiscal nº 899 durante 1960; concluido el año escolar, el puesto es
reclamado por una profesora titulada. Sin escuela donde enseñar, sin trabajo,
viene un tiempo que le resulta intensamente incierto, aunque la poesía sigue
siendo un continuo hacer y la única forma de ser.
Llegará entonces, el
tiempo en que le proponen nombramiento interino, en un poblado lejano. Efraín
Miranda decide, acepta y va al encuentro de la comunidad de Jacha-Huinchoja, se
convertirá en comunero. Aprenderá de la comunidad, su nuevo libro será la
cultura y la vida en esa comunidad de altura. Allí permanecerá durante 30 años.
La Escuela Fiscal nº 893. Jacha-Huinchoja será clave para el destino poético de
Miranda porque a su cultura poética clásica y moderna, le vendrá ahora ese
sentimiento singular que viene de la vida, del verse rodeado y comprometido con
el mundo indígena. Su aprendizaje está en íntima relación con Jacha-Huinchoja.
Él no solo es el que educa, Miranda es educado por los niños y niñas de esta
comunidad aymara. Saldrá Choza (1978). La misma comunidad con su palabra, con
su magia, con su cosmovisión trasunta su discurso poético. El resultado será un
libro que tiene la mirada puesta en lo que salen de los bordes de la comarca y
se aventura en el espacio urbano, una mirada indígena de la ciudad: Vida
(1980). Ana María Portugal ha recogido el testimonio del significado que
adquirió la comunidad y Puno para el poeta:
Al estar uno en Puno,
tienes que respirar el olor de la tierra, el paisaje comienza entonces a
introducirse, el indio, el habitante andino: yo dejo que todas las expresiones
del Ande entre dentro de mí, no le cierro las puertas a nadie: al contrario,
todo debo recibirlo, cantarlo, percibirlo y cuando me es posible, todo eso debo
pensarlo, recordarlo, quererlo, amarlo. Aquí he pisado tierra he encontrado raíces,
hojas, aquí me he desarrollado. (Portugal 1966: 12).
Sin una biografía
notable, con una historia sencilla, Efraín Miranda terminó dando la lección a
los escritores que solo ven como ocasión entrar el fárrago de la moda, los
viajes y el reclame publicitario. Su último libro publicado será un desafío,
hablará de los dioses: Padre sol (1998).Así transcurren 30 años, allí en las
alturas de Puno. Luego, retorna a la ciudad lacustre, de allí a Arequipa, donde
vive entre el olvido y la memoria de quienes siguen su trayectoria o de quienes
lo guardan como una suerte de sumo sacerdote de la poesía al que no hay que
dejar que lleguen los otros.
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(1)
La tesis de Isabel Julia Chino Huancane y Julia Dolores Choque Pacheco tiene el
mérito de presentar, en líneas generales, una imagen del poeta, aunque por
ratos resulta inexacta e imprecisa. Fueron las que primero, reclamaron que la
poesía de Efraín Miranda sea incorporada y leída en la región. Está realizada
con el entusiasmo de quienes tienen que cumplir con el ritual de una escritura
exigida para la titulación. Los testimonios que saco de este importante
trabajo, los he puntuado en consideración al habla de Miranda Luján.
(2)
José Gabriel Valdivia (y) Mauricio Medo “Efraín Miranda: La poética del mundo
indígena” (Entrevista). Inédito facilitado por Mauro Mamani.
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FALLECIÓ
POETA PUNEÑO EFRAÍN MIRANDA LUJÁN
Por
Fernando Chuquipiunta
El jueves 9 de abril
del 2015, a los 90 años de edad, y tras una larga enfermedad que arrastraba y
que lo mantenía en un delicado estado de salud, dejó de existir en la casa del
Jirón Zela, del distrito de Yanahuara, de la ciudad de Arequipa, el poeta,
amauta, indio solitario como un matojo de ichu Efraín Miranda Luján (Huancané
1925-Arequipa 2015).
Esta noticia ha causado
un profundo pesar en los intelectuales del ámbito literario puneño. En estos
últimos años su obra literaria estaba siendo revalorada y difundida. Efraín
Miranda Luján falleció y nos dejó como aporte y legado su cuantiosa obra
escrita, principalmente poética. Entre aquellos poemarios inéditos, reposa
intranquilo el que compusiera sobre la Pachamama.
