DESDE EL CENTRO DE OPERACIONES VL
(COVIL)
I PARTE.-
RECITAL POÉTICO CON LOS POETAS: ORLANDO
ORDÓÑEZ, TEOBALDO LLOSA, ENRIQUE GONZÁLEZ (URUGUAY) Y LUIS PAREDES, TRATARÁ
SOBR EL TEATRO EN EL PERÚ ACTUAL.
II PARTE.-
HOMENAJE AL ESCRITOR NACIONAL: MANUEL
ASCENCIO SEGURA CON OCASIÓN DEL CCXV ANIVERSARIO DE SU NATALICIO.
MÚSICA: SHIRLEY.
_____________________________________________________
PROGRAMA 1291 DE
VIERNES LITERARIOS /
19 DE JUNIO DE
2020.
(CENTRO
DE OPERACIONES DE LIMA-PERÚ)
EMPEZAMOS CON EL PENSAMIENTO DE LA SEMANA:
___________________________________________________________
“LA PEOR ESCLAVITUD ES
LA LIBERTAD SIN TIMÓN"
(Aforismo de Raúl Gálvez Cuéllar)
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
EL RINCÓN DEL RECUERDO...
PARA TRATAR SOBRE “EL
TEATRO EN EL PERÚ” Y FUE CON OCASIÓN DE CELEBRAR UN ANIVERSARIO MÁS DEL GRUPO
TEATRAL “YAWAR” DE MOTÍN DIRIGIDA POR EL ACTOR TOMÁS TEMOCHE. EN LA FOTO PARA
“EL RINCÓN DEL RECUERDO…” SE ENCUENTRAN DE DERECHA A IZQUIERDA: WILLY PINTO,
ERNESTO RÁEZ, SARA JOFFRÉ, HUGO SALAZAR DEL ALCÁZAR Y JUAN BENAVENTE.- PROGRAMA
NRO. 44 DE VIERNES LITERARIOS CORRESPONDIENTE AL 6 DE DICIEMBRE DE 1991 (ANEA).
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
RECITAL POÉTICO
ORLANDO ORDÓÑEZ SANTOS (La Florida-Muqui, Jauja –
Junín)
Cursó estudios: Primaria: Escuela Primaria
N° 526 (Muqui), Secundaria en la G.U.E. “San José” (Jauja), “San Ramón”
(Tarma). Superior: Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”
La Cantuta. Profesor de Educación Secundaria (Historia-Geografía). Laurel
Cultural (Viernes Literarios). Obra publicada: “Persistencia Melódica Del Agua
Y La Piedra” (2018). Publicación ininterrumpida y autor de las siguientes Plaquetas:
ARTE POÉTICA (Año XXII Nro. 297) JUNCO HERÁLDICO (Año XVII Nro. 153) NAUTA DE PAPEL (Año XIV Nro. 146).
¡YO LA ENCUENTRO POESÍA!
Hoy he danzado al borde de mis temporales
hasta encender el crepúsculo de mi amada
y encontrar la sinfonía de su voz
en el canturrear de las aves enamoradas
o el cenit de sus miradas en la aurora.
Yo la encuentro entre danzas y sikuris
en los verdes de la coca kintu de los
andes
en las raíces de las pupilas negras de sus ojos
o las extrañas melodías en su pecho
volar como las aves libres en el viento.
Ella es el pan enfurecido despojado de mi lecho mi ofrenda,
mi tierra, mi flor de retama. ¡Hermanos!, yo la encuentro,
en la copa de los árboles, en las “aves sin nido”
denunciando el dolor del oprimido, salvando
las heridas de la tierra y de los míos.
Yo la encuentro mundo, en las yerbas indefensas
en el rostro triste del hermano, en el grito caído de los bosques
levantar el sonido de las piedras.
¡yo la encuentro poesía!
en cada respiro de la tierra.
CASA ABANDONADA
La mañana ajada
se asoma resbaladiza
confundida en el entrevero arbolado;
divagando la frialdad compañera
vacilante carga extensa y cansada ausencia.
¡Ah! caminito niño, con tus brincos
e ingenuas curvaturas, aún guardas
inocente tu mirada de filosofías,
¿acaso más inconmensurable como
el agua incólume de la acequia viajando perpetuo?
