Viernes Literarios

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CÉSAR VALLEJO

martes, 17 de mayo de 2022

HASTA LUEGO VÍCTOR BRADIO... HERMANO DE RUTA

 



HASTA LUEGO VÍCTOR BRADIO

Por Joan Viva

Nuestro amigo poeta y miembro fundador de Aedosmil Falleció el Jueves 12 de Mayo, y su velatorio fue el 13 en la Av. Petit Thouars 493, Santa Beatriz, Lima, y luego tomo rumbo al cementerio Parque del Recuerdo en Lurín, donde reposara por toda la eternidad.
Víctor Bradio siempre vivirá en sus poemas y en el recuerdo de sus amigos, los poetas solo están de paso, pero sus poemas serán visibles hasta el final de los tiempos.
Víctor Bradio Sulca Caro.
Psicólogo de profesión, profesor de vocación, escritor por convicción, nació un 16 de mayo en el distrito de La Victoria en Lima, viviendo su infancia y adolescencia en el distrito contiguo llamado Barrios Altos. Cursó sus estudios de educación primaria en La Escuela 386 y los de secundaria en el colegio Daniel Alcides Carrión, mientras que su carrera universitaria de psicología, la realizó en la emblemática Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Hasta la fecha, ha publicado un poemario titulado: "Viajes en blanco y gris" (Lima, 2007), también ha publicado en revistas literarias, Estruendomudo (1990) y Aedosmil (1992).
De postura dialéctica en la poesía. Su tendencia es estilo es multiforme y sincrético. Tiene en proyecto la publicación de su poemario "Adague y los Viajes Acromáticos". Fue miembro fundador de Aedosmil.
Poemas:
- - - -
Habré de decir
con la boca de tus
criaturas, es decir,
con la voz
de los hombres nuevos,
que mi sueño
es el olvido//
de las ansias,
de toda luz,
y que he quedado
detrás del pasado.
pero, aquí estoy
junto a tus manos
de los delirios
y las iras fraternas
de la historia nueva
que sigues creando
sobre mi pecho
tendido
(Fragmento del "canto a la niña de Azul")
- - - - - -
Reino de la lluvia
La guarida era
imposible.
Los años
se cobijaban
en los días.
Últimos andrajos,
persecución de fiera.
Supimos invadir
los brazos azules
de las plantas obesas.
¡BREACK!
¡BREACK!
Tiritamos
pajarracos asidos
de las ramas,
indolentes ya,
tiempos de piedra,
el torrente a oídas...
(De Viajes en blanco y gris)
- - - - - -
nº 4
(A mi hermana infante
Agueda a quien crie...)
Mi guedolilla
te elevaré
hasta el término del vuelo tembloroso
de la algarabía
allí estarás
ingrávida
a mis fallidos
tientos
de cuidado absurdo,
y prendida al cenit de lo estático
y del esplendor de las volutas nubes.
¿Cómo podré encontrar
el tacto de tu risa
y dejar de azorarme
con faz de luna?
Mi Guedola
mi flor de vida,
yo seré tu guedolillo,
y estarás, entonces, radiante de estrías
coloridas,
sobre los límites de las calles gordas
y aún en figura de boceto,
mira, unas veces plumbosas
y otras transparentes o de luces blancas.
Estos confines
se han estirado cada vez más horizontal
y celestino,
y tu vestido
de espumas
sonrosados
ha inundado el pavimento
ladrillado
¡Tus iris
inquietos
de alegría
se han multiplicado sobre cada pompa
llenos de locura lúbrica!
Mi Agueda
Mi Guedola,
trencitas de travesura,
¿Los domingos
paseítos?
¿Vamos a treparnos
en las alas
de las mariposas?
¡vamos donde los caracoles
a reposar nuestra claridad calcárida ensombrecida
sobre los granitos
de su paciencia y de su ser
y que hablen nuestros labios cálidos
las mejillas de la puerilidad!
- - - - - -
Bañista
La hora última de la tarde
ha quedado detenida.
Aquel bañista
mojado de lejanía
se dispersa a ser cada veraneante
arreglando la despedida
o caminando uno de los últimos.
Cubre su rostro
el vuelo de la golondrina blanca,
alida, abierta.
Al fin todos se han ido
así haya quedado él
solo
y sea
todos los bañistas dispersos.
- - - - - -
Púberes alados
Sobrevolamos
la flora salvaje
del cielo.
¿En qué fase de matiz
se han rezagado
nuestras sensaciones?
Todo se deslíe
a nuestro contacto.
Extraemos zumo
y líquidos secretos
de sus vísceras frescas.
Cae el jugo
opalino
desde nuestros perfiles
alabeados.
Solemos olvidarnos
el nombre del mundo.
¿Tiene nombre el mundo?
Nos perdemos
en la lejanía
de la tarde.
Cubrimos de arcilla
nuestros cuerpos
desnudos.
Vivimos por siempre.
Lo intuimos.
Las aves sí fecundan
antes de morir.
- - - -
¿El amor?
El amor...
¿Qué es el amor?
Trinamos de ternura.
Los vuelos nos descarnan
de placer.
El tiempo
cada vez más
se hace tregua....
Descendamos, pues,
la espiral,
el volver,
sobre los pináculos multiformes
de las construcciones
megalíticas
jamás habitadas.
Cruzar vertiginosos
sus plantas elevadas;
entrar,
salir aéreos
por sus ventanales.
El fresco sueño
absorbe
el aire naranja.
Cuelgan como lienzos
nuestras piernas
y brazos
de los alféizares sellados.
(De Viajes en Blanco y Gris)
- - - - - -
Nada Que Ocultar
Ahora
cuando mis pies,
mis calzados flamantes singulares,
sobrepasan el domingo,
las nenas aparecen
saludadoras
recientes,
¿las conoces?,
ni yo,
porque Rosita,
de blanco arroz su vestido
me trae su cuerpo cuán coqueto
para este día de toda
la vida nuestra.
Tampoco importan las señas
que me da la más mona,
en la esquina de última
oportunidad,
según sus acompañantes,
al paraíso del
casorio
en mañanas de cuando me porte
un príncipe azul.
Vayamos presurosos al encuentro
en nuestro y en domingo, anadeando,
mi Rosita querida,
nada que ocultar tenemos.
(De Viajes en Blanco y Gris)

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