Él fue, junto con
poetas de la talla de Leoncio Bueno Barrantes, Luis Nieto Miranda, Mario
Florián Díaz, Gustavo Valcárcel Velasco, Alejandro Romualdo Valle Palomino,
Jorge Bacacorzo Díaz, Víctor Mazzi Trujillo, Washington Delgado Tresierra, Juan
Gonzalo Rose, Carlos Germán Belli de la Torre, Francisco Bendezú Prieto, Pablo
Guevara Miraval y Marco Martos Carrera, una de las más importantes voces de la
Generación del 50.
Luego de realizada la
misa de cuerpo presente en el templo de Santa Catalina, con presencia de
familiares, amigos y población, los restos del poeta puneño Efraín Miranda
Luján recibieron el último adiós y fueron enterrados en el cementerio Los
Ángeles de la ciudad de Arequipa, ciudad que tanto amó y que ahora vigilará por
siempre.
Nos complace de modo
especial señalar que el jueves 20 de noviembre de 2014, en el XI Coloquio
Literario de Escritores Puneños en el Siglo XXI, el poeta recibió un último
homenaje literario, en el local de eventos “Mayja Mayja”, ubicado en el Jirón
Arica N° 210, de la provincia de Huancané.
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EFRAÍN
MIRANDA LUJÁN, ENTRE
EL
INDIGENISMO Y NEOINDIGENISMO
Por
Samuel Álvarez Enríquez
Lo hemos comprobado “in
situ”, de visita, un mes antes del VIII Encuentro Internacional y XIII Nacional
de Poetas “Vientos del Lago Azul”, efectuado en Juliaca del 15 al 19 de octubre
del año pasado. No fue casualidad, menos improvisación, lo realizado entre
miembros de la Casa del Poeta Peruano, Filial Juliaca. Allí entregamos un
reconocimiento de parte de la Municipalidad Provincial de San Román para gran
satisfacción del Poeta quien se colmó de alegría y júbilo.
Por su posición
Indigenista, Neoindigenista y autotitulado “indio”, ha sido nombrado uno de los
“Patronos” junto con Belarmino Mamani Mendoza; en ambos, prevalecen los pseudónimos
“indio” y “cholo” del alma.
Quienes leímos
diccionarios, no hemos aceptado jamás los vocablos “cholo”, de origen peruano,
el de “mestizo” y el de “indio” recientemente publicado. Para quienes conciben
en lo netamente andino, el apelativo “indio”, no existe, ni se puede comparar
con ningún otro; simplemente no se le toma en cuenta.
Efraín -según refirió-
nació, en Condoraque, distrito de Rosaspata, provincia de Huancané, el 02 de
marzo de 1925, desmintiendo errores consignados en antologías y libros de
Literatura Puneña. Es indianista, neoingenista, proto andino, hasta “andino”.
A finales del Siglo XX:
“...la Corriente Andina en Literatura surge gracias a la práctica consecuente
de valores legados desde remotísimos tiempos del pre e incanato en los albores
del desarrollo de la Cultura Andina en Tiwanaqota (Tiahuanaco, en Español),
anterior a la Cultura Qolla de donde procedemos los “qollas” (hoy en día
puneños) hacen algo más de cinco mil quinientos veintitrés años atrás, y
práctica de elementos particulares...”(1) anotados por nosotros en otro libro
(“Literatura Andina”- Qhantikunapi Sumay Rimay”).
De los cuatro libros
publicados por Miranda circulan tres: “Choza”-1978, “Vida”-1980, “Padre
Sol”-1998. De su cuarto libro: “Muerte Cercana”, escrita en el año 1954, el
autor, ha señalado que uno de sus sobrinos se prestó el ejemplar original y no
lo devolvió.
Del examen de las obras
surge la pregunta: ¿cuál es el ritmo y estilo literario que sigue Miranda para
auto titularse “indio”?, encontramos algunas aproximaciones:
1.-En las composiciones
de “Muerte Cercana” (Lima, 1954), antologada por el extinto Samuel Frisancho,
el poeta reniega de su existencia terrenal encarnado en el mal llamado “indio”,
de la sierra, del agua, del lago, del pueblo, muy lacónico y entristecido;
todavía no se siente “indio”, más sí, es influyente el modernismo de Vallejo,
post-modernismo y otros, como en: “Las aguas de los lagos son prisiones/ quien
ha caído en la cautividad del agua/ ya no se libera...Enfermo en la sierra,/
deseo vivir en el agua...ahora lo sé: es tan triste vivir en los lagos
sombríos/ más alegre es vivir en los tibios pantanos... Mi pueblo está triste/
¿Qué responderé al extraño/ cuando de él me pregunte? Todo ello lo llevó a
apartarse seguramente de estas tierras para llegar hasta Arequipa, donde
actualmente radica. Por otro lado, presiente la muerte: “Muerte, lo sé, estás
allí, atenta, vigilas./ Otras veces te presentabas como una cosa entre las
cosas/ y yo en silencio bebía las largas horas/ que hasta ti llevaban” (id.