Estos brazos amotinados, fuera de si
perdieron los estribos y al cruzar el dintel
un espectáculo dantesco, marchito, inmóvil
yacía, sin una pulgada de asombro
se abalanzó a los ojos, estrujando al alma.
Los geranios, el rosal erguido, grana
de mi padre, hecho cenizas de tanta
espera; solo resistiendo estoico
los aguaymantos con sus frutos inclaudicables
orbes de oro puro rodaron gritando su cautiverio y olvido.
El tapial ya avejentado de la muralla, los tejados
extraviados en su antigua simetría; curvando más,
el cedrón abrazado al batán de la abuela,
quedaba aún vibrante; al final, renacido, persistente
el toronjil y su aroma resucitaron en la casa abandonada.
LUZ DE ESPERANZA
Lo único que falta
a este mustio paria
es el consuelo piadoso
de una voz hecho, canto hermano.
Toda la travesía
fue curvándose más
con las adversas tonalidades
sembradas y mimetizadas por desatinos.
Cuan extensa
fue el confinamiento
por solo haber intentado
sorber el aroma del puquial único.
En la intensidad nocturna caminada
hallé la amargura obtusa
del abandono, leal camarada
apagada sombra tras sombra.
Al caer el atardecer rutilante, simple
vuelto al cauce de remedos ilusos
junto al declive de la palabra
azul, allí te encontré.
Ahora con el traqueteo de la piedra
dentro del vaivén del agua, solo
apaciguo la ternura verde
de una esperanza, luz.
SOY EL AGUA
Soy el agua,
y desciendo de mis parientes lejanos
libre a florecer por campos y ríos;
cascadas y manantiales,
tal vez, en el hoyo solitario de la tierra,
los labios de gritos olvidados
o en las raíces de hierbas pequeñas.
Voy limpia, poligonal con ángulo obtusos,
y buscando la paz entre las guerras,
llego a la cúspide de las montañas
a ver, a mí pueblo
Soy el canto ancestral
de mis huesos alzados,
aquella gota furiosa
embravecido en los ríos y mares.
Y sumergido al vientre de la tierra
voy levantando a los pueblos
a veces sentado sobre una piedra
esperando un amor, se nos va… la vida.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________-
TEOBALDO LLOSA ROJAS (Lima, 13/12/1939)
Poeta, médico psiquiatra,
doctor en medicina, graduado en Brasil, USA y Lima/UNMSM. Casado (Lucha).
Reside y trabaja en Lima. Autor de libros de poesía, novela, cuento y de
investigación científica. Laurel Cultural (Viernes Literarios). Propulsor de
una nueva corriente poética de base biológica denominada poesía transliteraria.
Lima yo te
extraño y extraño de tus calles
esos bares de lánguidas palomas amarillas colgadas en sus
techos.
Yo te extraño ciudad de mis desechos años mozos,
de mis lágrimas niñas,
de aquellos amores castellanos
que hoy extraño y extraño ardientemente.
Ciudad de mis múltiples partos,
yo te vivo aún aquí,
tan lejos de tus bullas peruanas
y también de tanto cholo hermano
y tanto humano andino.
Ciudad madre,
tú estás lejos y es más triste saber que yo lo estoy.
Te tengo aquí en la punta de este lápiz, Lima,
y te escribo de nuevo, Lima, y no te encuentro
aunque vuelva a escribirte ahora, Lima, pero tú no estás…
no estás, aunque llene esta hoja con tu nombre.
Hoy me he sentado plano en esta sombra a recordarte
ciudad de reyes, la luego proletaria,
ciudad de hombres, la luego humanista,
ciudad de cholos, de indios, de buena gente y hasta de
gente buena,
ciudad de razas, la luego de limeños.
Hoy me he sentado aquí en esta noche sin una estrella,
sin una luna,
sin un desconocido amigo improvisado.
Me he sentado en dos ángulos clásicos de una silla
esqueleto de sentadas antiguas.
Estoy solo y estoy por eso desdoblado
y casi también están llorando mis ópticas ojeras
dolorosas.
Estoy solo porque estoy perdido en la distancia
de esta ciudad hasta ti, Lima,
y no sé si voy o si regreso
o me he quedado prendido en una rama de este camino línea
que recorro.
