UN
MINUTO SIN TIEMPO
A Hudson Valdivia
Paradero Uno…
El lienzo de histriónica muralla
ha llorado la más oscura pena
quebrantada por el blasón de la fantasía
como haz de sosegada luna de sinfonía
del silencio temporal de ensueños
Esquilo, un camino tendido…
de sutiles ahebradas bambalinas.
Paradero Dos…
Advertida vida artista mientras...
percibías arredrada caja de pandora
¡Oh! curtida piedra negra de usura y finos fariseos
que oscilan de rodillas esperando
la cena miserable ofrecida en bandeja de plata
vanidades y bondades de oropel
que alegran al paje en palafrén
por un fastuoso encaje de laurel.
Paradero Tres…
Luego tú…
¡Oh! Tormenta de energía sin cuartel
quién no ha sido testigo de tus dedos eternos
contorneando en el espacio
la médula de los versos
cuan pétalos de flor ausente
plasmabas insurrecta voz y misteriosa
turgente leyenda de onírica utopía
celeste regocijo de tierna madrugada
al son de heraldos negros que nos mandan
lágrimas de trilce y la espergesia de humanos
poemas recogiendo cenizas sinfín
de almas y aplausos que conjugan y
alborotan al unísono silencio de la risa y el llanto
en abismal minuto sin tiempo de gris manto.
Juan Benavente / Junio 1993.
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