Lima, 1954).
2.-En el contenido del
libro “Choza”-1978, lo ha conceptuado, no es posible aceptar el apelativo de
“cholo”, ni de raza, más sí, acepta el de “indio”: “¡No me grites de calle a
plaza: cholo; /grítame de selva a cordillera, /de mar a sierra, /de
Tahuantinsuyo a República: INDIO! /Lo soi/ ¿a puntapiés, insultos y balas: lo
soi!... En iglesias, coliseos, municipalidades /me gritan ¡indio! /los
descendientes de galeotes, criminales indultados, aventureros hispanos me
gritan ¡indio!... Todos los descendientes de Adán y Eva me gritan ¡indio!...
Tengo el color de la Madretierra /raíces… nací en mi i de mi Madretierra…
(Poema EE.P.19). “¡Soi indio; bien indio: verdadero, legítimo, puro!... ¡Y qué
mierda!” (MN, P.142, “Choza”-1978).
3.-El apelativo “cholo”
en el Perú es considerado, por el historiador Plácido Díaz Suárez, una “Casta
Social”. Durante el dominio colonial español, resulta de la unión entre un
mestizo y una aborigen “india” o al revés. Miranda la repudia, seguramente por
la acepción prescrita por los españoles (perro sarnoso); a este legado refiere
Efraín desprestigiándolo y enfatizando nefasto y peyorativo; por ello su
protesta, su grito, su llamado que al análisis de forma del contenido del poema
y varios puntuales reclamos está denotado por el uso de los signos de
admiración, repudia las reivindicaciones de los mal llamados “indios”
enfrentados a las acciones de los colonizadores, en casi todos los contenidos
de poemas de “Choza” y “Vida”. Pero reconoce el surgimiento de otro elemento en
la legalidad, al CAMPESINADO, en sus composiciones alivia las vivencias de
aquellos: “Te entablillaré ovejita, el corvejón luxado/ y, tú me regalas una
onza de lana;/ en el día del degüello también te oculto”(E RR, pág.
49,“Choza”); comenta también en su poesía las influencias actuales del fenómeno
globalizador y neoliberal, como que existe una sola moneda mundial, el Dólar
Americano: “¿Cómo es el dollar?/ ¿Dónde se le consigue?/ ¿Es cristalino, lata,
plástico?.../podemos fabricar, nosotros/ ¿puede hacerlo un tejedor, el
curtidor, el cerámista?...(Poesía ZS, pág.65).
4.-Según conocemos, el
apelativo era generalizado en toda la población a los no españoles, nacidos en
tierras peruanas, y a sus descendientes motejarlos de “indio”, ni hablar de
descendientes de los Incas que, en más de cuatrocientos años de dominación aún
persisten. En los años que el poeta escribió y vio la realidad, los señala en
todo instante como si le sucediera a él, los percibe él y tiene ansias de
fortalecer su espíritu y ponerse al frente, oponiéndose a los movimientos,
corrientes y costumbres europeas impuestos en contra de los mal llamados
“indios” e indígenas, comportamientos de mestizos que se inculcan en la
población. En el recurso literario de la prosa sin figuras literarias, nos
bastaría hojear y leer varias composiciones de su libro “Padre Sol”. Es un
habitante de casa, de ciudad, alrededor de la mesa, cuando dice: “Instantes
previos al almuerzo, sentados a la mesa/ el bebito, en su silleta especial –el
papá hace poner de pie/ a la familia. Contraído y solemne-, encabeza/ una
acción de gracias a Dios y al señor,/ por los ricos nutrientes a servirse./ La
última señal de la cruz hace la madre con la manita/ y sobre la cara de su
vástago (11, pág. 20, “Padre Sol”). Aquí, comenta, critica y repudia todos los
elementos culturales impuestos por europeos y españoles, no tan apreciados por
el campesinado de ayer, anteayer y hoy, fruto del imperio del capitalismo e
imperialismo “alienado”, “colono”, por tanto la globalización reinante y la
iglesia que opaca la religión practicada en tiempos incas y la actualidad: “Se
construyeron más iglesias con mejores altares./ (trajeron pintores de buena y
mediana brocha para escenificar/ en miles de cuadros el amor, la misericordia,
la paz humana,// el cielo, el infierno, etc. (muestra su posición
neondigenista. 36, Pág. 51, “Padre Sol”).