/ Río de
Janeiro, 1965
ESTÁS como
tú,
estampada en el muro de mi mirada,
alerta,
esquivando mis intenciones,
adivinando el inmediato impulso,
en actitud torera,
capeando mi paso a tu costado
sin poder acertarte,
nervioso muscularmente por tus leves movimientos,
como un toro de tul, mugiendo,
levantando la cabeza hacia el rojo,
babeando de fatiga,
mirándote con resorte para soltarte lejos,
sudoroso sin corrida,
toda así, estaca de ti misma,
con uno de tus hombros insinuantes,
con mis ojos bizcos en la cercanía de tus pechos,
hipócrita yo,
como si no te quisiese mirar donde estás,
como si igual me diese, qué cimo,
sentado aparentemente a secas,
levantando mi taza de café
y tú,
digo,
que suerte de encontrarnos, que tal coincidencia de
placeres,
tus mejillas, tu cuerpo desafiante sin amputarle nada,
tu vestido innecesario,
tu reloj de fechas sin importarnos las horas y ausentes
de tiempo,
imanados de lugar,
mis antojos,
desdoble de luz sin parir sombra,
estás por ser y ya fuiste,
estoy por volverte a ver infinitamente y ya pasaste,
perforado de hecho soplo sin alcanzarte,
sin hacerte tremular,
sin despegarte,
espaldada en la púa de tu muro,
disimulando un tenue intento de fugarte,
centrándote en mi mira, tentándome de fusilería
y yo reventando en calores de buey con los ojos abiertos
en ruedo oscuro
buscando a tientas tu posición,
casi por encontrarte
y tú te preguntas alertada de mí,
¿cómo sabes que estoy dónde estoy?
COMO UN VIDRIO transparente
( )
que no refleja nada, así es tu muerte,
como un vidrio empañado donde chorrean nuestros llantos,
así es tu muerte,
como un vidrio quebrado que hiere y sangra al agarrarlo,
así es tu muerte,
como un vidrio filudo que corta nuestra historia,
así es tu muerte,
como un vidrio arenado que nubla nuestra vista
así es tu muerte,
como un vidrio que no llega a ser espejo
y no es nada más que vidrio, así es tu muerte,
muerto transparente, muerto empañado, muerto quebrado,
muerto filudo, muerto arenado, muerto vidrioso que no
reflejas nada
que chorreas llantos. que sangras nuestras venas
que nublas nuestros ojos y nos astilla ahora que te toco,
Padre
¡así es tu muerte…!
_____________________________________________________________________________________________
ENRIQUE GONZÁLEZ ARIAS (Montevideo-
Uruguay, septiembre de 1957)
Escritor, agente
cultural, Miembro: Colaborador de
entidades Culturales Nacionales e Internacionales. Distinciones entre otras: “Llave mágica del
Machu Picchu” Asolapo y Gob. de Cusco, “Premio Victoria” Uruguay – España,
“Medalla César Vallejo” UHE , Medalla de Honor “Rubén Darío” AEADO , Premio
“Estrella del Sur”- Uruguay. “Premio Excelencia Literaria” (Perú). Algunos de
sus libros: Con los mismos sueños de un
clavel del aire, - Muchacha viendo
pájaros,- Estaciones.-Sueltos al viento-, -El
novelista y el trompo, -Geometría,-
Sonia.-Lucía seria ese día.-Mirando un día el día a día,-Poemas de emergencia,-Cartas a un adolescente.
POR
UN DÍA DE UTOPÍA
La niña cierra los ojos
para ver
el cielo limpio
descontaminado
no hay ruido de carros
ni bocinas
esta el silencio más
humano
la niña no logra
comprender
el cielo tan azul como
pintado
no hay olor a nada hay
olor a mundo
las calles, los
edificios, las plazas solas
con el cielo tan bonito
sin vagabundos
la niña con los ojos
cerrados huele al viento
trayendo olor de campo,
de monte
olor de sol en el aire,
de fresnos, de flores
de colores y colores
que ella puede oler
el cielo tan bello y el
sol inmaculado
La niña saborea el aire
descontaminado
no hay ruido de
fábricas, ni bocinas de llamados
hay silencio, no
comprende, silencio
rico silencio virginal
del mundo cuidado
abre los ojos, el cielo
azul, el mundo callado
entiende, está feliz,
respira este mundo olvidado
siente en su alma: “hemos
ganado, hemos ganado
niños, niños, niños,
por un día al mal derrotamos!!!
al poder, al mundo
podrido de los intereses que asesina los ríos
al de la ganancia, al
asesino de la humanidad vencimos por un día
saboreemos esta gota
real en la vida de la Utopía hoy viva.
