CORRUPCIÓN
(Fragmento)
(...)
Este es mi país… una joya cual pétalo con propio brillo
carcomido por el abuso y los vicios gangrenan de muerte
ante el vaivén endémico de enfermedad continua
sin embargo, miras esperanzado e incólume
entre tus orondas piedras, ríos, valles y quebradas.
En cada esquina siempre abominable tu grandeza
soporta estoicamente la desgracia y nos deja sin aliento
la indiferencia del tiempo apretando al más pobre
bailando al compás de la putrefacción multiplicada
ante porfiados ojos de convivir con gusanos
como células transformadas en número de nicho común
una impresión incomprendida de propio sufrimiento
transportado a la dimensión desnuda del ocaso
de quienes han preferido ultrajar los principios y
viven orondos de la política y no viven la política
la han mercenarizado por mezquinos intereses
dicen poseer suerte divina y agradecen en sus iglesias
piden perdón al azar de los cuatro vientos
al sentenciar la inocencia condenándola al sufrimiento.
Llegó la hora de la voz del pan ausente
que sacude al hombre inmisericorde y sabe
que en nombre de la Libertad y la Justicia
se orinaron en su propio juramento los otorongos
turbios narcos, lobbystas, proxenetas, violadores,
corrupción enquistada inquilina de todos los palacios
convive abrazando y coqueteando sin aspaviento
los bandidos se congratulan golpeándose el pecho
y continúan pisando honores de inocentes por doquier.
Pero ignoran la fuerza del pueblo cuando aviva
su presencia en las calles cuales ríos limpiarán
los lodos de pus que dejaron los innombrables
y será el grito del sol ese canto armonioso
cuyo pentagrama de cadenas quebradas
toca rescatar el honor de la tierra para sus hijos
abrazando el grito del glorioso final de la dignidad
aunque el tiempo nos olvide o la luna renuncie a la noche
solo para enterrar a la farsante historia de seudohéroes
y con ahínco refundar la República hacia el Bicentenario.
Juan Benavente / Lima, mayo 2013
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