5.-En la poética hecha
protestona de “Choza” y los otros libros, el autor es “indígena”, el hombre
mestizo, descendiente de los mismos mestizos, se comporta observador, encarna
la personalidad una vez más del “indio”, recuerda, añora su pasado, conocedor
de bondades de la opulenta Madretierra o Madre Naturaleza; no así del “cholo”.
Elogia al dios de los incas. “Biracocha , sin laberintos sanguíneos; Él solo,
en la cara solar/ (del lado oculto hemisférico./ sin necesidad de dioses
grandes influenciadores, sin lecturas ni/ meditaciones librescas...(92,
Pág.121, “Padre Sol”).
6.-El poeta
autotitulado “indio”, aparentemente descendiente de aquella raza que heredamos
de los incas; no es pues “indio”, más sí, “hombre andino”, de haber nacido en
estas alturas, sigue siendo mestizo, haberse trasladado hacia Arequipa y desde
allí su visión y admiración por la Madre Tierra (Pachamama), el Dios “Inti”
(“Padre Sol”-1998), de los que conoció sus bondades, pero no adentra en sus
ofrendas (Ofrenda a Pachamama, Pachatata, achachila, wak´a, paqarina, “apu”,
usnu, etc.). Es más, describe el entorno de su casa, en cuyo interior se yergue
la pobreza extrema (perviviente en nuestros días), su ganado, sus plantas, sus
flores, el maíz, las papas; polleras y demás de las cholas y sus materiales de
confección: la bayeta producida de lanas de animales para sus vestidos y todos
los elementos que rodean en la construcción de las viviendas como adobes,
piedras, pajas y barro en la edificación de casas-hogar: “Padre Sol: / ¡Hemos
llegado! ¡Estamos en el sitio!/ Tú, sin manos ni palabras, sin cartas de
itinerario/ ¡nos guiaste!... (WM, Pág. 177, “Vida”). “Padre Sol, Madre Tierra:
/ ¿Quién es el viviente vacío de materia?/ ¿Quién es el desposeído de la
materia, y es eterno?/ ¿Quién es el no hecho ni por menos de una mil
billonésima... (Presencia del recurso “reiteraciones” -figura literaria de
forma- en EH, Pág. 185, “Vida”). Dejó un libro inédito.
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(1) “Literatura Andina” (Qhantikunapi Sumay
Rimay”), en Prensa.
(2) Nos lo dijo
el autor, presencialmente en la visita hasta su domicilio, el 24-09-2014
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LA
“CHOZA” ULTRAJADA DE EFRAÍN MIRANDA
Por
Christian Reynoso
La “Choza” de Miranda
Luján huele como Machupicchu allá en el altiplano. Después de Oquendo y
Churata, Efraín Miranda es una de las voces más originales de la legendaria
poesía puneña, que no solo escribió su nombre con sangre maltrecha sobre el
hielo del Titicaca, sino, con una cocción de arcilla blanca (el ch’aqo) que es
un cimiento antisísmico en la literatura puneña que aportó y aporta a la
literatura peruana y universal con hombres humanos que conmovieron a la
humanidad con sus lágrimas escurridas de la Cordillera de los Andes e hicieron
comprender la realidad histórica y social del mundo.