VUELVO
A donde tus manos
a este sitio
tuyo
en el atardecer
Febrero se esfuma
estas en el aire
hasta te espero
con un café mágico
te ríes
sueltas esas risotadas,
me ves niño
me tienes en tus brazos
me aprieto contra vos
huelo tu todo
ríes
enloqueciéndome de
pasión
brillan tus ojos
me envuelves en el
horizonte del otoño
a la hora exacta vuelvo
a vos
a nuestro mundo
infinito.
AYER
Las limpias tardes de verano
lloraban las horas silenciosas
esperábamos
la caída del sol en el agua
sobre los tiempos
escribiendo
hilos de razones y sinrazones
llenas de disloques y ocurrencias
como cruzar el monte al rayo del sol
para ver a ese escondido amor
ayer.
Hoy camino tus calles
tu aire, tu cielo, tu mismo calor
camino
olí tu aliento
bebí de tu boca
miré en tus ojos
sentado en la
plaza
donde ayer
fui niño
caminando tu calle
me perdí en el tiempo
buscándome te busqué
en este verano.
____________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
A 215 Años de haber llegado al mundo…
HOMENAJE A MANUEL ASCENCIO SEGURA
Manuel Ascencio Segura y Cordero, nació en
Lima el 23 de junio de 1805. Sus padres fueron:
El teniente
del ejército español Juan
Segura y de la dama limeña Manuela Cordero.
Fue un escritor y dramaturgo;
representante de la corriente costumbrista. Considerado como el creador del teatro
nacional peruano, junto con Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868), con quien
a menudo polemizó.
Desarrolló comedias y sainetes costumbristas, enriqueció
con voces y giros populares. Representó los valores democráticos de la nueva
sociedad peruana. Mestizo de clase media pobre, afinidad con lo popular y los
nuevos grupos sociales que emergían en un país recientemente emancipado.
En el año de 1929, el Teatro Principal de Lima fue
rebautizado con su nombre. Hoy se le conoce como el Teatro Segura
Siguió la carrera militar enrolándose en el ejército
realista como cadete. Tenía entonces 13 años.
Combatió al lado de los españoles y junto a su padre en la batalla de Ayacucho, la última de La guerra de la Independencia
del Perú (9 de diciembre de 1824).
Derrotada la causa realista que defendían, los Segura se quedaron en el país, y
el joven Manuel pasó a servir en las filas patriotas, alcanzando el grado de
capitán del segundo batallón Zepita, acantonado en Jauja, en 1831. Eran
los días del primer gobierno del general Agustín Gamarra, del que fue partidario.
Entre 1833 y 1834, escribió su primera comedia, La Pepa, en la cual reprochaba
la prepotencia de los militares, aunque no llegó a representarse ni a ser
editada, debido a que su crítica implícita podía poner en peligro su carrera
militar.
Segura se vio inmerso en las sucesivas guerras civiles de los inicios de la
república. Fue seguidor de Felipe Santiago
Salaverry bajo
cuyo auspicio fue nombrado administrador de la aduana de Huacho. Luego decidió trasladarse al sur, para combatir al lado de Salaverry
contra la invasión boliviana de 1835.
Derrotado su bando, fue hecho prisionero en Camaná y
con dificultad salvó su vida. Instalada la Confederación
Perú-boliviana,
permaneció marginado de la milicia. Derrotada la Confederación en 1839, fue nuevamente llamado por el general Gamarra para servir en el ejército,
del cual se retiró definitivamente siendo Teniente Coronel de la Guardia
Nacional, en 1842. Ya por
entonces empezaba la anarquía en el país, que se prolongó hasta 1845. Segura
pasó a engrosar la burocracia como empleado del Ministerio de Hacienda.
Asimismo, escribió en diversos periódicos, como
'El Comercio', Publicó su
única novela, Gonzalo Pizarro, por entregas. En 1841 decidió dejar dicho diario para dedicarse
a la edición de un periódico propio, titulado La Bolsa. En él
aparecieron sus artículos de costumbres "Los Carnavales", "Me
voy al Callao", "El Puente", etc. Se trata de textos descuidados
cuidado en el estilo, pero con un lenguaje directo y familiar que atrapa
fácilmente al lector retratando a los personajes de su tiempo. En este
periódico también publicó algunos poemas y letrillas satíricas, como la
titulada "A las muchachas". Simultáneamente publicó El Cometa,
periodiquillo que apenas alcanzó el número doce (1841-1842). Otros de sus
artículos de costumbres publicados en diferentes periódicos fueron "El té
y la mazamorra", "Los viejos", "Las calles de Lima",
"Dios te guarde del día de las alabanzas", etc. De esa manera se
convirtió en el representante mayor del costumbrismo, al lado de Felipe Pardo y Aliaga.
Cuando apareció El Espejo de mi tierra,
publicación satírica de Pardo y Aliaga (1840), Segura colaboró en los dos
números de Lima contra El espejo de mi tierra, publicación que como
respuesta a Pardo sacó el chileno Bernardo Soffia. Sin firmar y con similar
agudeza, Segura y Pardo cruzaron versos uno contra el otro. Segura y sus
compañeros de redacción le achacaban a Pardo una actitud anticostumbrista y
despectiva frente a los gustos populares. Un ejemplo de esta
"correspondencia" literaria, fueron el poema "Los tamales"
(de Segura) y su consiguiente respuesta, "El tamalero" (de Pardo).
Para esos años, Segura era también el hombre del teatro
en Lima. Efectivamente, entre 1839 y 1845 fue el único que, cada cierto tiempo,
estrenaba piezas en el ambiente limeño. En 1839 estrenó el drama (o según otra
versión, juguete escénico) Amor y política y la comedia El sargento Canuto, nueva
crítica al militarismo, la cual tuvo una excelente aceptación entre el público.
Enseguida estrenó el drama histórico Blasco Núñez de Vela (1840), la comedia La saya y el manto (1841
o 1842) y el entremés La mozamala (1842).
En la noche del 24 de enero de 1845 estrenó en Lima la primera versión de Ña Catita, pieza de 3
actos (que luego ampliaría a 4), sin duda la más reconocida de sus piezas
teatrales.
A los treinta y siete años, se casó con Josefa Fernández
de Viana. Con su cónyuge marchó a Piura, adonde fue destacado como Secretario de la Prefectura. Allí vivió los
siguientes once años. Fundó y dirigió el semanario El Moscón en
el que predominaba la sátira y la burla, atacando los vicios y desmanes de la
política criolla. Dicha publicación solo tuvo tres años de vida (1848-1851).
Por esos años escribió también La Pelimuertada, subtitulada Epopeya
de última moda (1851), poema satírico lleno de ingenio, en el que nuevamente arremetió contra
su rival literario, Felipe Pardo.
En 1858 fue declarado cesante con sueldo íntegro
por haber cumplido más de treinta años de servicio a la nación. Tenía cincuenta
y tres años de edad, y ya presentaba problemas de salud. De vuelta a Lima, se
dedicó de lleno a las labores literarias.
Entre 1854 y 1862 llegó a ser intensa su actividad teatral. Consagró su ingenio a la
comedia costumbrista y se erigió como el creador del teatro peruano. El 9 de diciembre de 1854 estrenó la comedia La
espía, y el año siguiente, El resignado. Reestrenó su
comedia Ña Catita, el 7 de septiembre de 1856, con
gran éxito. El 15 de septiembre de ese año de 1856 estrenó Nadie me
la pega, y el 24 de enero de 1858, Un
juguete. En enero de 1859, en
colaboración con el joven Ricardo Palma, presentó el sainete El santo de Panchita.
En 1861 estrenó Percances de un remitido;
en julio de 1862, el
sainete Lances de Amancaes, y en septiembre de ese mismo año Las tres viudas, comedia en tres actos.
Entre 1860 y 1861 fue diputado suplente por el departamento de
Loreto, pero su actuación legislativa fue opaca. Palma señala al respecto que
le era imposible vencer su timidez en la tribuna, pero que en cambio se
distinguió por su buen sentido práctico y por la independencia de su conducta.
Por esos años, convertido ya en el centro de la
intelectualidad limeña, concurría a las veladas literarias que se realizaban en
la librería de los hermanos Pérez o en los portales de la Plaza de Armas. Así
transcurrió los últimos años de su vida, entre la actividad literaria y
animadas tertulias.