Entonces, Miranda se
pone la mano al pecho y llora desconsoladamente en el corazón de una niña
ansiosa, pero, huérfana: “Soi una indiecita escolar” en otro momento: “Lloro
porque soi india y tengo una niña blanca / que el Maestro ha creado dentro de
mí”. Es una clara lucha contra la discriminación campante de blancos contra
supuestos indios. Sin embargo, es oficialmente ignorada y terruqueada por la
literatura peruana y latinoamericana. Así como los jueces en el Perú forman
mafias junto a sus amigos delincuentes, enemigos del pueblo; los escritores más
famosos de Latinoamérica no son realmente quienes lo merecen y los premios no
se la dan al talento, sino al representante de la mafia, es una frustración ser
poeta: “Ovejita: regálame tus pezuñas para hacerme zapatos; / oye: ¿sabes?,
dicen que los presidentes regalan ropa”. Y por qué César Hildebrandt sale a
quejarse de intelectuales: “¿Qué hacen los intelectuales en el Perú? ¿Dónde
están sus voces, sus iras, sus ensayos sobre este país, el nuestro, capturado
por las mafias?”. Aquí estamos César Hildebrandt, marginados, excluidos,
detestados y tildados de terrucos, estamos en nuestras cuevas mordiéndonos el
remordimiento del olvido que corroe nuestros huesos como Yanacocha. Aquí
estamos junto a nuestras alpaquitas de oro, masticando la coca para poder
sobrevivir en este descomunal friaje de la naturaleza que nos ha castigado por
obra y gracia de nuestros prójimos tecnócratas. Aquí estamos junto a Miranda,
Oquendo y Churata que yacen congelados en el altiplano como cuán mendigos de la
humanidad. Miranda está en su “Choza” cruelmente asesinado, sus palabras
incineradas por el sol y condenadas al olvido, su error fue decir la verdad, no
se equivocó para nada, le doy mi palabra.
Soy su abogado defensor que ha nacido
en la misma “Choza” en donde más de una veintena de veces el rayo ha intentado
asesinarme con un implacable disparo de la furia de Dios. Y como soy el
portavoz de la humanidad nadie me ha oído, nadie nos necesita, porque somos
hombres del terror cuando no sabemos ni desenvainar un arma como el rayo.
Nuestras iras están aquí en la altipampa desparramados como la nevada de julio,
porque no hay río ni laguna que nos aguante. Hildebrandt: “¿Y dónde están
nuestros intelectuales? ¿En qué torre se callan, desde qué azotea de suicidas
nos miran como si con ellos no fuera la cosa?”. Replico: estamos aquí dormitando
en la azotea de suicidas del Huajchapuquito cubriéndonos las noches con una
titánica manta de nieve que nos adormece el cerebro. Aquí estamos, sin querer,
desterrados al olvido en la “Choza” de Miranda en la que repito y repito como
pateando una pelota: “¡No me grites de calle a plaza: cholo, / grítame de selva
a cordillera, / de mar a sierra / de Tahuantinsuyo a República: INDIO / ¡Lo
soi!” y que como tal Romeo nos suicidamos sobre la falsa tumba de Julieta
creyendo ser honorable. Entonces, ¿cuándo la justicia será verdadera y creíble?
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Directivos solicitan que la
IEP N° 70145 de Ácora lleve el nombre del reconocido escritor Efraín Miranda
Luján
Con la finalidad de resaltar y reconocer los méritos del ilustre
personaje Efraín Miranda Luján, los directivos y padres de familia vienen
realizando las gestiones a las instancias que correspondan para que la
Institución Educativa Primaria Nro. 70’145 lleve su nombre, puesto que también
fue maestro desde el inicio de su carrera profesional en la referida
institución.
Como se sabe este personaje falleció en el año 2015 y actualmente es
recordado principalmente por sus diversos poemas. El director de la citada
institución educativa Néstor Astete Barrientos espera concretar el acto
protocolar para el mes de septiembre del presente año.
Finalmente, dijo que actualmente vienen realizando las coordinaciones
con los historiadores reconocidos de la región de Puno. Cabe precisar que la
referida institución educativa se ubica en el sector de Jacha Huinchoca en el
distrito de Acora de la provincia de Puno.
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GRACIAS Y NOS VEREMOS EN EL SIGUIENTE PROGRAMA 1286 DE VIERNES
LITERARIOS.- DÍA: 15 DE MAYO / 7 P.M. CON EL RECITAL POÉTICO QUE OFRECERÁN: MANUEL KENTORE, BEATRIZ MORENO, LU ZÚÑIGA,
SANTIAGO RISSO Y EL HOMENAJE AL POETA NACIONAL: JAVIER HERAUD AL CONMEMORARSE
EL LVII ANIVERSARIO DE SU PARTIDA. (http://viernesliterarios.blogspot.com)
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Felicitaciones Juan por los viernes literarios incansablemente heroicos.
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