Tuvo dos hijos, uno muerto a temprana edad y otra llamada María Josefa del
Rosario. Ya por el tiempo, sufría de asma. Murió
el 18 de octubre de 1871.
Entre sus obras, Segura conjuga su poesía, el drama y
naturalmente el periodismo en relación de sus artículos de costumbres.
Asimismo, destacar su único ejemplar de su novela “Gonzalo Pizarro”.
Sus poesías más conocidas son: "A las muchachas", “La
Pelimuertada” (1851),
En total escribió diecisiete piezas teatrales, de las que
se han perdido cuatro.
“La saya y el manto”, “La Pepa” (1833), “Amor y política” (1839), “El Sargento Canuto” (1839), “Blasco Núñez de Vela” (1840),
“La saya y el manto” (1842), “La mozamala” (1842), “Ña Catita” (1845), “Nadie me la pega” (1845),
“La espía” (1854), “El resignado” (1855), “Un
juguete” (1858), “El santo de Panchita” (1859), “Percances
de un remitido” (1861), “Las tres viudas” (1862), “Lances de Amancaes” (1862),
“El cachaspari”.
Desde Juan de Arona hasta José de la
Riva-Agüero y Osma, reconocen sus singulares dotes de comediógrafo
ingenioso. Pintó lugares y personajes, especialmente a estos últimos, con
singular destreza. La caricatura fue su forma descriptiva favorita. En el fondo
no perseguía la estigmatización cruel y sangrienta de nuestras costumbres, sino
su moralización. Sus personajes emblemáticos fueron la limeña beatona y alcahueta,
los militares aventureros, los inescrupulosos politiqueros, los falsos
aristócratas, los empleados públicos arribistas y todos los tipos heterogéneos
que conformaban la población limeña. Logró crear estampas cargadas de gracia,
ironía y agudeza, tan llenas de vitalidad que en ellas pueden reconocerse
muchos tipos de la sociedad actual.
En cuanto al uso del lenguaje, no cayó en el purismo del idioma castellano
que defendía exageradamente Pardo y Aliaga. En ese sentido superó a su colega
de letras, ya que aportó una renovación en el vocabulario teatral, es decir, en
el vocabulario poético. El lenguaje literario castellano se había vuelto a
veces pobre y descolorido dentro de los moldes estilísticos vigentes. Segura
empleó, con gracia original de escritor auténtico, voces que no estaban en el
diccionario pero si en el habla diaria de la gente común. Estampó así los
llamados criollismos y engalanó también la curiosa sintaxis popular,
adelantándose, en esta forma, a Ricardo Palma y Leonidas Yerovi. De allí resulta una alegría en sus obras,
derivada no tanto de las tramas, muy sencillas, ni de las ideas expresadas,
sino de las palabras mismas en su intimidad y entraña. Al lector no advertido
del siglo XXI le sorprenderá sin duda encontrar en los diálogos del El
sargento Canuto y Ña Catita expresiones populares de
actual uso cotidiano («hacerse el sueco», «váyase a freír monos»,
etc.).
Ricardo Palma defendió a Segura de quienes de supuesta
vulgaridad: «Lo que estos críticos olvidan es que cuando se pinta al
pueblo debe pintársele tal cual es. Si existe algo en las comedias de nuestro
compatriota que ofenda a quisquillosos lectores, culpa será del original, no
del retrato».
-
o -
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
ESTIMADOS AMIGOS,
MUCHAS GRACIAS POR SU FINA ATENCIÓN Y LOS ESPERAMOS EL PRÓXIMO PROGRAMA 1292 DE
VIERNES LITERARIOS /
26 DE JUNIO A HORAS 7
P.M.
I PARTE:
RECITAL POÉTICO QUE
OFRECERÁN: ARMANDO AZCUÑA NIÑO DE GUZMÁN, MARIO ESPINOZA ANICAMA, RAMÓN
NORIEGA Y LA NARRATIVA DE CARLOS AUGUSTO RIVAS
II PARTE:
HOMENAJE A JUAN PABLO
VIZCARDO Y GUZMÁN.
TELF. 995280789
- SOLO LA CULTURA
SALVARÁ AL HOMBRE -
No hay comentarios:
Publicar un comentario